FORO SOCIAL MUNDIAL: Proponer y no sólo oponerse

La organización no gubernamental Dignity International es una de las tantas que se dispone a participar del noveno Foro Social Mundial (FSM), que se realizará entre el 27 de este mes y el 1 de febrero en la nororiental ciudad brasileña de Belem. Las apuestas son altas.

"Todos nos estamos reuniendo en Belem porque todavía creemos firmemente que otro mundo es posible", dijo Aye Aye Win, directora ejecutiva de Dignity International, organización con sede en Holanda que apoya a personas y grupos comprometidos en la lucha por los derechos humanos.

"Creo que la actual crisis económica mundial confirma de muchas maneras la importancia del FSM como un foro que propone alternativas viables, y sería sabio que el Foro Económico Mundial en Davos (Suiza) prestara sus oídos a las ideas que salgan de él", agregó.

Aye Aye trabajó para el Consejo de Europa, organización que busca desarrollar principios comunes en base a la Convención Europea sobre Derechos Humanos. Coordinó el Foro Mundial para la Erradicación de la Pobreza, a partir del cual se originó Dignity International.

También se desempeñó en la organización International Alert, con sede en Londres, en la japonesa Fundación Sasakawa para la Paz, y en el Centro de Desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que agrupa a 30 naciones ricas.
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Aye Aye Win dialogó con la editora en jefe de IPS sobre el rol actual del FSM.

IPS: El FSM es un movimiento contra la "clase de globalización que está basada solamente en los valores del mercado y las ganancias", en palabras del miembro de su Comité Internacional Roberto Savio. ¿Usted se siente reivindicada por la crisis financiera mundial?

AYE AYE WIN: La crisis financiera es una triste prueba de que la globalización basada solamente en los valores del mercado es fundamentalmente defectuosa. No se puede seguir especulando eternamente en el casino mundial. La burbuja no puede crecer infinitamente. Todo eso terminará explotando, dejando a millones en la indigencia, como es el caso ahora.

El comportamiento insensato de los financistas y el sistema que lo permite equivalen a un delito de escala inimaginable. Lo que me indigna en todo esto es que los gobiernos vienen galopando al rescate de las mismas instituciones financieras que se han beneficiado económicamente a partir del pueblo y cuyo comportamiento ha llevado a la crisis. Por lo antedicho, también es obvio que, ahora que el caos ha llegado, es necesaria la intervención del Estado.

IPS: ¿Cree usted que esto conducirá a un tipo diferente de capitalismo?

AAW: Tras un poco de trabajo de unión de retazos aquí y allá mediante planes de rescate y paquetes de estímulo, hay un riesgo real de que pronto las cosas vuelvan a ser como de costumbre: los capitalistas volviendo a rendir culto al mercado, comenzar a jugar de nuevo en el casino global e ingresar otra vez en otro ciclo de especulaciones.

Nosotros, como activistas sociales, ahora tenemos una oportunidad de volver a empezar para reconstruir el sistema económico mundial, para que esté basado no en la codicia sino en lo que sí recompensa el trabajo duro y la innovación, un sistema construido sobre la solidaridad y la justicia.

Necesitamos plantear alternativas viables, movernos más allá de la ideología y hallar soluciones que funcionen. Esto será un desafío. Somos muy buenos "oponiéndonos", pero necesitamos volvernos mucho mejores en "proponer".

IPS: El FSM se reúne en enero, cuando su rival, el Foro Económico Mundial (FEM), hace lo propio en Davos. ¿Hasta qué punto cree que el FSM ha impuesto temas en la agenda del FEM?

AAW: Mientras el FSM es realmente la Meca del activista social, se conoce muy poco sobre el FEM fuera de este círculo. Por otro lado, el FEM, que goza no sólo del acceso a sino también del control de los medios mundiales, es mucho más conocido para el público más amplio.

Aunque reconozco los esfuerzos hechos por carismáticos líderes de la sociedad civil del FSM para influir sobre nuestros asuntos en el FEM, siento que el impacto hasta ahora ha sido marginal. Por lo tanto, necesitamos afilar nuestras ideas y desarrollar propuestas viables.

Si nuestros líderes necesitan buenas ideas, dejemos que vengan a nosotros en el FSM, en vez de ir a bailar al son de la melodía corporativa en el circo del FEM en Davos.

IPS: El año pasado, el FSM fue verdaderamente global, y el Llamado Mundial a la Acción contra la Pobreza (GCAP, por sus siglas en inglés) invitó a organizaciones de todo el planeta a movilizarse el 26 de enero. ¿Cómo ve usted la evolución de esta reunión errante?

