ELECCIONES-ITALIA: Inmigrantes son solo espectadores

Millones de inmigrantes que viven en Italia solo tendrán un papel de espectadores en las elecciones parlamentarias de este domingo y el lunes.

Este país de 58 millones de habitantes cuenta con unos cuatro millones de inmigrantes regulares, de los cuales 75 por ciento de ellos han obtenido la residencia.

Seis de cada diez extranjeros, o sus descendientes, se han radicado en el norte de la península, aproximadamente un millón en la zona central y más de medio millón en el sur, según estadísticas oficiales.

"El proceso de integración (de inmigrantes a la sociedad) se desarrolla mejor en el norte y el centro de Italia, y no tan satisfactoriamente en el sur", según el último informe anual del estatal Consejo Nacional de Economía y Trabajo.

El organismo elabora un índice de integración en las diferentes regiones y provincias de Italia, que toma en cuenta indicadores como el número de extranjeros que atraen, la estabilidad social y la inclusión laboral.
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En Roma, donde viven alrededor de 250.000 inmigrantes, el empleo entre ellos es de 73,5 por ciento, fundamentalmente en los sectores de la construcción y servicios, como el trabajo doméstico, la hotelería y las empresas de computación.

"Esa cifra es positiva y es resultado de los esfuerzos de regularización", según el ministro de Trabajo, Cesare Damiano.

Sin embargo, estudios encargados por el Ministerio del Interior revelan que una amplia mayoría de italianos —85 por ciento— sobreestiman el número de inmigrantes irregulares y los consideran una amenaza para su seguridad.

"Se trata de un problema de desinformación. En muchos casos, esas preocupaciones no tienen fundamento en hechos concretos", afirmó Maria Grazia Mitruzzi, quien vive en el distrito romano de Esquiline, donde los italianos nativos son minoría.

Una zona de Esquiline se está convirtiendo en el Barrio Chino de la capital italiana. Allí, los comercios de venta de alimentos están en manos de trabajadores extranjeros.

Mitruzzi, quien acostumbra a comprar pescado en un puesto que atiende un joven de Bangladesh, considera que, mientras los políticos concentran sus discursos en el delito y la seguridad, la integración ya es una realidad entre los ciudadanos de a pie.

"Tengo dos hijos. Sus compañeros de colegio son de todas las nacionalidades y esto es normal para ellos. No hay diferencias entre los niños italianos, chinos, de Bangladesh o los de habla española", aseguró.

El mejor amigo de su hijo menor es ecuatoriano. "Creo que esto es un valor agregado para su crecimiento. Por supuesto que los problemas de idioma y otras dificultades plantean un desafió para los maestros y los alumnos, pero creo que es algo positivo", agregó.

Mitruzzi admitió que la inquietaba mudarse a este barrio. "Estaba preocupada por la seguridad. Pero ya llevamos viviendo aquí 11 años y hemos llegado a una pacífica coexistencia. Había robos y arrebatos, pero son cada vez menos", afirmó.

El empleo es el factor fundamental. "Para muchos inmigrantes, encontrar trabajo es muy complicado por las trabas burocráticas y, cuando finalmente lo consiguen, encontrar un lugar para vivir también es dificultoso", señaló Raphael, un enfermero de 54 años que emigró de Etiopía.

Lleva en Italia 20 años y trabaja en un hospital romano. "Muchos inmigrantes se han integrado socialmente, pero lo hicieron por sus propios medios. Las leyes y la política italianas ofrecen muy poca ayuda", agregó.

"No he visto en todos estos años ningún compromiso del gobierno orientado a la integración", dijo Valentino, un peruano que llegó hace 14 años. "Y si alguno de nosotros hace algo contra la ley, todos los demás pagan por eso."

Muchos inmigrantes consideran positivo que los partidos de centroizquierda hayan incluido en sus listas candidatos extranjeros.

Si todos resultan electos, el parlamento italiano tendrá tres diputados y un senador de origen inmigrante.

Pero aquellos que no obtuvieron la ciudadanía italiana no pueden votar, aunque sí cuentan con representantes en los concejos locales. Varios candidatos nacidos en el exterior compiten en las elecciones municipales de Roma, que coinciden con los comicios parlamentarios.

Sólo los inmigrantes de naciones que forman parte de la Unión Europea (UE) pueden, desde 1996, ser candidatos y sólo en comicios locales.

Según la organización católica humanitaria Caritas, 17 por ciento de los inmigrantes que viven en Roma proceden de países de la UE. La mayoría son filipinos, peruanos, polacos y rumanos.

Apenas uno por ciento de los inmigrantes regularizados obtuvieron la ciudadanía italiana, para lo que debieron afrontar un proceso particularmente restrictivo.

"Es bueno que tengamos algunos candidatos, pero me pregunto si tienen alguna posibilidad real de obtener suficientes votos, considerando los escasos recursos que tienen para hacer campaña, y también si los políticos italianos quieren tener representantes de los inmigrantes en las instituciones", señaló Raphael.

Asimismo, aseguró que los partidos deben tener en cuenta que los inmigrantes contribuyen al crecimiento económico de Italia. "Pagan impuestos, han vivido aquí por muchos años, aquí nacieron sus hijos. Pero no pueden votar", concluyó.

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