FRANCIA: Pocas esperanzas sobre plan de Sarkozy para pobres

El nuevo plan del gobierno de Francia para la reconstrucción de los barrios más pobres ha levantado críticas de la oposición e incluso dentro del oficialismo.

La viceministra de Desarrollo Urbano, Fadela Amara, había anunciado el mes pasado que se dedicarían 1.400 millones de dólares para mejorar la educación de los jóvenes y combatir la discriminación.

En los últimos años, los barrios pobres de las ciudades francesas han sido escenario de violentas protestas.

El nuevo plan, llamado Esperanza para los Suburbios, creará 45.000 empleos en esas zonas durante los próximos tres años y ofrecerá ayuda del Estado a 20.000 pequeños negocios, dijo Amara.

La viceministra señaló que pediría al presidente, Nicolás Sarkozy, que lanzara "un ambicioso e innovador programa de guarderías infantiles para permitir que las madres puedan trabajar". Esta ha sido una demanda constante de los habitantes de los barrios más pobres.
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El diario Le Monde afirmó, en un comentario editorial, que el plan del gobierno es "vago y confuso". El mismo día en el que Amara anunció esas medidas, Sarkozy mencionó en una conferencia de prensa que incrementaría la presencia policial en los barrios pobres.

Estas zonas, particularmente en los alrededores de París, están habitadas mayoritariamente por inmigrantes. El desempleo entre los jóvenes es alto, a causa del racismo y su escasa educación.

La tasa de delitos es elevada y existe un fuerte sentimiento de rechazo hacia las instituciones del Estado, especialmente la policía.

En el otoño de 2005, la muerte de dos jóvenes inmigrantes que huían de la policía desató una ola de disturbios callejeros en los que varias personas perdieron la vida. Se destruyeron automóviles, escuelas y comercios.

Sarkozy, quien en ese momento era ministro del Interior, llamó "escoria" a los habitantes de los barrios pobres y prometió "limpiarlos".

El programa anunciado ahora no convence a muchos, incluidos altos funcionarios del gobierno de Sarkozy. "No creo en los planes para los suburbios", dijo la ministra de Desarrollo Urbano y Vivienda, Christine Boutin.

"Esta es la enésima vez que el gobierno promete ayuda para los barrios pobres. Sus habitantes y sus representantes electos ya no creen más en ellos", afirmó Francois Bayrou, ex candidato presidencial del centrista Movimiento Democrático.

Un plan de reconstrucción de la ciudad debe enmarcarse en una estrategia de desarrollo de largo plazo, según Said Yahiaoui, del Instituto de Ciencias Políticas de París.

La zona de Vaulx-en-Vein, donde Amara anunció el nuevo plan, ya ha visto numerosos y costosos intentos de rescatarla de la decadencia. "Las burocracias necesitaron un largo tiempo para entender que hay que actuar masivamente en todos los aspectos de la vida urbana al mismo tiempo", señaló Yahiaoui, un ex funcionario local.

En octubre de 1990, recordó, un nuevo centro comercial fue inaugurado en el corazón de Vaulx-en-Vein. A los pocos días, un joven inmigrante murió en un accidente en el que participó una patrulla policial, lo que desató una violenta rebelión.

"Tomamos conciencia de que no existían lazos sociales, a pesar de todos los intentos de reconstrucción", dijo Yahiaoui a IPS. "Las autoridades locales, la iglesia, los sindicatos, los políticos, cada persona que presenció el colapso de la ciudad comprendió que continuaba existiendo físicamente, pero que de hecho había desaparecido", agregó.

Luego de los disturbios de 1990, el gobierno del presidente Francois Mitterrand (1981-1995) lanzó un nuevo programa para crear empleos, escuelas, centros de salud y un sistema de transporte masivo en Vaulx-en-Vein.

"Finalmente tuvimos un plan exhaustivo", dijo a IPS el ex alcalde Maurice Charrier.

"Prácticamente reconstruimos todo desde cero. Para hacerlo, tuvimos que buscar ayuda en otros lados, comenzar desde abajo, fortaleciendo a las personas, promoviendo alianzas en la sociedad, recreando el tejido social", agregó.

Los expertos en desarrollo urbano creen que un plan de esas características es necesario nuevamente, con el agregado de algunas medidas adicionales.

"El Estado debería haber otorgado la nacionalidad francesa a todos los inmigrantes que viven en áreas como Vaulx-en-Vein", señaló el arquitecto Roland Castro. "Hubiera sido un gran incentivo para que todos participaran en esa revolución urbana", afirmó.

La estrategia anunciada por Sarkozy, dicen sus críticos, no contempla esos cambios fundamentales de largo alcance.

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