MUSEOS-DDHH: Aprender de la memoria

Los lugares en los que se preserva la memoria de los campos de concentración de la era soviética en Rusia y del terrorismo de Estado en América Latina no son muy diferentes. Sus historias son paralelas y su papel actual también es similar.

Liz Sevcenko Crédito:
Liz Sevcenko Crédito:
"Se trata de sitios de conciencia, donde se crean laboratorios para la participación democrática en cada uno de esos muy diferentes contextos", dijo en una entrevista con IPS Liz Sevcenko, directora de la Coalición Internacional de Museos de Conciencia de Sitios Históricos, con sede en Nueva York.

En esas instalaciones, se avanza en la construcción y preservación de una cultura de derechos humanos, dijo Sevcenko en esta entrevista.

Hace casi 10 años, el neoyorquino Museo Lower East Side Tenement llamó a los responsables de sitios así de todo el mundo, en la convicción de que podían jugar un papel fundamental en la promoción de la participación democrática.

Al principio, obtuvo ocho respuestas. Una de ellas fue la del Museo District Six, que recuerda el apartheid, el régimen de segregación racial institucionalizada en perjuicio de la mayoría negra que rigió en Sudáfrica hasta 1994.

También respondieron al llamado el Museo Gulag, el único campo de concentración del estalinismo que se preserva en Rusia, la Maison des Esclaves de Senegal, un centro de transporte de esclavos del siglo XVIII, y el Museo de la Guerra de Liberación de Bangladesh.

Otros sitios se sumaron luego, desde Argentina, República Checa, pasando por la Fundación Escuela de Paz de Monte Sole, en Italia. Actualmente, la Coalición integra a 17 "sitios de conciencia" e incluye más de 150 miembros y 1.800 patrocinadores en 90 países.

— ¿Por qué la Coalición eligió a Italia para realizar su conferencia, del 16 al 20 de este mes?

— La Coalición vino a Italia para aprender de la Fundación de Monte Sole, sitio de una masacre cometida en 1944 por nazis alemanes con ayuda de fascistas locales. Más de 700 personas fueron asesinadas y varias aldeas destruidas en esa área.

La Escuela de Paz ha desarrollado programas innovadores que emplean la historia del lugar para promover el diálogo, especialmente entre los jóvenes, sobre asuntos contemporáneos como la violencia, el racismo y la xenofobia.

— ¿Cuál es el papel de esos sitios históricos en la construcción de una cultura de derechos humanos?

— Nos ayudan a recordar acontecimientos tanto dolorosos como positivos y experiencias que han dado forma al estado de los derechos humanos en nuestras sociedades. Pero no construyen automáticamente una cultura de derechos humanos.

Debemos realizar un esfuerzo consciente y deliberado para activar esos sitios históricos a través de programas innovadores, que unan a la gente por sobre sus diferencias para reflexionar sobre el pasado y discutir su legado.

— ¿Qué aprende la gente, especialmente los jóvenes, de esos lugares?

— Los jóvenes, y de hecho todos los visitantes, afrontan diferentes desafíos a los derechos humanos. Al explorar los ejemplos del pasado, los sitios de conciencia ofrecen formas de entender las decisiones individuales que desarrollan culturas de tolerancia e intolerancia.

Sobre todo, relacionan cuestiones sociales con el poder y responsabilidad de cada individuo. Con esta base, ayudan a los jóvenes a identificar el papel que pueden jugar para tratar los difíciles problemas que deben abordar.

— ¿Cuál es la conexión entre las viejas luchas y desafíos actuales como el racismo y la creciente xenofobia?

— Algunos sitios de conciencia están referidos a cuestiones contemporáneas que, directa o literalmente, están ligadas a lo que ocurrió allí en el pasado.

El Museo Lower East Side Tenement preserva los departamentos de los siglos XIX y XX donde vivieron los extranjeros que entonces llegaban a Nueva York, utilizando historias de la vida cotidiana como catalizadoras de un diálogo sobre las similitudes o diferencias de esas experiencias de inmigrantes y cómo pueden mejorarse.

Otros sitios se refieren a materias que hoy tienen una fisonomía completamente distinta. La Escuela de Paz de Monte Sole no informa a la gente sobre esa masacre de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), pero la ayuda a analizar los sistemas o culturas subyacentes que permitieron que se desatara esa violencia.

En ambos contextos, la violencia y sentimientos contra los inmigrantes están en aumento. Los sitios ofrecen diversas maneras para que la gente conecte las luchas pasadas con la actualidad. También nosotros nos esforzamos continuamente para identificar qué cuestiones están asumiendo nuevas formas y cómo encararlas.

— ¿Cuáles son los desafíos que enfrentan hoy los sitios de conciencia?

— En algunos casos, puede parecer que las luchas conmemoradas en estos sitios ya han sido resueltas. De hecho, muchos gobiernos y sociedades erigen sitios para señalar que la cuestión ha sido resuelta y que no hace falta seguir considerándola.

Por ejemplo, un visitante a Villa Grimaldi, un ex centro de detención y tortura en Chile, puede pensar que como el país vive hoy en democracia y el sistema de represión oficial fue erradicado, el problema de las violaciones de derechos humanos del régimen de Pinochet (1973-1990) se ha resuelto.

Pero la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi usa la historia del lugar para ayudar a los jóvenes a identificar las cuestiones de derechos humanos que ellos afrontan hoy en la escuela, como la xenofobia o el acoso, y cómo avanzan las culturas de violencia y represión. De esta forma, ayuda a los jóvenes a conectar el autoritarismo estatal, la represión y los conflictos del presente.

— ¿Se acepta normalmente esa conexión?

— Los sitios frecuentemente reciben apoyo para preservar los materiales de los edificios o contar las historias del pasado. Pero pueden tener obstáculos peores para abrir un diálogo sobre las complejidades y contradicciones de la historia, o por rehusarse a relegar al pasado las cuestiones de derechos humanos, negándose a considerarlas resueltas.

En cambio, los sitios de conciencia buscan inspirar a las nuevas generaciones a identificar por sí mismas los problemas que las afectan y estar preparadas para afrontarlos.

— ¿Existe algún tipo de cooperación entre los sitios de la memoria europeos o están ustedes trabajando en eso?

— Nuestra esperanza es que, al finalizar nuestra conferencia, con el liderazgo de Monte Sole, lancemos nuestro primer proyecto de Sitios de Conciencia Europeos. En la reunión, los sitios europeos exploran los pasos a dar para responder a los desafíos más urgentes en la Europa de hoy, cómo pueden ayudarse mutuamente y qué apoyo precisan de la Coalición Internacional.

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