Puesta en el papel de salvadora ante la crisis financiera mundial, China será sede de una reunión entre líderes asiáticos y europeos esta semana, en la que condenará el modelo anglosajón de capitalismo y presionará para una reforma del orden económico mundial.
"¿Puede Asia ser la mejor esperanza?, preguntó en su editorial el semanario chino en inglés The Economic Observer. Indicando que este continente casi no tuvo un papel durante la recuperación mundial de la Gran Depresión en 1929, la publicación sugirió que las establecidas y emergentes economías asiáticas constituían ahora la mejor oportunidad de rescate tras el "tsunami financiero".
"Y aun cuando el deceso de Wall Street no significa en forma instantánea el triunfo del modelo asiático de Mahathir (Mohammad, primer ministro de Malasia entre 1981 y 2003), es el comienzo del tan necesitado reajuste del poder económico en el mundo", concluyó.
Más de 40 líderes convergerán en la capital china para la VII Cumbre de la Reunión Asia-Europa (ASEM) este viernes y el sábado para analizar la crisis financiera y discutir un plan de acción conjunta.
Además de los 27 países de la Unión Europea (UE), 10 de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean), la Comisión Europea, China, Japón y Corea del Sur, a la cumbre asistirán otros tres países asiáticos: India, Pakistán y Mongolia.
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Las conversaciones serán co-presididas China y Francia, que ejerce la presidencia rotativa de la UE.
"China sostiene que la comunidad internacional debe fortalecer su cooperación y manejar en conjunto la actual crisis financiera sobre la base de una consulta equitativa", dijo el martes en Beijing el portavoz de la cancillería, Qin Gang, pero alertó que "los intereses y preocupaciones de los países en desarrollo deben ser plenamente respetados y salvaguardados".
China, una gran economía emergente con 1,8 billones de dólares en reservas de divisas, es considerada ahora un importante actor en el camino de salida a la catástrofe financiera.
Funcionarios del Departamento del Tesoro de Estados Unidos han pedido a Beijing que muestre una actitud positiva y participe de esfuerzos conjuntos con Occidente para superar la peor crisis desde la Gran Depresión.
Qin Gang respondió destacando que Beijing había adoptado "una actitud responsable y constructiva".
Pero pocos detalles se han dado del papel que se espera tenga China hoy. Las últimas cifras económicas indican que la economía de ese país asiático es también vulnerable a los efectos del enlentecimiento global.
La Oficina Nacional de Estadísticas china indicó el lunes que la economía se expandió nueve por ciento en el tercer trimestre de este año, el índice más bajo en los últimos cinco años. En comparación, la economía creció 10,6 por ciento en el primer trimestre y 10,1 por ciento en el segundo.
Este enlentecimiento fue atribuido a la caída de la demanda de bienes chinos de parte de los consumidores en Estados Unidos y Europa, que redujeron sus gastos.
En las últimas semanas, Beijing se ha hecho más crítico sobre la falta de vigilancia financiera en las economías industrializadas, a las que responsabiliza por la crisis.
El vicegobernador del Banco Central de China, Yi Gang, quien participó de la reunión de emergencia del Grupo de los 20 —bloque de naciones en desarrollo— celebrada en Washington a comienzos de este mes, reprendió al Fondo Monetario Internacional (FMI) por haber confiado demasiado en el sistema y no haber ejercido un control en las instituciones financieras internacionales.
El funcionario dijo a la prensa que "la pobre disciplina financiera derivó en un exceso de liquidez mundial y flujos desordenados de capital".
En esto coincidieron numerosos artículos y columnas en la prensa china, intentando analizar las razones de las caídas de Wall Street. Muchos hablaron del fin de la "era del Consenso de Washington", como se conoce al grupo de políticas económicas liberales impulsadas en los años 90 por los organismos de crédito con sede en la capital estadounidense.
Sin embargo, tampoco está claro qué podría reemplazar al actual orden de capitalismo internacional. "El deceso del modelo anglosajón de Wall Street no significa la victoria del modus operandi financiero de China", sostuvo el XXI Century Economic Herald.
"Aun cuando criticamos los excesos de Wall Street, deberíamos saber que el modelo chino de operaciones financieras no es necesariamente la respuesta. Es verdad, los bancos chinos son estables y no persiguen ganancias excesivas en forma ciega. Pero están lejos de ser libres de los trámites burocráticos y de la interferencia administrativa", sostuvo.
Según Qin Gang, la cumbre de ASEM ofrece la "plataforma perfecta" para que los líderes discutan vías de salida a la crisis.
El primer ministro de Gran Bretaña, Gordon Brown, propuso un sistema global de supervisión financiera que fortalezca a los organismos internacionales, incluyendo al FMI, para vigilar los mercados y actuar como un sistema de alerta temprana.
Por su parte, el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, uno de los coordinadores de la cumbre, prometió usar la reunión como plataforma para persuadir a las naciones asiáticas de participar en un plan para reconstruir el capitalismo internacional.
"Lo que ha ocurrido es un acto de traición contra los valores del capitalismo. No es un resultado de la economía de mercado", dijo Sarkozy durante un discurso el martes en el Parlamento Europeo.
"La solución más simple" sería reunir al Grupo de los Ocho países más poderosos con las economías emergentes más grandes, lideradas por China e India, dijo a los europarlamentarios.
Analistas chinos anticipan que la cumbre podría concluir con un acuerdo para crear un fondo conjunto entre Asia y Europa, similar al lanzado durante la segunda cumbre de la ASEM, celebrada en Londres en 1998, para entonces combatir a la crisis financiera del sudeste asiático. ***** + ()
