CHILE: Homenaje a Allende en calma

Con relativa tranquilidad se vivió este martes en Chile el 34 aniversario del derrocamiento del presidente socialista Salvador Allende, el primero tras la muerte del líder del sangriento golpe militar y de la dictadura que le siguió hasta 1990, Augusto Pinochet.

Mientras la también presidenta socialista Michelle Bachelet llamó a la paz, algunos manifestantes criticaron el férreo cerco policial dispuesto por el gobierno en prevención de incidentes, como ocurrió en otros años.

A media tarde, la intendenta de Santiago, Adriana Delpiano, informó de 32 personas detenidas por pequeños incidentes en el centro de esta ciudad en el marco de una marcha callejera no autorizada por las autoridades.

"Ha sido sorprendente la tranquilidad" con que se ha conmemorado esta fecha tan sensible para los chilenos, dijo a IPS Andrés Palma, director del Programa de Gerencia Social de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).

"Creo que esto ha tenido que ver con una cierta responsabilidad de los dirigentes sociales (que convocaron marchas) y una efectiva política preventiva del gobierno con miras a evitar que se provoquen desmanes", añadió el investigador.
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"No asocio esta tranquilidad con el hecho de que ya no esté Pinochet, dado que antes de morir ya había dejado de ser un actor social", comentó Palma, aunque espera que esta actitud marque un precedente para el futuro.

Pinochet falleció el 10 de diciembre pasado a los 91 años, producto de una falla cardíaca. En la víspera, sus seguidores realizaron una cena en su honor y este martes le dedicaron dos misas.

Los santiaguinos comenzaron temprano este martes el retorno a sus hogares, porque en la noche es tradicional que algunos manifestantes levanten barricadas y provoquen cortes de luz en comunas periféricas.

Para evitar que se repitieran las violentas escenas del año pasado, cuando manifestantes lanzaron una bomba incendiaria contra una ventana del Palacio de La Moneda, la emblemática sede del gobierno donde se suicidó Allende en medio del bombardeo y el ataque militar terrestre. En esta ocasión, el Poder Ejecutivo restringió las marchas masivas por la zona.

El Ministerio del Interior sólo autorizó a 12 organizaciones sociales a transitar separadamente y durante 15 minutos por un costado del palacio y dejar una ofrenda floral en la puerta por donde fue sacado el cadáver de Allende el 11 de septiembre de 1973, tras el feroz ataque lanzado por Pinochet.

Entre las organizaciones figuró la Agrupación de Familiares de Detenidos, Ejecutados y Desaparecidos de La Moneda, la Fundación de Amigos del ex Presidente Allende, la agrupación de ex miembros del dispositivo de seguridad del ex mandatario, los co-gobernantes partidos Socialista y Por la Democracia (PPD), así como el Partido Comunista (PC).

"La memoria del presidente Allende es un camino que debemos saber seguir. Es por eso que a un año del centenario de su nacimiento nuestro partido expresa: la memoria de Allende es la memoria por la democracia, por la justicia. Viva Allende, viva Chile", exclamó el presidente del PPD, Sergio Bitar, luego de dejar una ofrenda floral.

Según la intendenta Delpiano, unas 1.000 personas participaron en los homenajes, cuya respetuosa actitud permitió que "este día de conmemoración tuviera un carácter normal".

El PC fue uno de los más críticos del férreo cerco policial dispuesto por el gobierno de Bachelet.

Los dirigentes comunistas le entregaron el lunes una carta de protesta a la mandataria por la forma en que el Ministerio del Interior entregó los permisos para realizar las marchas y la represión que sufrieron organizaciones defensoras de los derechos humanos que el domingo visitaron el memorial de las personas detenidas desaparecidas en el Cementerio General.

"Nosotros vamos a reclamar no sólo ante la presidenta, sino ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos", dijo entonces el presidente del PC, Guillermo Teillier.

También "vamos a llevar nuestra protesta ante la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados y a otros organismos internacionales, porque nos parece que esta forma de represión, estas amenazas ante cada intento que tiene el pueblo de manifestarse pacíficamente, no pueden seguir en nuestro país", apuntó.

De forma simbólica, Bachelet depositó en la mañana de este martes flores en el lugar en el Palacio de La Moneda donde el mandatario se quitó la vida al ver que no contaba con fuerzas para resistir el ataque militar de los golpistas.

Bachelet estuvo acompañada de Carmen Paz Allende y Marcia Tambutti, hija y nieta del mandatario derrocado en 1973.

"El mejor homenaje que podemos hacerle a todos aquellos que perdieron la vida luchando por la democracia y por la patria es construir una sociedad, un país que garantice oportunidades, que le dé derechos, así como deberes a cada uno de nuestros compatriotas", indicó Bachelet posteriormente.

También invitó a transformar el 11 de septiembre "en un día de conmemoración de los valores más importantes de una patria: el valor de la dignidad, el valor de la justicia, el valor de la solidaridad, el valor del compromiso profundo por su país".

Luego, Bachelet participó en una misa ecuménica llevada a cabo por una pastora evangélica y un sacerdote católico en el palacio de gobierno.

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