POLÍTICA-AMÉRICA CENTRAL: Torpedos contra la integración

El golpe de Estado en Honduras fue un misil en la línea de flotación de la integración política centroamericana. Sus instituciones no han sabido reaccionar y el proceso está cada día más en entredicho, quedando sólo como posibilidad, aunque también maltrechos, los acuerdos comerciales, según expertos.

Los mascarones de proa de esta integración, el Parlamento Centroamericano (Parlacen), la Corte Centroamericana de Justicia (CCJ) y el Sistema de Integración Centroamericana (SICA) no han abierto la boca desde el 28 de junio, cuando un contingente militar desalojó del gobierno de Honduras a Manuel Zelaya y lo puso en un avión con destino a Costa Rica.

A esa inacción se le sumó luego la decisión del flamante gobierno derechista de Panamá de retirar a ese país del Parlacen, lo cual ahonda aún más la descomposición que sufren las instituciones regionales.

El Parlacen es el órgano político del SICA y en él han estado representados hasta ahora Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Panamá con 20 diputados cada uno y sus ex presidentes y ex vicepresidentes. También está República Dominicana con 22 representantes.

Costa Rica nunca se unió a este organismo por considerarlo un instrumento inútil y excesivamente caro. Sin embargo, sí es miembro del SICA y del resto de las instituciones centroamericanas.
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El presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, quien asumió el cargo el 1 de julio, calificó al Parlacen como una "cueva de inmunidades".

La referencia de Martinelli es porque ex presidentes centroamericanos acusados de corrupción se acogieron al resguardo que brindaba ante la justicia el hecho de ser miembros de este cuerpo. Pero en 2004 se eliminó este amparo y los diputados quedaron desde entonces sujetos sólo a las leyes de cada uno de sus países.

Entre el Parlacen y la CCJ consumen más de 60 por ciento de los recursos de la integración.

El último intento de integración regional nació en 1991, tras los convulsionados años 80, que habían terminado con el Mercado Común Centroamericano (Mercomún), nacido en los años 60, y que fracasó por la grave crisis económica y las guerras que asolaron la región años después.

De todas maneras, de aquella época vienen dos de los organismos con mayor prestigio que tiene la región: el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y el Sistema Económico de Integración Centroamericana (Sieca), hoy vaciado de contenido por el SICA.

El baile de siglas es agotador. "Existe, desde los años 60 hasta un Consejo de Defensa Centroamericana, del que poca gente sabía", explicó a IPS Rodolfo Cerdas, del costarricense Centro de Investigación y Adiestramiento Político Administrativo (Ciapa).

El autor del libro "Las instituciones de integración en Centroamérica" señaló que "hace años tenía contabilizadas 59 instituciones y otras 14 inactivas. Ahora seguro que son más".

Toda esta maquinaria hace que, a su juicio, sea totalmente ineficaz. "Se debería haber construido de abajo hacia arriba, y no como se hizo, creando instituciones vacías de contenido". Para Cerdas, "la integración política está muerta", pero sí cabe hablar de una emergente unión económica.

A su juicio, el Tratado de Libre Comercio firmado por Estados Unidos con la República Dominicana y cinco países de América Central (DR-Cafta, por sus siglas en inglés) ha dado "los mayores pasos" para la tan traída y llevada unión centroamericana.

Una opinión parecida tiene el coordinador de la maestría en Estudios Europeos e Integración Regional de la costarricense Universidad Estatal a Distancia, Arnoldo Rubio, quien abordó el tema ante IPS.

"La integración está fallando, sobre todo en aspectos políticos. El proceso no está maduro", sostuvo. "Al lado comercial se le ha dado más impulso", añadió y resaltó la importancia en este sentido tanto del TLC con Estados Unidos, como de la negociación del Acuerdo de Asociación Centroamérica-Unión Europea (UE).

Según Cerdas, hay incluso un problema de concepto desde el inicio. La vieja mentalidad de Mercomún de un área de protección y privilegio perdió todo el sentido con la globalización "y se buscó el concepto de integración abierta. Pero eso había que traducirlo en algo concreto y no se hizo: ramas, actividades, tecnología, cronogramas…".

Para el investigador del Ciapa, "el gran problema centroamericano es que ha tenido muchos momentos de integración desde la independencia en 1821, pero ninguno ha funcionado".

"Siempre se ha tratado de imponerlo desde arriba, cuando lo lógico es desarrollar antes áreas para buscar el encuentro económico, financiero, comercial, cultural y educativo" entre los países, indicó.

Aseveró que, "conceptualmente, hasta América Central es algo por definir. Porque geográficamente es una cosa, históricamente otra, y etnográficamente otra". A todo esto, Arnoldo Rubio añade la existencia de "conflictos fronterizos y celos estúpidos".

Es que la herencia de la colonia española puso a Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua como partes de lo que fue la República Federal Centroamérica. Pero a la región también pertenece Belice, antigua colonia británica en el istmo, y Panamá desde su separación de Colombia en 1903.

La retórica unionista se viene dando desde los albores del siglo XIX, con la independencia de España, hasta el momento sin ningún éxito. El actual sistema parece "un error", según Cerdas, ya que se trata de un modelo impulsado por la UE a su imagen y semejanza, en el que no se han tenido en cuenta los problemas y diversidades de esta región.

Para que haya un cambio en este sistema, debe producirse una crisis "y es muy fácil provocarla" aseguró el politólogo, "cuando la UE diga al Parlacen que no hay más dinero, se acabó, porque ningún gobierno va a pagar lo que cuesta", aseguró.

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