Casas y cultivos destruidos, embarcaciones arrastradas por varios kilómetros, tanques de agua disparados de las azoteas, árboles arrancados de raíz y poblados enteramente inundados. Las imágenes desoladoras reinan en el extremo occidental de Cuba y de la más maltratada Isla de la Juventud.
Sin embargo, no hay que lamentar una sola persona muerte tras el paso del huracán Gustav el sábado por este país caribeño. Reportes preliminares del Estado Mayor de la Defensa Civil indican que se registraron 19 lesionados, además de los inmensos daños económicos.
"Lo importante es que estamos vivos. Todo lo demás se recupera", dijo a la televisión estatal una cubana que perdió su casa.
Ella, como tantos damnificados por el huracán más potente que ha azotado el occidente de Cuba en medio siglo, estaba evacuada en un lugar seguro en el momento del desastre y, pasados los vientos y las lluvias, se encontró que no tenía un hogar a donde regresar.
Gustav llegó a Cuba la tarde del sábado pasado tras dejar más de 80 personas muertas a su paso por Haití, República Dominicana y Jamaica. Con vientos máximos sostenidos de 240 kilómetros por hora, el huracán categoría cuatro llegó a registrar rachas de 340 kilómetros por hora, un récord en la historia de esta isla.
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Tras salir de Cuba, el ciclón tropical puso rumbo a Estados Unidos, a donde llegó más débil este lunes ya como un huracán categoría dos. Gustav tocó tierra en la localidad de Cocodrie, al oeste de Nueva Orleans, con vientos de hasta 175 kilómetros por hora, según informa el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos.
Reportes desde Nueva Orleans, destruida por el huracán Katrina el 29 de agosto de 2005, indican que el agua del mar comienza a superar a algunos de los diques y se expande por la zona más baja de la ciudad. Se estima que sólo 10.000 personas de sus 240.000 habitantes aún permanecían este lunes en la urbe.
Más de 467.000 personas fueron protegidas en Cuba, algunas en albergues estatales y otras en casas vecinas, de familiares o amistades. El plan de evacuación incluyó a la población completa de poblados costeros del sur como Cocodrilo, Cajío y Guanimar, amenazados por penetraciones del mar varios kilómetros tierra adentro.
"Nada es tan desolador como la destrucción y el daño que se observa después de un huracán", dijo el ex presidente cubano Fidel Castro en un artículo publicado este lunes en su habitual espacio titulado Reflexiones. "La tarea que tenemos por delante exige tiempo y experiencia", añadió.
En tanto, se conoció que el presidente de Cuba, Raúl Castro, había enviado un mensaje a las poblaciones afectadas del occidente del país. "Confiamos en el espíritu de recuperación de los habitantes de esta región", afirmó el general de ejército en una conversación telefónica con la presidenta del Consejo de Defensa de Pinar del Río, Olga Lidia Tapia.
La ausencia de víctimas fatales fue considerada "milagrosa" por el general de cuerpo de ejército Leopoldo Cintra Frías, miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba, quien atribuyó "el milagro" al sistema de Defensa Civil de la Isla, apoyado en la particular solidaridad de la población.
Además de los albergues habilitados para la evacuación, "miles de personas sin hogar viven en casas de familiares y vecinos", en espera de "la ayuda que la dirección del país destina para los miles de afectados", indicó un reporte de la prensa nacional cubana.
"En estas acciones de protección participaron más de 71.000 personas", afirmó el coronel Miguel Ángel Puig, jefe del departamento de Operaciones del Consejo Nacional de la Defensa Civil, en un resumen preliminar del impacto de Gustav realizado por el programa televisivo Mesa Redonda, la noche del domingo.
Más de 86.000 viviendas fueron afectadas sólo en Pinar del Río, al oeste de la ciudad de La Habana, mientras se desconoce aún la cuantía del impacto en la Isla de la Juventud, territorio ubicado al sur de la isla de Cuba. Aunque los vientos y las lluvias apenas se sintieron en la capital del país, se reportó el derrumbe parcial de 19 viviendas.
"Cosas que parecían seguras han sido dañadas. Vehículos en parqueos que salieron volando, otros torcidos. Tanques de los techos, ventanales y puertas de viviendas han sido arrancados; avenidas que están intransitables", señaló Ana Isa Delgado, presidenta de la Defensa Civil en Isla de la Juventud, en comunicación telefónica con la televisión estatal.
Según Vicente La O, director general de la Unión Eléctrica, toda la red de distribución de ese territorio fue afectada y será necesario reconstruir prácticamente todo el sistema. En tanto, en Pinar del Río fueron derribadas 136 torres de alta tensión y 12 torres de las líneas de 110 voltios.
La Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa) reportó la caída de la torre del centro de comunicaciones en la Isla de la Juventud. Se encuentran incomunicadas, desde el punto de vista de la radiodifusión, 14 comunidades del occidente cubano y un total de 14.300 usuarios carecen de servicios telefónicos.
Datos preliminares indican que en Pinar del Río, principal productor de tabaco de exportación cubano, fueron afectadas más de 3.410 casas de procesamiento de la hoja de esa planta. En tanto, en la provincia de La Habana, que abastece productos agrícolas a La Habana, se consideraban perdidas más de 3.700 hectáreas de cultivos.
"Los riesgos aún no han pasado", alertó el coronel Puig en su mensaje a la población de la Defensa Civil.
Según las orientaciones, aunque Gustav se aleje la población del occidente cubano debe seguir evitando la "circulación innecesaria", evitar cruzar zonas anegadas por las aguas o ríos crecidos, extremar las medidas de higiene, no acumular residuos sólidos ni tomar agua sospechosa.
Pasado el ciclón y mientras se trabaja aceleradamente en la recuperación de las áreas afectadas, incluso con la participación de efectivos y equipos de las fuerzas armadas, hay que "incrementar la vigilancia epidemiológica" y evitar la "proliferación de cualquier tipo de vectores", alertó Puig.
