La destrucción de los ricos manglares del noroeste de México tiene un fuerte impacto negativo en la actividad pesquera de la zona, según un estudio elaborado por seis científicos de instituciones mexicanas, de Estados Unidos y de España.
Más de 26 pesquerías de alto valor económico, que suministran beneficios anuales de unos 700.000 dólares por hectárea, tienen sustento en los manglares del Golfo de California sobre el océano Pacífico, entre la Península de Baja California y los estados de Sinaloa y Sonora, a unos 1.700 kilómetros de la capital mexicana, afirma la investigación, publicada el lunes.
"Hay una correlación entre la cantidad de manglar y la pesca de especies como el bagre, el róbalo, el pargo y la jaiba", un tipo de crustáceo, dijo a IPS uno de los autores del estudio, Ezequiel Ezcurra, director del Centro de Investigaciones de la Biodiversidad de las Californias en el Museo de Historia Natural de San Diego, Estados Unidos.
La investigación, que publicó la revista Anales de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, halló que 31 por ciento de las capturas artesanales registradas entre 2001 y 2005 corresponden a variedades relacionadas con bosques de mangle, un ecosistema de zonas costeras tropicales y subtropicales formado por diferentes especies de árboles tolerantes al agua salada.
Mediante una combinación de estudios de campo, análisis geográficos y valoraciones económicas, los científicos comprobaron que 13 regiones costeras del Golfo de California produjeron un promedio anual de 11.500 toneladas de peces y jaibas derivados de los manglares entre 2001 y 2005, dejando ingresos de unos 19 millones de dólares a los pescadores locales.
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Los expertos establecieron que una hectárea de mangle rojo (Rhizophora mangle), el que tiene mayor contacto con el mar, presenta en la zona una productividad pesquera anual de casi 37.000 dólares. A largo plazo, su valor estimado a 30 años superaría los 700.000 dólares, 600 veces más que el fijado por el gobierno mexicano para este ecosistema.
"No se está valorando para lo que realmente sirven los manglares. Además, no hay datos sobre el beneficio de los proyectos que han provocado su destrucción", dijo a IPS Esperanza Salazar, coordinadora general de la no gubernamental Bios Iguana, con sede en el noroccidental estado de Colima.
La construcción de complejos turísticos e inmobiliarios y de plantas industriales arrasa con los bosques de mangle, según persistentes denuncias de organizaciones ambientalistas mexicanas e internacionales.
Bios Iguana ha emprendido una intensa campaña contra de la instalación de una planta regasificadora en el puerto de Manzanillo, sobre el Pacífico mexicano.
Colima, que tiene 3.192 hectáreas de manglares, de los cuales pierde 2 por ciento al año. Sólo en la Laguna de Cuyutlán, sitio elegido para la regasificadora, hay 1.500 hectáreas de mangle, hábitat de especies amenazadas, como el cocodrilo y las iguanas negras y verdes.
Este sábado 26 de julio se celebra el Día Internacional de Defensa del Ecosistema Manglar.
Datos oficiales indican que en México hay unas 800.000 hectáreas de manglares, de las que desaparecen 10.000 por año.
El programa "Los manglares de México", a cargo de la estatal Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), indica que la Península de Yucatán, sobre el mar Caribe, es la que tiene la mayor superficie, con 349.252 hectáreas.
El Caribe mexicano soporta la mayor deforestación de manglares del país, con aproximadamente 12 por ciento anual, debido sobre todo a la expansión turística y urbana.
Precisamente, el enclave turístico de Cancún soportó en octubre de 2005 el huracán Wilma, uno de los más devastadores en esa zona, pues dejó 250.000 afectados y daños materiales de millones de dólares. El grado del impacto se debió a la degradación de las áreas costeras.
"Los manglares son bastante resistentes a los huracanes y, al mismo tiempo, sirven para minimizar su impacto. Por eso padecen un círculo vicioso", sostuvo Ezcurra.
En febrero de 2007, el gobierno federal reformó la Ley General de Vida Silvestre para prohibir totalmente la destrucción del manglar, pero las industrias inmobiliaria y turística han presionado para modificar artículo 60 y así obtener permisos para cortarlo y sustituirlo en otra área de playa.
El cabildeo de un centenar de agrupaciones ecologistas ha impedido hasta ahora que esos cambios avancen en el Senado.
Durante el gobierno del conservador Vicente Fox (2000-2006), el estatal Fondo Nacional de Fomento al Turismo vendió terrenos de manglares a precios de entre uno y 14 dólares por metro cuadrado.
"La extrema subvaloración de los beneficios generados por los manglares a las pesquerías, en contraste con los beneficios proyectados para los desarrollos costeros y la acuicultura, revela una crisis en la planeación y regulación de las zonas costeras del Golfo de California", afirma el estudio.
El programa de la Conabio identificó 55 sitios de manglar de relevancia biológica y áreas con necesidades inmediatas de rehabilitación ecológica.
A largo plazo, esa iniciativa pretende estimar la tasa de cambio e identificar los principales factores de transformación de los manglares en los últimos 30 años, definir los lugares con mayor factibilidad para conservación o rehabilitación y definir parámetros e indicadores para monitorear esos ecosistemas.
"En Colima, en la zona industrial y portuaria, se están destruyendo ecosistemas que son sumamente importantes para el país a cambio de proyectos que sólo benefician a unos cuantos", dijo Salazar, cuya organización pertenece a la Red Manglar Internacional.
El estudio concluyó en que "el precario estado de los humedales costeros en el noroeste de México y en el mundo en general no puede ser ignorado, particularmente en una era donde la producción de alimento tiene implicaciones trascendentales en el bienestar humano".
