La Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia, que se desarrollará entre octubre de este año y enero de 2010 en 90 países, «está tomando una dimensión impresionante», dijo este jueves en la capital chilena su coordinador general, el español Rafael de la Rubia.
La marcha, impulsada por la organización internacional Mundo sin Guerras, fue lanzada el 15 de noviembre del año pasado y con el curso de los meses ha ido ganando numerosas adhesiones.
La actividad comenzará el 2 de octubre de este año en Wellington, capital de Nueva Zelanda, y finalizará el 2 de enero de 2010 en la occidental zona argentina de Punta de Vacas, al pie del monte Aconcagua de la cordillera de los Andes, donde existe un parque de estudios y reflexión.
Un reducido grupo de activistas, cuyo número aún no está definido, hará el recorrido completo: 300 ciudades de 90 países en los cinco continentes, además de la Antártida. Otras miles de personas participarán en algunos tramos del trayecto de 160.000 kilómetros por tierra.
"En todas las ciudades va a haber marchas. En un lugar van a ser tres kilómetros, en otros siete o 15. El resto van a ser transportes en bus, barco, tren, en distintos medios", explicó De la Rubia en un encuentro con periodistas.
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A las caminatas se sumarán foros, conciertos, festivales y actos educativos y deportivos, que están preparando unas 1.800 organizaciones locales comprometidas con el proyecto.
Como no existen marcas privadas detrás de la iniciativa, cada activista deberá financiar su viaje con sus propios recursos o con donaciones. Están abiertos a los patrocinios, pero siempre que éstos no condicionen ideológicamente la actividad. La meta es que el grupo inicial esté compuesto por personas de todas las nacionalidades.
La marcha "está convirtiéndose en un evento de características inéditas", sintetizó De la Rubia, quien descartó entregar estimaciones sobre la convocatoria que puede alcanzar.
"Pretendemos crear conciencia sobre la paz y la no violencia. Creemos que hay que reformular el concepto de paz. No puede ser que a nivel político, institucional, se hable de paz a la vez que el mismo país tiene fábricas de armamento en pleno funcionamiento. Esto es contradictorio, sin embargo lo vemos como normal", explicó.
"La gente tiene que marcar la ruta de los políticos", apuntó.
Con esta actividad global, sus impulsores buscan dar un lugar protagónico a causas como la no proliferación de armas y el desarme nuclear, de la misma forma en que los ecologistas levantaron la bandera de la conciencia ambiental en las últimas décadas.
Entre otras cosas, demandan el retiro de las tropas extranjeras en los países ocupados, la firma de tratados de no agresión y la renuncia de los gobiernos a utilizar la guerra para resolver conflictos.
Asimismo, buscan poner en evidencia otras múltiples formas de violencia, como la económica, racial, sexual y religiosa.
El coordinador de la marcha llegó a Chile para planificar junto a organizaciones locales los tramos finales del trayecto. Los activistas pretenden arribar a fines de diciembre a este país austral de más de 16 millones de habitantes, antes de concluir en Argentina.
El miércoles, De la Rubia se reunió con la presidenta Michelle Bachelet, la primera gobernante del mundo en apoyar explícitamente la iniciativa.
Los otros gobiernos que entregaron su respaldo son los de Argentina, Croacia y Timor Oriental. En Colombia, donde estuvo la semana pasada, De la Rubia fue recibido por el alcalde de Bogotá, Samuel Moreno, quien también comprometió a esa ciudad.
De igual forma, se han sumado varias personalidades como el intelectual estadounidense Noam Chomsky, el escritor portugués José Saramago, el cantante colombiano Juanes, la artista japonesa Yoko Ono, el escritor uruguayo Eduardo Galeano, el cantautor español Joan Manuel Serrat y el Dalai Lama.
También se destacan instituciones deportivas como el club de fútbol italiano Internazionale Milano, conocido como el Inter de Milán.
La próxima semana, De la Rubia viajará a Estados Unidos para buscar el apoyo en la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Pretenden que el embajador de Chile ante la ONU, Heraldo Muñoz, sea el nexo con las otras representaciones diplomáticas.
Los pacifistas pidieron audiencias con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y con el presidente estadounidense Barack Obama, pero aún no han recibido confirmación.
Asimismo, los activistas están haciendo las gestiones para reunirse con el secretario general de la Organización de los Estados Americanos, el chileno José Miguel Insulza.
Según De la Rubia, el mensaje de la marcha tiene sentido en el actual momento mundial de inminente pandemia de influenza A/H1N1.
"El tema entra dentro del concepto de mundialización que impulsamos. El mundo no está aislado, los países no están aislados. No podemos decir que no nos tocan los problemas. Esta especie de pequeña psicosis que se está dando a nivel planetario por la gripe porcina demuestra que cualquier problema nos afecta a todos y por eso tenemos que buscar soluciones a nivel global".
Ante la pregunta de IPS sobre otras estrategias de incidencia política, De la Rubia respondió que "Estamos tratando, dentro de nuestras posibilidades".
"Un ejemplo es lo que ha ocurrido en Chile, donde la presidenta, inspirada en la marcha, va a convocar a un seminario (para analizar) la función de las Fuerzas Armadas en toda América", añadió.
Se convocará a los ejércitos de todo el continente, "incluido el de Estados Unidos, para revisar la función de estas instituciones y para estudiar programas, si es posible, de reducción de armamentos y de firma de tratados", aseveró.