AAW: Para lograr una buena cobertura e impacto se necesita una combinación de intervenciones, actuando concertadamente. Así que fue grandioso tener esta movilización mundial. Diferentes grupos, desde las más conocidas organizaciones no gubernamentales internacionales hasta organizaciones basadas en la comunidad, haciendo algo ese mismo día.

Hay oportunidades claras de ir más allá de los habituales concurrentes al circuito de conferencias y llegar al pueblo para organizar algo en los planos nacional o local y todavía tener el sentimiento de que se es parte de una iniciativa global. Obviamente, esto no puede funcionar por sí mismo. Esto necesita combinarse con un mensaje central claro que capture el espíritu del FSM.

IPS: Dentro del FSM hay diferentes grupos, algunos defendiendo un enfoque más centralizado y coherente. Otros lo han criticado por sus intentos de convertirse en una vía fundamental de toma de decisiones para grupos disidentes. ¿Cuál es su posición al respecto?

AAW: El FSM es muchas cosas para muchas personas, incluyendo lo que usted acaba de describir. Personalmente, no me involucro ni el romanticismo del FSM ni en la politiquería en su interior.

Yo miro al FSM por lo que es: un gran espacio global para el intercambio y la solidaridad. También miro al futuro —cuando el FSM pueda ser práctico y efectivo, un líder mundial y un configurador de opiniones— para comunicar nuestros mensajes claramente, y para desarrollar nuestras propuestas y generar un cambio.

IPS: Dignity International se esfuerza por construir una nueva generación de organizaciones no gubernamentales de derechos humanos, que aspiren a una transformación social duradera. ¿Cuál es su rol en el FSM?

AAW: El rol de Dignity en este foro es apoyar a nuestros socios del movimiento social de África, Asia y las Américas para consolidar las alianzas existentes y hacer otras nuevas, pero por sobre todo agudizar nuestras estrategias e idear una acción conjunta concreta para el futuro. Queremos fortalecer los vínculos local-global y desarrollar maneras innovadoras de hacer activismo local-global.

IPS: ¿Qué espera usted de esta edición del FSM? Con el conflicto en Gaza y la crisis financiera, el FSM parece ser lo último en la mente de cualquiera…

AAW: El FSM ciertamente planteará puntos de vista fuertes sobre todos los asuntos globales prevalecientes, especialmente la situación en Gaza y la crisis financiera. Espero que haya claras declaraciones de solidaridad con nuestros hermanos y hermanas en Gaza, y renovados llamados a la paz en Medio Oriente, y la concreción del sueño de un Estado palestino.

Sobre la crisis financiera habrá declaraciones muy fuertes de "te lo dije". No tenemos que ser petulantes, sino compartir ideas para proponer cómo puede lucir realmente la reformada arquitectura financiera y económica mundial.

IPS: En diciembre, IPS dialogó con Sylvia Borren, copresidenta del GCAP, sobre los resultados de la Conferencia de Doha sobre Financiamiento para el Desarrollo, pero dijo que se habían pasado "cuatro días gastados en acordar otra cara reunión de la Organización de las Naciones Unidas". ¿Cuál es su opinión?

AAW: Para ser honesta, no estoy segura de que necesitemos ningún acuerdo adicional, y todavía más inflación de los compromisos políticos. Ya tenemos estándares muy fuertes en materia de derechos humanos, y el derecho humano de cualquiera a vivir la vida con dignidad, arraigado en los varios instrumentos nacionales, regionales e internacionales de derechos humanos.

Todo lo relativo a la justicia legal, a la justicia social y económica, a la justicia de género y a un orden internacional habilitante para lograrlo todo, y las obligaciones de los gobiernos, incluidos los países donantes… todo está allí.

Con estos instrumentos, los gobiernos no sólo tienen una obligación moral, sino también legal, de erradicar la pobreza de nuestro planeta. Necesitamos descubrir el poder de los derechos humanos y sacarlo del olvido. En una era en que nuestros derechos humanos básicos son atacados desde todas partes, despertémonos, reestablezcamos la primacía de los derechos humanos, adoptemos una posición clara de que los derechos humanos prevalezcan sobre los "derechos" corporativos.

IPS: El presidente estadounidense Barack Obama trajo un mensaje de esperanza. ¿Qué espera usted del nuevo gobierno de Estados Unidos?

AAW: Una vez que se termine la luna de miel, el nuevo gobierno se verá confrontado con el hecho de que hay muchos intereses creados en juego, particularmente de poderosas corporaciones. Se sentirá de algún modo intimidado por el hecho de que las estructuras de la discriminación y la injusticia están tan profundamente arraigadas que no será tan fácil generar un cambio fundamental.

Ahora debe atravesar el trecho del dicho al hecho.

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