La suspensión de la reunión prevista para este martes y el miércoles entre delegados de Ecuador y Colombia, auspiciada por el PNUD y la OEA, demuestra que restaurar las relaciones bilaterales, suspendidas desde marzo, será una tarea ardua. Más aún después del nuevo cruce de acusaciones del último mes.
El encuentro denominado "Colombia-Ecuador: Construyendo Puentes" tenía como sede Pasto, la capital del sureño departamento colombiano de Nariño, y fue convocado para tratar de acercar las agendas políticas y de cooperación entre ambos países.
Entre los que participarían de la reunión, para la cual no se puso nueva fecha, se contaba el canciller de Colombia, Jaime Bermúdez, gobernadores de las provincias y departamentos fronterizos entre los dos países y un delegado de la OEA.
Asesores del gobernador de Nariño, Antonio Navarro Wolf, señalaron al diario ecuatoriano El Comercio que la razón de la postergación fue "la situación de orden público que vive su región", en referencia a las protestas masivas por el escándalo de las estafas contra modestos ahorristas perpetradas en ese país por empresas financieras captadoras de fondos.
Sin embargo, fuentes gubernamentales de ambos países manifestaron su certeza de que todavía no hay condiciones para un acercamiento, como el que se pretendía en este encuentro, que contaba con el patrocinio del PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) y de la OEA (Organización de Estados Americanos).
Una muestra de ese camino empedrado que tanto falta para transitar la dio el propio presidente de Ecuador, Rafael Correa, quien en su habitual cadena de radio de los sábados volvió a afirmar que Colombia no controla su territorio y que el conflicto armado interno de ese país ha desbordado la frontera sur.
Advirtió, en ese marco, que las Fuerzas Armadas de su país no tolerarán incursiones extranjeras y que tienen la orden de "responder con todo" a cualquier agresión de guerrilleros izquierdista, paramilitares ultraderechistas o militares colombianos.
El mandatario centroizquierdista agregó que el Plan Colombia, de lucha antidrogas y contrainsurgente financiado por Estados Unidos, es un "total fracaso", porque el país vecino del norte "tiene más helicópteros que pilotos y los cultivos de droga siguen ahí, mientras vastos territorios continúan sin ser controlados por el Estado".
"El conflicto colombiano no tiene salida militar, tiene salida política, pero los militaristas, guerreristas de siempre, jamás van a aceptar aquello", aseguró Correa en clara mención al presidente de Colombia, el derechista Álvaro Uribe.
El secretario general de la Asociación Latinoamericana para los Derechos Humanos (Aldhu), Juan de Dios Parra, coincidió con el alerta sobre el peligro para su país que significa la guerra civil cerca de la frontera norte.
El activista aseguró a IPS que en diciembre, en el marco de las acciones de ese plan, aumentarán los enfrentamientos en el sureño departamento de Putumayo, limítrofe con Ecuador. Eso provocará un nuevo desbordamiento del conflicto hacia este país.
"El Plan Colombia tiene el objetivo de acabar con la presencia militar de las FARC (las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) en el Putumayo, entre otras cosas", apuntó.
"Para ello, entre 1998 y el 2004, se desarrolló en el Putumayo colombiano una política de exterminio de la población civil para acabar con los vínculos de apoyo que las FARC podían tener en la población civil. Eso significó más de 10.000 muertos de una masacre espantosa", aseguró.
"Luego, para cortarle los abastecimientos de agua y de alimentos a esa guerrilla, se fumigaron las plantaciones de coca con glifosato tóxico", afirmó Parra
Parra explicó que ahora se entró en la fase de "la expulsión de las FARC del Putumayo, para lo cual se busca despoblar la frontera del lado ecuatoriano. Los asesinatos colectivos, las incursiones entre la población civil, las amenazas, los falsos positivos apuntan en esa dirección".
Del lado ecuatoriano ya hay, en sólo un año, "16 casos de falsos positivos, modo en que en Colombia se conoce a la serie de asesinatos de civiles inocentes que el ejército perpetra para hacer pasar como bajas guerrilleras, y así demostrar resultados en la guerra contra las agrupaciones izquierdistas armadas.
En Colombia, la denuncia sobre los "falsos positivos" ya provocó la destitución de 27 militares y la renuncia del general Mario Montoya a la comandancia en jefe del ejército. Este militar era uno de los mandos militares más cercanos a Uribe.
En diciembre, según Parra, se va a desatar una ofensiva feroz de parte de paramilitares y militares colombianos en toda la franja fronteriza del Putumayo, con el objetivo de eliminar del área la presencia del Frente 48 de las FARC. "Eso va a significar el desplazamiento de civiles hacia Ecuador y la incursión de militares colombianos más allá de la frontera", previó.
Dijo además que esa ofensiva provocará también incursiones de la guerrilla en territorio ecuatoriano huyendo o eludiendo cercos militares colombianos, y habrá bombardeos", pronosticó.
Un día antes de la frustrada reunión de Pasto, uno de los participantes, el gobernador de Putumayo, Felipe Guzmán, acusó a Quito de haber sido permisivo con las FARC y que por eso los rebeldes están "muy cómodos", ya que pueden ingresar fácilmente a ese país.
"Todo ese manejo que da Correa no es otra cosa que una estrategia para llamar la atención de los medios internacionales. Qué bueno sería que las autoridades ecuatorianas estuvieran acantonadas en la frontera, pero para impedir el paso de los delincuentes colombianos, no para ser permisivos con el terrorismo", dijo enfático Guzmán.
Sin embargo, se ha informado que en el último año aumentaron los enfrentamientos entre el ejército ecuatoriano y la guerrilla como nunca antes.
Las acusaciones de que Ecuador no colabora con Colombia en el combate contra las FARC y la protesta de Quito ha sido la tónica de las relaciones en los últimos meses.
En ese mismo lapso han aumentado los enfrentamientos entre el ejército ecuatoriano y la guerrilla, lo que ha provocado heridos de ambos lados. La semana pasada un soldado de este país perdió su pierna tras ser herido en combate.
El diario El Tiempo, de Bogotá, en su editorial del lunes sostuvo que las relaciones entre los dos gobiernos van de mal en peor, y son más los hechos que apuntan a un distanciamiento que a un relanzamiento de las relaciones.
La situación bilateral fue calificada de "muy, muy difícil" por la canciller ecuatoriana, María Isabel Salvador. "Sin duda la situación con Colombia es muy, muy difícil y vemos cómo todos los días o todas las semanas sucede algo en la frontera y eso es extremadamente grave", comentó en una entrevista periodística.
"Ecuador está haciendo su mayor esfuerzo, estamos reforzando nuestras Fuerzas Armadas para que el control limítrofe sea cada vez más efectivo y, ¿qué está haciendo Colombia para controlar su frontera sur?", se preguntó la canciller. "La teoría de que cualquier Estado puede ir a atacar a sus enemigos en otro Estado es inaceptable y es la misma política que ha utilizado el gobierno estadounidense de (George W.) Bush, y por eso atacó a Iraq y a Afganistán", concluyó.