Cada día que pasa, Cabo Verde obtiene mayores créditos ante el ojo vigilante de la hermética fortaleza blindada de la Unión Europea (EU), decidida a frenar las migraciones provenientes de los países del Sur.
A partir de enero de 2009 y por un período de tres años se va a ensayar un nuevo modelo de trabajo temporario en la UE: la migración circular, que consiste en facilitar la movilidad de las personas entre Cabo Verde y el bloque comunitario.
Desde Lisboa, se coordina el proyecto, "al que se han unido España, Francia y Luxemburgo", dijo a IPS Manuel Correia, presidente del Instituto Portugués de Apoyo al Desarrollo (IPAD).
El Consejo Europeo de Ministros de Justicia e Interior escogió el 6 de diciembre, al finalizar la presidencia semestral portuguesa del bloque, al luso-africano Cabo Verde y a la europea no comunitaria Moldavia, como países para una experiencia piloto de flexibilidad de circulación de personas de terceros países en el espacio de la UE.
Los indicadores internacionales de progresos económicos y sociales, así como los diversos informes sobre el estado de la democracia y los derechos humanos, colocan a Cabo Verde en una posición de neta ventaja sobre la inmensa mayoría de los países africanos.
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La pequeña república de 4.033 kilómetros cuadrados, con 511.000 habitantes esparcidos en 10 islas ubicadas a 640 kilómetros de la costa senegalesa, presenta la particularidad de tener un número similar de nacionales residiendo en el extranjero, repartidos, en orden decreciente, entre Estados Unidos, Portugal, Holanda, Angola, Senegal, España, Brasil, Canadá Italia y Alemania.
El proyecto de migración circular apunta a "agilizar la emigración, pero no se destina a suprimir visados de inmigrantes entre Cabo Verde y la UE, como tampoco para abrir un proceso de legalización extraordinaria de indocumentados", precisó Correia.
"La idea es también proporcionar a Cabo Verde mano de obra calificada de sus propios nacionales que existe en otros países", acotó el presidente del IPAD, para lo cual puso como ejemplo el caso de "un médico especialista caboverdiano que trabaje en Europa y que puede ahora ir a su país durante algún tiempo sin recelo de no poder luego regresar a la UE".
Con este programa se podrá realizar "un mejor control de los flujos migratorios, que, como es sabido, incluyen el tráfico ilegal y la consecuente explotación de seres humanos", aseveró.
La próxima semana, el presidente de Cabo Verde, Pedro Pires, se reunirá en Paris con su par francés, Nicolas Sarkozi, del que pretende conseguir un decidido apoyo que permita "crear condiciones para que exista una emigración caboverdiana legal", según declaraciones del mandatario africano a corresponsales lusos destacados en el archipiélago a inicios de este mes.
A pocos días de que Francia asuma la presidencia de la EU el segundo semestre del año en curso, Pires recordará a Sarkozi el espíritu de colaboración de su país para impedir que las islas sean utilizadas como trampolín para la emigración ilegal que intenta el salto hacia Europa.
Estas características, así como su colocación en los indicadores internacionales de derechos humanos y calidad de la democracia, hacen que la experiencia de migración circular con Cabo Verde "sea apoyada por varios Estados comunitarios, dado que también está en marcha la firma de una asociación especial entre la UE y el país africano", explicó Correia.
"En lo que respecta a Moldavia, desconozco los detalles, pero sé que se trata de un ejemplo muy parecido, trasportado a la realidad de Europa oriental", explicó y predijo que "de los resultados que se obtengan en éste proyecto pionero, seguramente serán adoptadas nuevas directrices" en el campo de las migraciones.
Una asociación para la movilidad entre la UE y Cabo Verde "facilitará la circulación de las personas entre sus territorios y, tanto en la migración legal como la circular temporaria, se podrá llevar adelante una verdadera cooperación en materia de migraciones y desarrollo, previniendo y combatiendo los flujos clandestinos", aseveró Correia.
Los antecedentes del proyecto se remontan a diciembre de 2007, cuando el Consejo de la UE, la reunión cumbre de los jefes de gobierno de los 27 países miembros, que clausuró la presidencia semestral portuguesa, instó a un diálogo con diálogo con Cabo Verde sobre una "asociación-piloto" para a movilidad de los emigrantes.
La UE y Cabo Verde coincidieron en la necesidad de continuar e intensificar el diálogo y la cooperación en las dimensiones en que se funda el abordaje global en el dominio de las migraciones: una mejor gestión al respecto, que luego se refleje en la inmigración documentada y en el refuerzo en la relación entre los flujos de personas y el desarrollo en la lucha contra el tráfico de personas.
A fin de avanzar con medidas prácticas para preparar el inicio del acuerdo, el 1 de enero de 2009, será creado en Cidade da Praia, capital de Cabo Verde, un Centro Común donde se receptarán las solicitudes de visados para estadías de corta duración y que se ocupará también apoyar las capacidades del gobierno en este campo.
El Centro Común se ocupará en especial de la información, integración y protección de los emigrantes, así como de los que regresen al país, reforzando al mismo tiempo la información sobre oportunidades de empleo, tanto en Cabo Verde como en el extranjero.
La ventaja para Cabo Verde se refleja especialmente en las estadías de corta duración de sus nacionales en territorio de la UE, lo cual les permitiría obtener fuentes de ingreso importantes en su país, con pocas posibilidades económicas más allá del turismo. La UE, por su parte, se verá favorecida con la imagen de un valioso aliado africano en el campo de batalla contra la inmigración "ilegal" para los gobiernos, "indocumentada" para las asociaciones de solidaridad social.
Para el sector privado de la UE, el acuerdo se traducirá en una mano de obra más barata, con contratos temporarios sin obligaciones de fondos de jubilación, y para labores que los ciudadanos de sus países ya no aceptan realizar.
