La estatal Universidad Nacional de Honduras culminó la primera etapa de cambios en busca de elevar el nivel de la educación superior, armonizar sus políticas con las metas del milenio y dar respuestas a las demandas sociales, mediante el rescate de la investigación y la vinculación con la población.
La Universidad, responsable por mandato constitucional de orientar la educación superior en Honduras, fue fundada en 1847. Su último proceso reformista se produjo en 1957, cuando obtuvo la autonomía.
"Posteriormente hubo intentos, algunos avances, pero una etapa intensa de reforma sólo se vive desde hace tres años, cuando el Congreso legislativo nombró una Comisión de Transición para la reforma universitaria con mandatos puntuales y esenciales", dijo a IPS Jorge Haddad, responsable de impulsar ese proceso.
Haddad, junto a otros seis representantes del mundo académico y social hondureño, fueron comisionados para impulsar los cambios en una universidad donde las resistencias, los grupos corporativos y la corrupción mantenían "cautiva" a la educación superior, según analistas.
"Cuando llegamos a la universidad nunca imaginamos el nivel de resistencia que íbamos a encontrar. Para que pudiéramos cumplir nuestra función, se aprobó una nueva ley orgánica universitaria y en ella los mandatos eran claros: limpiar la casa, poner orden e insertar a la institución en las nuevas rutas que demanda la calidad y pertinencia de la educación superior", recordó Haddad.
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Hace dos semanas concluyó su gestión de tres años al frente de la transición de la reforma universitaria.
La labor de la Comisión de Transición ha recibido elogios y cuestionamientos. Los críticos dicen que la reforma no cobró el dinamismo deseado, que faltó decisión política para mandar a la justicia a los corruptos, que afirman están ligados al sindicato de trabajadores no docentes y a la asociación de profesores, en la que un sector apoyó la reforma y otro la boicoteó.
Quienes apoyan la tarea realizada destacan el reordenamiento jurídico y administrativo de la Universidad, la creación de una nueva estructura con escuelas, facultades, redes y centros regionales, el cumplimiento de normas académicas, el nombramiento de autoridades y profesores por concurso, y la puesta en marcha de un sistema de admisión que bajó en el último año los niveles de repetición de 32 a 21 por ciento, según datos oficiales.
Los integrantes de la comisión de transición indican que la Universidad se enfila ahora a un proceso de modernización tecnológica, académica y de generación de conocimiento, congruente con las demandas del país, más vinculada a la sociedad y con una propuesta de descentralización educativa mediante un sistema de redes, que permitirá una mayor conexión entre las regiones más pobres con el acceso a la educación superior.
"La tarea no fue fácil", dijo a IPS Antonio Núñez, otro de los integrantes de la comisión de transición.
"Cada vez que tocábamos un área de interés ligada al sindicato o a la asociación profesores, las resistencias cobraban mayor fuerza. Fuimos blanco de protestas, insultos, agresiones e incluso rehenes por más de siete horas de los sindicalistas, cuando teníamos una sesión plenaria para tomar medidas contra la corrupción", agregó.
Estas acciones llevaron a que el presidente de la comisión de transición, junto al actual rector, Jorge Arita, fueran objeto de un juicio oral y público por denuncias de corrupción, el cual ganaron a fines de 2007.
Al término de su gestión, la comisión de transición presentó dos informes. Uno sobre la nueva visión académica y el compromiso con los objetivos de desarrollo del milenio, y el otro sobre actos de corrupción.
Entre ellos se mencionó el tráfico de notas, nombramientos ilegales de profesores, cobro de salarios sin trabajar, plagio de materiales, tráfico de influencias del sindicato y hasta la entrega de predios universitarios a la federación nacional de fútbol.
En Honduras existen 19 universidades, 13 privadas y seis estatales. La Universidad Nacional de Honduras (UNAH), concentra 61 por ciento de los 139.976 alumnos matriculados en el nivel de educación superior, según cifras oficiales.
La directora de Investigación Científica de la UNAH, Leticia Salomón, comentó a IPS que "la universidad estaba abandonada, en los últimos 15 años se llamaba investigación científica al mero hecho de publicar una revista y realizar un encuentro anual. No había nada más".
Ahora, sostiene, cuenta con recursos para becas a estudiantes y profesores interesados en la investigación, una categorización para los diversos tipos de investigadores y están participando de acciones y demandas sociales acordes a la realidad nacional y el interés del país. Por ejemplo, "estamos apoyando la creación de una política pública en ciencia y tecnología".
En Honduras, la calidad de la educación media y superior comenzó su declive a mediados de los años 90. La falta de actualización docente y políticas públicas son factores que han contribuido al deterioro. La tasa de analfabetismo en el país llega a 32 por ciento y en los últimos seis años fracasaron dos intentos de modernizar la educación secundaria.
Por ahora, el proceso de reforma iniciado en la UNAH será acompañado en su segunda fase por un nuevo gobierno universitario, con una junta de dirección integrada por académicos y representantes de la sociedad civil.