América Latina logró en 2007 avances en materia económica y laboral, según el último estudio anual de la oficina regional de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que llamó a asumir nuevos desafíos.
El informe "Panorama Laboral 2007", presentado este lunes por el director de la oficina de la OIT, Guillermo Miranda, indica que el desempleo urbano descendió por quinto año consecutivo en América Latina y el Caribe.
La desocupación se redujo el año pasado, en 15 países analizados, de 9,1 por ciento a 8,5 por ciento respecto de los tres primeros trimestres de 2006.
Esta mejora no se debió a una reducción de la población económicamente activa, sino a la creación de nuevos puestos de trabajo.
El país más destacado de la región fue Chile, que obtuvo la caída más notoria de desempleo y la mayor proporción de empleo formal.
Los progresos chilenos acercan el desempleo en este país a las tasas anteriores a la crisis económica de 1998. Sin embargo, Chile ocupa la peor posición en cuanto a participación femenina en el mercado de trabajo.
Las proyecciones de la OIT para 2008 no toman en cuenta el impacto de una eventual crisis económica en Estados Unidos, pues el informe se realizó en diciembre pasado.
"Las proyecciones son positivas, aunque con algunas 'nubes', ya que aún no tenemos certeza que si lo que se avecina en Estados Unidos es o no una recesión", indicó Miranda.
De no ocurrir una crisis en la economía internacional, se prevé que el crecimiento del producto interno bruto de la región se reduzca de 5,5 por ciento a 4,5 por ciento. Pero también caería el desempleo, a 7,9 por ciento, la tasa más baja desde el primer lustro de los años 90.
La experta de género de la OIT María Elena Valenzuela prevé un aumento constante de la fuerza de trabajo femenina. "El número de mujeres que quiere trabajar aumenta, como también el empleo para ellas", dijo la experta a IPS. Esto acortaría la brecha laboral entre sexos.
Si bien en 2007 se registró una leve mejoría —tres por ciento— de los salarios industriales reales, la OIT advirtió que existen desafíos y responsabilidades, tanto para el sector público como para el privado.
La región mantiene un "déficit de trabajo decente", que se manifiesta principalmente en la persistencia del empleo informal, sin cobertura de los sistemas formales de relaciones laborales ni de la seguridad social, alerta el informe.
Cuarenta por ciento de los trabajadores ocupados urbanos hasta 2006 carecían de protección en salud o de retiro. Esta proporción crece en el caso del servicio doméstico y los trabajadores independientes.
"No sólo se trata de generar empleos, sino de generar empleos de buena calidad, con seguridad para los trabajadores", indicó a IPS Miranda.
Otra de las tareas pendientes es trabajar contra la discriminación de los indígenas, sobre todo las mujeres.
En 2006, los trabajadores indígenas percibían 59 por ciento del salario de los no indígenas, situación que se agrava en Bolivia (34 por ciento) y Guatemala (42 por ciento).
También alarma el desempleo juvenil, 2,2 veces mayor que el promedio de la región y casi tres veces mayor que el de los adultos.
Para resolver el problema, así como la desigualdad de género, Miranda anunció que la OIT prepara junto con el Ministerio del Trabajo chileno un estudio sobre los programas de creación de empleo existentes.
