La pintora Ana María Guardía recorrió bodegas, pozos petroleros y laboratorios en busca de objetos para montar una exposición sobre hidrocarburos, uno de los temas más polémicos de la actualidad mexicana.
Guardía reunió piezas industriales de exploración y producción para estructurar la muestra que se exhibe en la sede de Petróleos Mexicanos (Pemex), la firma estatal objeto de estudio sobre su futuro en el parlamento a iniciativa del gobierno conservador de Felipe Calderón.
En ella figuran un malacate, un equipo de perforación que va debajo de una torre de metal empleado en el primer pozo petrolero perforado después de la expropiación del sector en 1938 durante el gobierno de Lázaro Cárdenas (1934-1940).
Otros elementos de la exposición titulada "Universo Pemex, visión plástica" son un camión plataforma marca Ford-T de 1932 y una grúa marca Crane de 1930. Muchas de las piezas provienen de museos en los estados de Veracruz, a unos 400 kilómetros de la capital mexicana, y de Tamaulipas, a unos 1.100 kilómetros.
"Traía esta idea de la exposición desde hace unos siete u ocho años, y ahora la pude plasmar", dijo la artista a IPS.
La exhibición consta también de fotos, cuadros, mapas, cartas sísmicas y muestras de los tipos de crudo que México produce, es decir ligero y pesado, este segundo el más difícil de procesar.
Guardía, originaria de la capital mexicana, dio sus primeros pasos artísticos en 1992, pero sólo en 1998 se lanzó abiertamente a la pintura. Ha presentado sus obras también en Estados Unidos, Italia y Gran Bretaña..
Uno de sus últimos trabajos es "La vaca migrante", una figura que tiene la mitad del cuerpo en territorio mexicano y la otra en suelo estadounidense.
Tradicionalmente, la artista recurre a elementos naturales relacionados con la evolución de la vida, como gases, células y materia, para incorporarlos a una visión abstracta.
"Como artista, observar, vibrar y pensar en un concepto plástico utilizando el petróleo, sus colores, sus texturas, sus elementos y sus medios de producción, no ha representado ningún esfuerzo, todo es bellísimo en sí mismo. Las formas abstractas de la naturaleza rebasan la imaginación creativa del hombre", sostuvo Guardia.
Como no hay arte sin ideología, la exposición podría ser tomada como una apología del petróleo, en momentos en que se debate intensamente sobre la situación de esa industria. "Veo la expresión artística como un asunto de conciencia, no de denuncia", precisó.
A sus 70 años de vida, Pemex, la empresa más grande de América Latina con 154.761 empleados, 125.523 de los cuales están sindicalizados, atraviesa una profunda crisis financiera y de falta de tecnología.
La reforma a Pemex, que abarca temas como su operación y su esquema financiero, está en medio de una fuerte discusión entre todas las fuerzas políticas del país, tanto de derecha como de izquierda. Los partidos políticos representados en el Congreso legislativo aprobarían esa reforma en septiembre.
Además, los hidrocarburos están en la mira, por ser la principal fuente de gases contaminantes en el país. México es vulnerable a los efectos del cambio climático, como sequías más prolongadas, lluvias más intensas y la amenaza del aumento del nivel del mar en algunas costas tanto del océano Atlántico como del Pacífico.
"La perspectiva de esta exposición es dar a conocer y destacar el aspecto estético y sorprendente del proceso de gestación de hidrocarburos, y de las formas de algunas de las piezas industriales utilizadas en sus procesos de producción. Quise abarcar desde cómo se gesta hasta sus productos finales", explicó.
El plan de Guardía es sacar físicamente la exposición de las instalaciones de Pemex para que más gente pueda apreciarla, especialmente por ser pocas y contadas las muestras de este tipo y por la virtual inexistencia de un museo nacional del petróleo.
+
