COLOMBIA-VENEZUELA: El conflicto más agudo en un siglo

Las vecinas Colombia y Venezuela, con los gobiernos ideológicamente más opuestos de América del Sur, colocaron sus relaciones a centímetros de la ruptura tras un duro intercambio de acusaciones entre los presidentes Álvaro Uribe y Hugo Chávez.

La confrontación escaló velozmente desde que Uribe canceló el miércoles la mediación de Chávez en busca de un acuerdo humanitario entre Bogotá y las guerrilleras Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), para efectuar un canje de rehenes en poder de la insurgencia por rebeldes presos en las cárceles.

Chávez consideró la medida "un escupitajo brutal a nuestro rostro", dijo que Uribe es "un presidente indigno", lo acusó de mentir, de "no querer que se acabe la guerra en Colombia", y anunció que colocaba las relaciones bilaterales "en el congelador".

"Lo que he dicho es muy grave. Señores ministros, señores generales: todos en alerta. Las relaciones económicas y comerciales, las empresas de los colombianos aquí, las de nosotros allá, todo eso se va a perjudicar", agregó el gobernante venezolano.

Uribe replicó acusando a Chávez de "no estar interesado en la paz de Colombia, sino en que este país sea víctima de un gobierno terrorista de las FARC. No necesitamos legitimadores del terrorismo".
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Chávez fomenta un proyecto expansionista que no cabe en Colombia, dijo Uribe, y "no se puede maltratar al continente e incendiarlo como usted lo hace, hablando un día contra España, otro contra Estados Unidos, maltratando un día a México, al siguiente a Perú y en la mañana siguiente a Bolivia".

"La primera baja en esta confrontación es el proyecto de integración sudamericana, con su Unión de Naciones (Unasur), el Banco del Sur y, por supuesto, se liquida el posible regreso de Venezuela a la Comunidad Andina (de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú)", dijo a IPS el ex vicecanciller venezolano y analista político Fernando Gerbasi.

"Pero lo más grave es el llamado a los generales a estar en alerta, lo que suena como acuartelamiento y el cual los militares colombianos se van a tomar también con toda seriedad", agregó Gerbasi, embajador en Colombia entre 1990 y 1992 y en 1997-2000.

El ex canciller y ex ministro venezolano de Defensa (1991-1993), Fernando Ochoa, destacó que "quizá desde comienzos del siglo XX no se presentaba un grado de tensión como el presente. Siempre hubo tensiones, pero los presidentes habían tratado de preservarse al margen, mientras que ahora están en el juego y, con ello, está en juego el honor y la dignidad de sus países".

En 1901 hubo escaramuzas entre tropas de ambos países cuando el presidente venezolano Cipriano Castro (1899-1908) auxilió en la frontera al insurgente liberal colombiano Rafael Uribe Uribe. En 1987, los países se acercaron a un conflicto armado porque durante 10 días de agosto la corbeta misilística colombiana Caldas ancló en aguas del Golfo de Venezuela pendientes de delimitación, según Colombia, pero que Caracas considera suyas "desde tiempo inmemorial".

"Pero aquella fue una escalada progresiva, mientras que la actual ha sido fulminante y puede abrir nuevos capítulos si no hay una rápida intervención de otros gobiernos, como el de Brasil, para bajarle volumen a la confrontación", remarcó Gerbasi.

En enero de 2005, Chávez y Uribe chocaron reciamente después de que agentes al servicio de Colombia secuestraron en Caracas al "canciller" de las FARC, Rodrigo Granda, y lo entregaron a autoridades colombianas en la frontera, pero los mandatarios no intercambiaron descalificaciones como en esta oportunidad.

El ex presidente colombiano Ernesto Samper (1994-1998) consideró la actual crisis "una situación gravísima", y el ex canciller Rodrigo Pardo sostuvo que "los culpables de todo este incidente son las FARC, que no cumplieron", en tanto "se sabía que Chávez emplearía métodos riesgosos en su trabajo de facilitador, que tarde o temprano disgustarían a Uribe".

Chávez llegó a Francia el 20 de noviembre sin conseguir de las FARC pruebas de vida de la rehén franco-colombiana Ingrid Betancourt ni de otros retenidos, y se quejó de los obstáculos que había puesto Uribe a sus encuentros con jefes guerrilleros.

Uribe canceló su participación en el acuerdo humanitario después que Chávez habló brevemente por teléfono con el general Mario Montoya, jefe del ejército de Colombia, tomando el auricular luego de que la senadora colombiana Piedad Córdoba llamase al militar y entregase el auricular al gobernante venezolano.

Según Bogotá, Chávez violó acuerdos sobre métodos de trabajo que excluían expresamente dialogar con los mandos militares colombianos. Según Caracas, Uribe apeló a pretexto fútil para abortar las negociaciones en marcha.

A uno y otro lado de la frontera hay aprensión por el impacto económico del abrupto fin de una amistad entre ambos mandatarios, que tenía trazas de ser más fingida que real.

El comercio bilateral se aproximó a 4.000 millones de dólares en 2006 y este año alcanzaría entre 5.000 y 6.000 millones de dólares, con balanza a favor de Colombia, que hasta agosto había exportado a Venezuela por 2.757 millones de dólares.

"Me parece que la ensalada retórica ya ha llegado a su máximo punto y lo que procede en este momento es una labor conciliatoria y de restauración de la normalidad. Esperamos que prevalezca la concordia y no se llegue a la ruptura", dijo en Bogotá la presidenta de la Cámara de Comercio Colombo-Venezolana, María Luisa Chiappe.

Entre Táchira (suroeste venezolano) y Norte de Santander (noreste colombiano), la frontera económica y laboralmente más activa entre países andinos, IPS pudo constatar aprensión porque una escalada agregue dificultades al comercio y al abastecimiento.

Venezuela se aprovisiona de alimentos, cueros y textiles del lado colombiano, y Colombia adquiere combustibles y algunos productos agroindustriales del lado venezolano. Los pequeños comerciantes que hacen su vida aprovechando los mejores precios de unos u otros rubros están entre los más preocupados por la crisis.

La dueña de una tienda en Cúcuta (Norte de Santander) dijo a IPS que "Chávez es un loco" por el modo como confrontó a Uribe, pero un vendedor callejero de jugos lamentó el cese de la mediación humanitaria "que iba bien", sentenció.

Algunos "pimpineros", que cargan desde Venezuela bidones de 20 litros de gasolina de contrabando, creen en cambio que su actividad, de todas maneras ilegal, no se alterará.

Entretanto, informes de que en Bogotá se preparan manifestaciones de apoyo a Uribe dan base a políticos en Venezuela para estimar que los seguidores de Chávez harían lo propio en Caracas, afectando el clima previo al referendo sobre una vasta reforma a la Constitución, previsto para el domingo 2 de diciembre.

"Chávez es un político y lo conocemos. La congelación de las relaciones con Colombia es una provocación que se relaciona con el referendo, porque las encuestas señalan que su situación es desventajosa", dijo el ex candidato presidencial y editor del diario opositor Tal Cual, Teodoro Petkoff.

En el marco de su polémica con Uribe el domingo, Chávez también dijo que las relaciones con España quedan igualmente "congeladas" hasta que el rey Juan Carlos se disculpe por haberle dicho en plena Cumbre Iberoamericana de Santiago de Chile "¿por qué no te callas?".

* Con aportes de Constanza Viera (Cúcuta, Norte de Santander, Colombia).

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