Un bosque crece en un predio de 300.000 metros cuadrados que acumuló hasta 1995 16 millones de toneladas de basura en el vecindario de Santo Amaro, al sur de la ciudad brasileña de Sao Paulo. En el antiguo vertedero, donde la basura superaba los 55 metros de altura, algunos árboles ya han crecido ocho metros y las primeras aves empiezan a llegar.
El proyecto, iniciado en 1999, incluyó la siembra de 2.416 ejemplares de 24 especies tropicales, adecuadas para el suelo deteriorado por la disposición de residuos sólidos.
La experiencia pionera se basó en los estudios del agrónomo Julio Cesar da Matta, de la Coordinación de Programas de Posgrado de Ingeniería de la Universidad Federal de Río de Janeiro.
Antes de la siembra, se efectuaron investigaciones sobre fertilidad, gases tóxicos y metales pesados en el relleno.