Habitantes del Valle de Siria, en el central departamento de Francisco Morazán, que padecen enfermedades en la piel y las vías respiratorias atribuyen esos males a las actividades mineras que realiza la trasnacional estadounidense Entre Mares. El ambientalista y médico Juan Almendares Bonilla declaró a Tierramérica que cuarenta por ciento de la población de esa localidad hondureña, alrededor de 50 mil personas, padece “rasquiña” (ronchas y picazón) debido al excesivo uso de cianuro en las aguas que rodean la región.
Almendares Bonilla realiza un estudio sobre el impacto de químicos usados por la minera en la salud de los pobladores de la zona.
El activista denunció la tala de árboles y vegetación en el área del Valle de Siria que, dijo, se está quedando sin agua.
Entre Mares se instaló en Honduras hace cuatro años y se dedica a la explotación del oro, entre otros minerales.
Los habitantes del lugar efectúan desde hace tres años constantes protestas contra la minera a las que se ha sumado el cardenal, Oscar Andrés Rodríguez.
Pese a la oposición de ambientales y pobladores, el gobierno extendió el mes pasado a la trasnacional un permiso que amplía sus actividades. La región de Siria la conforman nueve pequeños pueblos que viven del bosque y la agricultura.
