Los preparativos para las elecciones presidenciales en Costa de Marfil, previstas para fines de febrero o comienzos de marzo tras varias postergaciones desde 2005, están nuevamente en un punto muerto.
La Presidencia y la Comisión Electoral Independiente (CEI) están siempre en desacuerdo sobre el padrón de los comicios.
En una transmisión televisiva el 9 de este mes, el portavoz de la Presidencia, Gervais Coulibaly, acusó al jefe de la Comisión, Robert Beugré Mambé, de haber permitido por lo menos 429.000 registros ilegítimos de votantes.
Dos días después, el gobernante Frente Popular Marfileño, del presidente Laurent Gbagbo, pidió la renuncia de Mambé, del opositor Partido Democrático de Costa de Marfil, conocido por su acrónimo francés PDCI.
La acusación de fraude fue rechazada por el CEI en un comunicado publicado el mismo día. "El presidente de la Comisión en ningún momento ha tomado ninguna acción para registrar a personas que no hayan sido sometidas a los correctos procedimientos de verificación", aseguró.
En nombre de toda la oposición, Alphonse Diédié Mady, del PDCI, señaló que "era una táctica del Frente Popular Marfileño para demorar (el proceso)". "Esto demuestra un deseo en el campo del presidente para no ir a las urnas", sostuvo.
La alianza opositora anunció estar considerando convocar protestas.
"Es muy malo que haya surgido esta crisis en este momento", dijo el observador político Maurice Zagol.
El analista sostuvo que las declaraciones de varios políticos a fines del año pasado habían sido prometedoras, así como el plan de desarme y desmovilización de ex rebeldes en cuatro ciudades del país.
En 2002, Costa de Marfil fue dividida en dos por una rebelión armada que tenía como objetivo declarado poner fin a la marginación de los habitantes del norte. Tras varios falsos intentos, un acuerdo de paz puso fin al conflicto en marzo de 2007.
Como parte del pacto, 5.000 ex rebeldes serán integrados a un futuro ejército, y 400 oficiales que participaron de la rebelión serán ascendidos para quedar a la par de los que permanecieron leales al gobierno durante la guerra civil.
Se esperaba que el padrón electoral estuviera pronto el 6 de este mes, pero se demoró tras dos semanas de paro de funcionarios administrativos en diciembre.
Los funcionarios exigían el pago de varios meses de atraso como requisito para continuar con su trabajo, que incluye la emisión de documentos necesarios para que las personas soliciten su inclusión en el padrón.
De los seis millones que solicitaron inscripción, unos cuatro millones fueron aceptados y el resto rechazados. Un cuarto de estos últimos no fueron encontrados en ninguno de los registros nacionales usados para verificación.
"Mi nombre está en la lista provisional electrónica. Pero cuando fue publicada una copia, no aparecía", dijo Madeleine Bougouhi, residente del barrio de Yopougon, en el noreste de Abidjan. "Todavía estoy esperando que mi caso sea considerado".
Moussa Bakayoko dijo que su nombre fue omitido por razones desconocidas. "Toda mi familia está en la lista electoral, y soy el único cuyo nombre no aparece", señaló, mientras reconocía que había cambiado su certificado de nacimiento para reducir su edad.
El caso de Bakayoko ilustra uno de los problemas subyacentes.
"Esos casos son ahora la mayor parte del problema sobre el proceso para verificar la lista electoral. Hay registros duplicados. Personas lo hicieron (modificaron sus documentos) para encontrar trabajo, usando el certificado de un hermano más joven, o redujeron su edad para trabajar más tiempo en el servicio civil", explicó Donatien Kacou, de la CEI.
Ahora están todos los ingredientes presentes como para que las elecciones se posterguen otra vez, dijo Zagol a IPS.
"Hay una obvia pérdida de confianza entre las diferentes partes y parece improbable que esta brecha sea fácilmente salvada sin mayores trastornos en el corazón de la agencia que organiza las elecciones", indicó.
