ELECCIONES-BOLIVIA: Una carrera con ganador a la vista

El presidente Evo Morales y su vicepresidente Álvaro García comenzaron a caminar sobre terreno de victoria hacia las próximas elecciones generales del 6 de diciembre en Bolivia, mientras la oposición busca una propuesta que permita equilibrios de poder, según analistas políticos.

Al finalizar esta semana el registro de candidatos a la presidencia, vicepresidencia y a los 166 escaños de las dos cámaras de la Asamblea Legislativa Plurinacional, la fórmula izquierdista Morales-García aparece en las encuestas como favorita para seguir a cargo del gobierno. La firma Gallup International le otorgó 57 por ciento de intención de votos a comienzos de este mes.

Un mandato por cinco años más, sumados a los que ejerce desde enero de 2006, representa para el Movimiento al Socialismo (MAS) el paso final para consolidar la refundación del Estado basada en la recuperación de derechos para los pueblos indígenas, mujeres y sectores empobrecidos, además de marcar distancias con Estados Unidos, que otrora tuvo fuerte incidencia interna.

Bolivia tiene desde febrero una nueva Constitución, sustentada en los principios de respeto e igualdad ciudadana, soberanía, dignidad, complementariedad, solidaridad, armonía y equidad en la distribución y redistribución del producto.

La transición política tras la aprobación constitucional obliga a elegir a nuevos gobernantes y legisladores por el periodo 2010-2015 en elecciones generales, para las cuales están convocados unos cuatro millones de votantes
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Además de Morales, otros siete candidatos están en carrera para disputar la parte más pequeña del poder, según coinciden los analistas políticos consultados por IPS.

En caso de ser reelegido, Morales le dará continuidad a sus políticas y su lucha es por la hegemonía total del poder, mientras la oposición buscará un equilibrio frente a esa fortaleza, expresó a IPS el presidente del Colegio de Politólogos de La Paz, Franklin Pareja.

Además del control de las dos cámaras parlamentarias, "el partido gobernante disputa el privilegio de reescribir la historia del país, de manera más radical de lo que se viene haciendo", sostuvo Pareja.

La oposición derechista se ha debilitado tras los hechos de violencia en la central ciudad de Santa Cruz de la Sierra del pasado año, cuando seguidores de fuerzas políticas de la zona tomaron por asalto edificios del Estado nacional, y por los rumores de vínculos con planes terroristas, dijo a su vez el analista Carlos Toranzo.

Pero la concentración de poder sin diálogo ha permitido el resurgimiento de figuras del pasado, comentó Pareja al citar el caso del ex capitán de ejército y ex prefecto del departamento de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, quien busca aglutinar a los sectores derechistas.

Bajo la sigla del frente Plan Progreso para Bolivia-Convergencia Nacional, el varias veces frustrado aspirante a la presidencia de Bolivia eligió como acompañante de fórmula al ex prefecto del departamento de Pando, Leopoldo Fernández, preso y sometido a proceso por la masacre de 16 indígenas el 11 de septiembre de 2008 en el norte amazónico.

"Presiones internas y externas" han logrado unificar a la derecha en dos dirigentes de importancia (Reyes Villa y Fernández), con lo cual quedó sin efecto la dispersión que se temía a dos días de finalizar las inscripciones" el lunes, comentó a IPS el analista Marcos Domic.

La fase previa a las elecciones es favorable al gobierno porque los partidos de derecha no presentaron un programa real, alternativo y atractivo para el pueblo. "Su plan es derrotar a Morales y cambiar el modelo de gobierno, un propósito inalcanzable", afirma Domic.

Observa en la estrategia electoral del gobernante MAS una inclinación a la búsqueda del voto de las capas medias, profesionales y la intelectualidad, con la inclusión de personalidades en las listas de candidatos como la ex defensora del Pueblo, Ana María Romero.

Pareja coincide con Domic al advertir la ausencia de un programa de gobierno en el frente opositor y revela existencia de una "alianza pragmática, porque se busca la sobrevivencia política".

Reyes Villa consiguió un tímido respaldo de algunos líderes que integran la denominada Media Luna, la región que parte al país hacia el este y que comprende a los departamentos de Pando, Beni, Santa Cruz y Tarija, rica en reservas de petróleo, forestación y fértiles tierra, con una fuerte corriente opositora al gobierno de Morales, el primer mandatario indígena en la historia de este país donde la mayoría de sus 9,3 millones de habitantes son de ese origen autóctono.

"Una oposición ecléctica" será protagonista de las elecciones generales dice Pareja al explicar que las corrientes de izquierda y derecha se han fusionado creando un esquema político sin un rumbo definido, a diferencia de, por ejemplo, los partidos europeos cuyas posiciones ideológicas están perfectamente definidas.

"Es un error cuando nos llevan a un discurso de confrontación, desde un punto de vista netamente teórico los frentes de izquierda y derecha no existen. No tenemos una composición tan radical y definida, como nos quieren hacer ver", opina Pareja.

El MAS no es un frente de izquierda pura, ni la oposición es derechista, porque sus militantes transitaron por diferentes tiendas políticas, comentó.

Así, la competencia por la presidencia se completa con el candidato del centroizquierdista Frente de Unidad Nacional, el empresario de la industria del cemento y ex ministro de planificación, Samuel Doria Medina, quien postula un plan de producción de alimentos orgánicos.

El ex alcalde de la ciudad de Potosí y reconocido funcionario público por su honestidad, René Joaquino, intenta por primera vez ganar los votos de sectores populares y de regiones contrarias a Morales, bajo la sigla de la Alianza Social (AS).

Con un discurso que cuestiona el trabajo de Morales, el dirigente campesino Alejo Veliz, vuelve al ruedo político con el respaldo de la alianza Pueblos por la Libertad y Soberanía (Pulso).

Un disidente del partido de gobierno, el ex asambleísta y dirigente campesino, Román Loayza, tratará de buscar adhesiones entre sectores campesinos con la agrupación Gente, mientras desde los sectores populares ingresa en escena como otro aspirante a la presidencia de Bolivia, Remi Choquehuanca, bajo la sigla de Bolivia Social Demócrata (BSD).

La única mujer en esta carrera hacia la sede de La paz es Ana María Flores, del también izquierdista Movimiento de Unidad Social Patriótica (Muspa).

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