COMUNICACIONES-IBEROAMÉRICA: Promover inclusión desde los medios

Para impulsar cambios en las sociedades a favor del respeto a la diversidad no se puede renunciar a la llamada gran prensa, pese a la combinación de medios de comunicación alternativos y otras vías, como foros, blogs y redes por Internet, que democratizan el flujo de información.

"El reto es ver cómo lo logramos y combinar todas las vías posibles", dijo a IPS la periodista mexicana Sara Lovera, fundadora de la agencia mexicana de noticias de la mujer Cimac y actual corresponsal de la agencia internacional Servicio de Noticias de la Mujer (SEMlac) en México.

La historia de SEMlac, surgida hace 30 años como un proyecto de Inter Press Service (IPS) con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), fue repasada en el VIII Encuentro Iberoamericano de Género y Comunicación, que sesionó esta semana en La Hababa.

Mientras la agencia ha logrado una amplia presencia en redes, blogs y portales de Internet, la experiencia de Cimac demuestra que sí es posible la reproducción por parte de los medios de comunicación escritos de textos de agencias como éstas, que promueven una mirada diferente a la información, incluyendo la dimensión del género.

Más allá de tratar el tema de las mujeres, como a veces se ve de manera reduccionista, el enfoque de género en los medios pretende colocar en su justo lugar tanto a mujeres como a hombres y abrir así espacios a toda la variedad de grupos sociales y realidades que matizan al mundo actual.

Así, poblaciones indígenas, negras y mulatas, comunidades pobres, las llamadas minorías sexuales, en una inmensa diversidad de grupos y tendencias humanas, deben estar reflejadas en los medios no sólo como protagonistas de las historias sino, cada vez más, como voces influyentes en un mundo que debe ir hacia la inclusión.

"Es necesario propiciar la construcción de narraciones e imágenes plurales donde las voces, desde su multiplicidad, que expongan sus propias historias y, a la vez, permitan participar activamente en el debate social, en lo que algunos reivindican como debates culturales", comentó a IPS la periodista cubana Isabel Moya.

Presidenta de la Cátedra de Género y Comunicación del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, con sede en La Habana, Moya entiende que esa participación activa en el debate social "propiciaría la aplicación de políticas públicas incluyentes".

"No se trata sólo de mensajes aislados que apoyen tal o cual medida, sino de la re-configuración de las prácticas textuales de manera que potencien la heterogeneidad cultural y propicien los cambios a nivel subjetivo, mucho más complejos y difíciles que aprobar una ley en el parlamento", agregó.

La propuesta, afirmó, devendría en "un espacio cuyos márgenes se configuran constantemente, pero esencialmente significaría pasar del discurso 'políticamente correcto' a prácticas culturales realmente incluyentes.

Entre las experiencias que podrían tenerse en cuenta para empezar a transitar este camino, la periodista mencionó la prensa alternativa, las redes y medios comunitarios, los observatorios de comunicación, la autorregulación a partir de la ética profesional, la re-configuración de las ideologías profesionales y los valores noticia.

También sería necesaria la reestructuración de los planes de estudio de las facultades de comunicación que, como norma, no incluyen la dimensión del género y suelen promover concepciones sobre el periodismo que, de alguna manera, han sido superadas por la vida o se corresponden con las concepciones que se promueven desde los centros de poder.

El encuentro, que surgió hace 16 años, es organizado por la Unión de Periodistas de Cuba, la Federación de Mujeres Cubanas y la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales. Esta vez, concretada del martes al jueves en La Habana, contó además con el apoyo del no gubernamental Centro Memorial Martin Luther King Jr (CMLK), institución ecuménica de esta isla.

Los debates abordaron la contradicción entre la objetividad y la subjetividad en el periodismo, la responsabilidad social de los medios, la reproducción de los estereotipos sexistas y excluyentes, la necesidad de promover cambios no sólo en las producciones periodísticas, sino también en las del entretenimiento y en la publicidad.

La representación de la mujer negra y de la lesbiana en los medios de comunicación cubanos, la imagen del hombre en los medios y su influencia en la construcción de la masculinidad hegemónica, la violencia de género y la cultura de paz, aparecieron también entre los temas de la agenda de trabajo.

"Ahora se habla más de la situación de la ‘racialidad’ en Cuba, pero en los medios la situación apenas ha cambiado. No se logran superar los determinantes históricos y las personas negras siguen apareciendo como esclavos y no como profesionales", dijo a IPS Sandra Álvarez, creadora del blog Negra cubana tenía que ser.

"Apenas hay presencia negra en la locución o conducción y, cuando hay, se va produciendo como un blanqueamiento, la imagen que se proyecta es cada vez menos negra para parecer cada vez más blanca", añadió Álvarez, para luego resaltar que esta tendencia predomina también en los canales televisivos de corte educativo.

Otro tanto pasa con la mujer lesbiana, según una ponencia de Norma Guillard, coordinadora de un grupo de lesbianas del gubernamental Centro Nacional de Educación Sexual. La relación entre mujeres no sólo suele estar ausente de los medios de comunicación, sino que, cuando se trata, se hace de manera muy parcializada o incluso puede ser censurada.

En opinión de Moya, "la ideología androcéntrica se resiste a ser totalmente sustituida por relaciones de equidad y se solapa, se repliega, se metamorfosea en la subjetividad de comunicadores y comunicadoras, en las ideologías profesionales, las rutinas productivas, en las interpretaciones de la política informativa y en la toma de decisiones en los medios".

"A las personas que le restan importancia a los debates de género y comunicación, siempre les digo que el género es un tema político, porque es un tema de derechos humanos. Se trata de una representación justa de todas las voces en los medios, tanto de las mujeres como de los hombres", sostuvo.

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