El tráfico internacional de personas sigue presente y Costa Rica no es la excepción, tanto para la explotación sexual como para trabajo esclavo. Datos de ONU indican que las mujeres son las más afectadas por esta práctica, al punto de que ya llegan a sumar 80 por ciento del total de víctimas en el mundo.
Se calcula que un buen porcentaje de esas mujeres tienen como destino la explotación sexual, aunque no hay datos reales. "Existe mucha mitología alrededor del tema", dijo a IPS Ana Hidalgo, jefa de la unidad para la lucha contra la trata y tráfico de personas de la oficina para América Central y México de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
La funcionaria explica que no siempre la explotación sexual puede ser enjuiciada como tráfico ilegal de mujeres, puesto que no necesariamente conlleva la privación de libertad, un requerimiento básico para ser considerada como tal según la ONU (Organización de las Naciones Unidas).
Aún se habla de "trata de blancas", porque a principios del siglo XX comenzó a afectar a los países occidentales y se orquestó el primer instrumento internacional para frenar el secuestro y la esclavitud de mujeres europeas destinadas a jeques árabes, precisó.
"Cuando los problemas llegan a los blancos de Occidente es que parece que existen", comentó Hidalgo.
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El protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres, niñas y niños, conocido también como Protocolo de Palermo por la ciudad italiana donde se firmó en 2000, complementa la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional.
Pero uno de los problemas de este instrumento es que trata y penaliza el tráfico entre países, "pero nuestra realidad es que el comercio interno es más importante" que el transfronterizo, aunque "están muy relacionados".
Otras acciones involucradas en la trata de personas son la explotación militar, laboral (trabajo forzado), servidumbre y matrimonio (incluye la adopción, mendicidad y vientres de alquiler, entre otras prácticas ilegales), esclavitud clásica, extracción de órganos y delincuencia, explica la experta.
En los últimos años en Costa Rica se han detectado y ha actuado la justicia en casos de delitos en el ámbito del comercio sexual y en el trabajo. Es que este país es tránsito, origen y destino del tráfico humano.
Las principales afectadas en la explotación sexual comercial, además de las nacionales, han sido las inmigrantes dominicanas, seguidas de las nicaragüenses. Como país de origen, Costa Rica tiene documentados tráfico de personas hacia Canadá, México y Japón.
Según datos recogidos por IPS del Estudio Regional sobre normativa en relación a la trata de personas en América Central y República Dominicana, 54 procesos penales fueron abiertos en Costa Rica por esta causa entre 2002 y 2006, en el marco de los cuales se logró condenar a 16 personas.
Entre 1998 y 2007 se contabilizaron 151 víctimas en casos relacionados con este tipo de delitos, destacándose un contingente de 56 personas proveniente de China y otro con 44 peruanos y 13 ecuatorianos.
Los hechos restantes investigados por la justicia en ese lapso tuvieron como centro el tráfico de mujeres para explotación sexual y la venta de niños y niñas con adopción ilegal.
En muchos de los casos, según Hidalgo, son jóvenes que van y vienen a través de escuelas y agencias de modelaje, donde se les ofrecen jugosos contratos, pero al llegar a destino se encuentran con realidades bien distintas. Las víctimas más propicias son "las poblaciones más vulnerables, sin empleo y en busca de una oportunidad", expresó la funcionaria regional de la OIM.
La otra gran problemática en Costa Rica es el trabajo esclavo, donde han aparecido mafias chinas involucradas en el tráfico de personas al parecer con ese fin. El último caso data de comienzos de abril, cuando se logró frenar un embarque de 300 menores de edad desde el gigante asiático a Costa Rica.
Ya la embajada de San José en Beijing viene alertando a las autoridades chinas desde el año pasado sobre la alteración del hokou (información familiar), un requisito para conseguir las visas pertinentes para entrar a Costa Rica.
Estas mafias buscan a chinos residentes en Costa Rica cuyos apellidos coincidan con futuros esclavos de ese origen. "Pedían personas de apellido x, y aparecían x cantidad de postulantes. Ponían un tope máximo y organizaban una subasta a la baja", explicó a IPS el director de Migraciones de Costa Rica, Mario Zamora. El que ofertara más bajo, se quedaba con el dinero y traían a la persona.
Los principales cabecillas de la organización ilegal, conocida como "Cabeza de serpiente" fueron arrestados en China, mientras que la causa judicial en Costa Rica continúa su trámite y ya fue procesado un ya ex funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores local.
Gracias a este y otro operativo realizado en 2007, que continúa a la espera de la resolución del juicio, "hemos podido conocer el funcionamiento de estas redes". Zamora aseguró que la hipótesis "fundamentada" es que el destino de esas personas sería la explotación laboral.
Pero Zamora advierte que es difícil demostrar ante la justicia los delitos perpetrados al respecto, puesto que el mutismo entre acusados y víctimas es total, ya que las familias de las víctimas quedan como "garantía" en China.
Según este funcionario, se trata de auténticas organizaciones internacionales que realizan "actividades delictivas en un acto lícito. Se vuelven corporaciones".
El tráfico frustrado en 2007, cuando trataron de pagarle al propio Zamora 5.000 dólares por cada una de las 500 visas que se fueran a otorgar, es enjuiciado sólo por el delito de soborno "porque por tráfico de personas se complica el caso", indicó.
El director de Migraciones es crítico en este sentido. A pesar de que se acaba de endurecer la pena que castiga este tipo de delitos, dando un paso más cerca de lo establecido en el Protocolo de Palermo, cree que todavía no es suficiente para enfrentar con éxito a las mafias de traficantes.
A su entender, "La figura penal de la trata de personas se ha especificado como concepto socio-político, pero desde lo jurídico se hace que sea muy complicada su demostración inequívoca ante un tribunal".
Según Zamora, el Protocolo de Palermo es "insuficiente", porque es necesario demostrar el entramado internacional y los jueces se enfrentan a testigos que ejecutan la "ley del silencio".
La trata existe en función de una dinámica económica, de oferta y demanda, y estas redes establecen la conexión entre unos y otros.
"Mientras haya unas dinámicas laborales asimétricas, habrá un caldo de cultivo para el tráfico y la trata" de personas, concluyó Hidalgo. Para terminar con ellas, la funcionaria de la OIM reclama políticas migratorias que reconozcan las diversas realidades económicas para regularizarlas y permitir el ingreso de extranjeros en condiciones "legales, dignas y seguras".