ISRAEL: Críticas a Olmert por aproximación a Siria

El primer ministro de Israel, Ehud Olmert, dijo estar «muy interesado» en llegar a un acuerdo de paz con Siria, y aseguró en una nota que envió al presidente de ese país, Bashar Assad, estar dispuesto a devolver a Damasco las Alturas del Golán para alcanzar ese objetivo.

Assad confirmó la recepción del mensaje y señaló que la mayoría de las diferencias entre los dos países ya han sido superadas.

A juzgar por la forma en que ambos líderes han estado hablando durante las últimas semanas parecería que lo único que falta es redactar el texto del acuerdo. Pero un tratado de paz entre Siria e Israel no se encuentra a la vuelta de la esquina.

Los legisladores israelíes que se oponen a la devolución de las Alturas del Golán, capturadas durante la Guerra de los Seis Días de 1967, acusaron a Olmert de poner en peligro la seguridad del país con su disposición a ceder ese territorio estratégico, que permite a Israel vigilar gran parte de Siria.

"Retirarse de las Alturas del Golán permitirá a los terroristas de la milicia Hezbolá ingresar al área y amenazar las vidas de los habitantes del norte de Israel", dijo el diputado David Tal del centrista partido Kadima, liderado por Olmert. Anunció que impulsará un proyecto de ley que obligue a someter a referendo cualquier acuerdo con Siria.
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Effie Eitam, parlamentario de línea dura que vive en las Alturas del Golán, dijo estar convencido de que el público israelí no permitirá a Olmert ceder ese territorio.

El primer ministro, agregó, "está dejando de lado la seguridad de Israel en el intento de presentar a los votantes alguna clase de logro diplomático. Y para esto está dispuesto a sacrificar nuestro derecho a la seguridad en la frontera septentrional, que hemos disfrutado por más de 40 años".

Sin embargo, los legisladores no parecen creer que los contactos entre Assad y Olmert puedan llevar a un tratado formal de paz.

Damasco, que confirmó que Turquía actuó como intermediario entre ambos países, puede estar en lo cierto cuando señala que la mayoría de las diferencias con Israel han sido superadas. Pero los temas pendientes ya provocaron el naufragio de las negociaciones cuando ambas partes intentaron llegar a un acuerdo en 2000.

Siria argumenta que un retorno a la frontera previa a la guerra de 1967 dejará bajo su control la costa nororiental del mar de Galilea, la principal fuente de agua de Israel. El gobierno israelí ha insistido en el pasado en trazar el límite unos cientos de metros más al norte, para mantenerlo bajo su soberanía.

Además, aunque Olmert accedió al prerrequisito exigido por Siria —expresar la disposición a devolver el territorio ocupado—, Assad todavía debe responder a las demandas del primer ministro israelí: le pide que tome distancia de Irán y suspenda su apoyo al movimiento libanés chiita Hezbolá y al palestino Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas).

Observadores israelíes no creen que Assad asuma ese compromiso antes de las negociaciones, aunque estiman que podría hacerlo si en ellas se vislumbra un acuerdo.

Ambas partes son conscientes de que la participación de Washington es esencial para el relanzamiento de las conversaciones. Siria quiere que el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, deje de incluirla en su "eje del mal" e Israel reclamará un acuerdo de defensa a cambio de la devolución de territorio.

Debería incluir tanto garantías de seguridad como sistemas de defensa que compensen a Israel por la pérdida de esa posición estratégica. El monte Hermón es conocido por los israelíes como "los ojos de la nación", porque su altura permite vigilar gran parte del territorio sirio y actúa como un sistema de alerta temprana.

Pero Bush no ha mostrado ninguna señal de querer reducir su presión sobre Siria o dejarla al margen del "eje del mal". Los analistas estiman que si se reanudan las negociaciones será en 2009, cuando un nuevo presidente se haya instalado en la Casa Blanca.

Olmert también sabe que carece de la mayoría parlamentaria necesaria para llegar a un acuerdo con Siria y que existe oposición a la devolución del territorio incluso en su propio partido. Además, primero tendrá que preparar a la opinión pública israelí, profundamente escéptica respecto de las verdaderas intenciones de Assad.

Una encuesta publicada por el diario Yediot Ahronoth reveló que sólo 32 por ciento de los israelíes están listos para apoyar una retirada completa de las Alturas del Golán.

Sin embargo, aunque el público no se muestra convencido, no son pocos los jefes militares que adjudican valor estratégico a un tratado de paz con Damasco, que mejoraría las relaciones entre Estados Unidos y Siria. Esto podría inducir a Assad a distanciarse de Irán y dejar de lado su apoyo a Hamas y Hezbolá.

Por ahora, Olmert probablemente tiene en cuenta su frente interno en sus contactos con Siria. Aunque las elecciones parlamentarias están previstas para fines de 2010, la mayoría de los observadores considera que se realizarán en un año.

Progresos en las negociaciones de paz, tanto con Siria como la Autoridad Nacional Palestina, le otorgarían a Olmert un claro tema de campaña.

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