DERECHOS HUMANOS-CAMBOYA: Sin corona pero con las mismas mañas

Norodom Sihanouk, ex rey de Camboya, se convirtió en la figura central de la última polémica que afecta al tribunal especial creado para juzgar a ex miembros del régimen genocida del Jemer Rojo (1975-1979) en ese país de Asia sudoriental.

El anciano de 85 años, famoso por disfrutar ser siempre centro de la atención, entró en la controversia con su inimitable estilo.

Decidió opinar sobre un asunto que se apoderó de Phnom Penh en los últimos días: si él debía o no comparecer ante el tribunal respaldado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

El monarca hizo su entrada triunfal el 30 de agosto con una inusual invitación a su palacio cursada a funcionarios de la ONU vinculados al tribunal, incluido el portavoz internacional Peter Foster, con el objeto de conversar sobre "asuntos del Jemer Rojo y Sihanouk".

La invitación se hizo a la manera del monarca. Fue publicada en su sitio personal en Internet con los detalles: 8 de este mes, de nueve de la mañana al mediodía.

Sihanouk, quien abdicó en octubre de 2004 en favor de su hijo Norodom Sihamoni, se tomó la libertad de opinar sobre las Cámaras Extraordinarias en los Tribunales de Camboya, como se conoce al tribunal creado para juzgar los delitos del Jemer Rojo.

"Después de esta reunión, ya no será necesario que me presente ante el tribunal", declaraba Sihanouk en la invitación.

Si los funcionarios de la ONU no concurren a la cita, aclaró, "no aceptaré ver, hablar ni cartearme con ese tribunal".

Como era de suponer, los funcionarios del foro mundial no concurrieron al palacio.

"No tuve autorización para participar en la reunión al igual que los otros funcionarios", declaró Foster en entrevista desde Phnom Penh.

"Respondimos señalando que sólo los jueces que participan en el proceso determinarán quién debe ser testigo. Los magistrados tomarán la decisión de acuerdo con las normas de procedimiento", añadió.

Pero Sihanouk siguió protestando. El ex monarca "se quejó de que el tribunal quería que él 'jurara decir toda la verdad y nada más que la verdad acerca de grandes delincuentes'" informó el viernes el diario en inglés Phnom Penh Post.

"No tengo por qué jurar después de haber prestado juramento a Buda y rebajarme a hacerlo ante el tribunal", sostuvo.

Las personas familiarizadas con los grandes gestos de Sihanouk y su vida salpimentada de dramas no se sorprenden con su última oferta.

Tras haber sido coronado en 1941 con apenas 18 años, Sihanouk abdicó dos veces, fue dos veces rey, primer ministro y presidente. También tuvo variadas incursiones en el arte y el entretenimiento, tuvo escarceos como director de cine, compositor de canciones, saxofonista y cantante de baladas.

Sus vínculos con el Jemer Rojo también son muy conocidos.

Esa organización maoísta perpetró una gran matanza entre 1975 y 1979 cuando se apoderó de Camboya tras una prolongada batalla contra el régimen títere de Phnom Penh, colocado por Estados Unidos.

El Jemer Rojo asesinó a alrededor de 1,7 millones de personas, casi uno de cada cuatro habitantes. Sus víctimas fueron ejecutadas o murieron a causa de trabajos forzosos y hambre, mientras el régimen intentaba convertir a ese país en una utopía agraria.

Sihanouk perdió miembros de su familia a manos del régimen, y estuvo bajo arresto domiciliario entre 1976 y 1979.

Pero también fue significativo el papel que desempeñó los cuatro años previos a la llegada del Jemer Rojo, urgiendo a la población a unirse al régimen. Además fue jefe de Estado durante el primer año en que los jemeres gobernaron Camboya.

Luego, cuando el ejército vietnamita invadió el país y derrocó al Jemer Rojo en 1979, Sihanouk huyó con la organización maoísta a la selva y desempeñó un nuevo papel: defensor del régimen en el exilio.

Son esos episodios de su vida los que plantearon la necesidad de sea convocado a declarar ante el tribunal.

Las Cámaras Extraordinarias comenzaron su labor oficial en julio de este año tras varias demoras y obstáculos, incluidos los planteados por el gobierno camboyano del primer ministro Hun Sen.

La presión para que Sihanouk se presente ante el tribunal fue ejercida por la poco conocida organización no gubernamental, Comité de Acción Camboyana por Justicia y Equidad, con sede en Estados Unidos.

A fines de agosto, la organización solicitó a Phnom Penh quitar al ex monarca su inmunidad para que pudiera declarar ante el tribunal.

El gobierno de Hun Sen se lanzó en la defensa de Sihanouk con una dura reprimenda. El primer ministro calificó el pedido de "muy primitivo" y alertó que podría "poner en peligro la paz y la unidad" del país.

Pero organizaciones de derechos humanos cuestionaron los motivos del gobierno arguyendo que los esfuerzos de Camboya para crear una sociedad donde rija el imperio de la ley y la justicia serán socavados si se coloca al ex monarca por encima de ella y se lo exonera de declarar.

"Eso puede sentar un mal precedente dado que las Cámaras Extraordinarias pretenden fijar nuevos y altos estándares de justicia", sostuvo Lao Mong Hay, investigador en Camboya de la Comisión Asiática de Derechos Humanos.

"El pedido no es para procesar a Sihanouk como demandado ni acusado, sino para eliminar de la ley fundamental un artículo inconstitucional para que pueda declarar ante los jueces si fuera necesario", explicó Lao en entrevista desde Hong Kong, donde está la sede de la organización.

"Es muy importante para el juicio, pues muchos camboyanos que perdieron familiares quieren saber qué sucedió, cuándo y por qué el Jemer Rojo llevó adelante su política asesina", añadió.

"Existe la posibilidad de que Sihanouk limpie su nombre si no hizo nada malo", remarcó Lao. "Él ya había mostrado su disposición a hacer frente al juicio al igual que los líderes del Jemer Rojo".

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