El Consejo Nacional de Capacitación e Investigación Educativa de India introdujo hace cuatro años un programa de enseñanza que cambió de forma radical los textos escolares, en especial en ciencias sociales.
Pero investigadores y políticos señalan que el personal docente no está capacitado y no le hace justicia a los contenidos de los textos sensibles a cuestiones de género.
"La capacitación del personal educativo es una gran limitación para implementar el programa. El contenido cambió, pero el plan de estudios de formación docente no", indicó Dipti Bhog, investigadora de la organización Nirantar.
Las instituciones de formación docente no cuentan con un plan de estudios mejorado ni orientado a cuestiones de género y profesoras y profesores no están familiarizados con los nuevos conceptos.
Los institutos de formación se multiplican, pero la capacitación es inadecuada, en especial a la luz de las demandas del nuevo programa. "Los propios maestros no comprenden los conceptos. ¿Cómo se los van a enseñar a los estudiantes?", se preguntó Bhog.
[related_articles]
Nada de esto es un obstáculo para Anita Rampal, profesora del departamento de educación de la Universidad de Nueva Delhi, sino un "desafío".
"Es un asunto serio con el que tenemos que lidiar, pero es parte de un proceso que comenzó con el cambio de programa y alcanzó un punto culminante con la aprobación del Proyecto sobre el Derecho a la Educación" el 4 de noviembre, señaló Rampal.
Ahora "es obligatorio que el gobierno mejore la capacitación docente en el marco de la ley sobre éste y otros asuntos, para que el personal educador pueda comprender qué quiere decir ofrecer un ambiente de aprendizaje agradable y no amenazador para niños y niñas", remarcó.
La cuestión es cómo se las ingeniará el gobierno para cumplir con ese objetivo al que el Concejo Nacional de Capacitación e Investigación Educativa le da la máxima prioridad.
El Consejo de Educación propuso un modo de "aprendizaje abierto y a distancia" para orientar a un millón de nuevos maestros, pero muchos actores de la comunidad advierten sobre el peligro de buscar soluciones rápidas.
"La ley ofrece una oportunidad histórica para repensar y reestructurar la formación docente, que no ha tratado cuestiones de calidad y equidad ni sensibilizó a los maestros sobre cómo la escuela debe lidiar con cuestiones de discriminación y de diferencia, relacionados con género, castas, origen socioeconómico y religión, entre otros.
El artículo ocho de la ley garantiza que niños y niñas de los sectores sociales más pobres o con otro tipo de desventajas no sean discriminados ni se les impida completar la educación primaria bajo ningún argumento", según Rampal.
Las autoridades reconocen que la formación docente es terriblemente inadecuada, lo que se agravó con el nuevo programa y los nuevos libros escolares.
En los suburbios y las aldeas, maestras y maestros no tienen formación. Muchos estados, en especial Madhya Pradesh, Andhra Pradesh, Orissa y Bengala Occidental, dependen de personal no calificado, muchos de ellos son estudiantes de séptimo y octavo grado, que perciben un salario mucho menor que los profesionales.
"Es necesario pensar de nuevo sobre las necesidades de formación de esos maestros y también reforzar los sistemas de apoyo académico", según un informe elaborado por el gobierno central.
En ese contexto, los instructores tratan de trabajar con libros de texto con perspectiva de género, cuyo fin es construir el conocimiento de un modo distinto. Mientras las lecciones se concibieron con una perspectiva feminista, los maestros que tienen que dictarlas no saben de qué se trata.
La construcción de la temática de género en la difusión del conocimiento sufrió un cambio en la escuela primaria, pero también en centros terciarios y universidades, según Asha Singh, profesora de Lady Irwin College, el único que otorga licenciaturas y maestrías en economía doméstica en Nueva Delhi. "Pero las costumbres sociales siguen reforzando los estereotipos", señaló.
Muchas de las estudiantes de Lady Irwin College creen que las madres que trabajan no tienen suficiente tiempo para prestar atención a sus hijos. "Hubo un cambio de programa, pero las tradiciones todavía son un gran obstáculo", señaló Singh.
El sistema educativo dio vuelta la hoja en 2005 cuando el Consejo Nacional de Capacitación e Investigación Educativa corrigió los crónicos vicios de los libros de texto, al menos en algunas materias.
Antes, los manuales transmitían imágenes estereotipadas de las mujeres, ocupadas en la cocina, en lavar y en hacer otras tareas domésticas. En cambio, los hombres tenían más actividad fuera de casa y en una oficina, mientras las madres se quedaban cuidando a los hijos en el hogar.
Con el cambio de manuales escolares, el de séptimo grado incorporó cuestiones de género a las cuestiones cotidianas. Mediante narraciones y tiras cómicas, vincula a las mujeres con la Constitución nacional, los medios de comunicación, las poblaciones minoritarias y los dalits, la casta más baja del sistema hindú.
Los esfuerzos por revisar los estereotipos de hombres y mujeres comenzaron en los años 70.El Consejo Nacional divulgó ciertas pautas en la década siguiente, en colaboración con el Centro de Estudios de Mujeres de la Universidad de Nueva Delhi.
"Pero no fue un cambio de contenido. Lo que hubo fue una inclusión de grandes mujeres (en el relato histórico) como Rani de Jhansi o Sarojini Naidu, que pelearon contra los británicos en distintas épocas", explicó.
"Las mujeres fueron agregadas, en vez de vincularlas otras identidades, castas y clases", añadió Bhog.
EXPERIENCIA EN NUEVA DELHI
El Consejo de Capacitación y Educación de Nueva Delhi, en colaboración con Nirantar, integró el género a varios aspectos de la vida rural y urbana y a las clases y castas, entre otros ámbitos, en los manuales escolares de sexto y séptimo grado para el año lectivo 2004-2005.
Por primera vez aparecieron mujeres trabajadoras y madres solteras. Pero los libros fueron abandonados tres años después por la falta de capacitación del personal docente, según adujeron las autoridades.
"En algunas disciplinas, como historia o ciencias políticas, donde se debaten cuestiones de género, el cambio fue más fácil. Pero en otras, como las lenguas, en especial el sánscrito, ha sido más difícil", explicó Dipti Bhog, de Nirantar.
El sánscrito, lengua clásica de India, sigue bajo la influencia absoluta de los hombres hindúes.
Incluso la geografía, que como materia sufrió varios cambios radicales en su alcance y comprensión, se ha resistido a adoptar una perspectiva de género. La disciplina rompió con sus originales limitaciones, tratando cuestiones de espacio rural y urbano, en especial vinculadas al género, pero el programa siguió encuadrado en un marco estrecho.
"Ahora tenemos previsto trabajar con lenguajes que necesitan un programa diferente", añadió Bhog.