Brasil pierde más de 10.028 millones de dólares al año botando residuos sólidos en basurales y rellenos sanitarios que contaminan suelo y agua. El transporte de los residuos a vertederos lejanos representa “dos tercios del costo total del descarte de los residuos sólidos”, dijo a Tierramérica Salbetai Calderoni, consultor de la Organización de las Naciones Unidas, en base a su estudio sobre el destino de la basura nacional.
Otros costos obedecen al impacto ambiental y a lo que se pierde por no reciclar los residuos. El monto total “permitiría adquirir una canasta básica de alimentos mensual para todas las familias brasileñas”, estimó Calderoni.
Mediante centrales municipales de reciclaje integral se evitaría desperdiciar 200.000 toneladas diarias de basura generadas en las viviendas de más de 190 millones de brasileños, a las que se suman 300.000 toneladas de la construcción, agregó.
