AMBIENTE-BRASIL: Fertilidad social rompe la aridez

Duele pensar que el recalentamiento global agravará más aun la escasez de lluvias en el interior semiárido del nordeste brasileño, reaccionó Luiz Tomacheski, sorprendido ante la sequedad ya presente en el paisaje de arbustos retorcidos y gramíneas ralas.

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Tomacheski, presidente de la Fundación Rureco de desarrollo rural en el sureño estado de Paraná, fue el único proveniente de esa zona de Brasil entre las dos docenas de activistas, técnicos y campesinos que visitaron días atrás el nordestino municipio de Pintadas, para conocer un proyecto local de adaptación al cambio climático e intercambiar ideas.

Acostumbrado a un clima llovioso, de sequías apenas ocasionales aunque "más frecuentes últimamente", Tomacheski sintió más que otros el impacto del suelo árido y además pedregoso. Pero se sorprendió también ante la fuerte organización comunitaria de los pobladores, animados a enfrentar los retos "sintiéndose dueños de su destino".

Pintadas, un pequeño municipio de 11.000 habitantes en el interior del estado de Bahia, fue elegido por la red internacional SurSurNorte y otras cuatro organizaciones brasileñas e italianas para desarrollar junto con la alcaldía un proyecto de adaptación al cambio climático, produciendo alimentos con irrigación por goteo o mediante la técnica de hidroponia.

El objetivo es probar una tecnología aplicable en el nordeste semiárido, la región más pobre de Brasil y que sufrirá mucho el recalentamiento global, según los expertos. Se denomina Proyecto Pintadas Solar, que estimula el uso de esa fuente de energía o la bioenergía, contribuyendo así también a mitigar el efecto invernadero, al evitar el uso de combustibles fósiles.
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El énfasis es la pequeña agricultura irrigada, porque se trata de ampliar la producción para la seguridad alimentaria en una región "donde el agua es la principal vulnerabilidad", y que se acentuará con el cambio climático, explicó Débora Kligerman, ingeniera sanitaria y coordinadora del proyecto por la SurSurNorte.

Un estudio realizado en 2004 comprobó que 80 por ciento de las hortalizas y frutas consumidas en Pintadas provienen de fuera del municipio, destacó Nereide Segala, una ex monja de 49 años hoy gestora del Proyecto y asesora de economía solidaria en la Secretaria de Agricultura y Desarrollo Económico de la alcaldía.

Ese hecho, más la pobreza rural y el liderazgo político basado en la comunidad organizada condujeron a la elección de Pintadas como sede del proyecto piloto, visitado a fines de agosto por los activistas, técnicos y campesinos de otras partes de Brasil.

Además se trata de generar fuentes de ingreso locales. Todos los años, unas 3.000 personas dejan por algunos meses Pintadas para cosechar caña de azúcar en estado de Sao Paulo. El mismo alcalde actual, Valcyr Almeida Rios, vivió 10 años en el pasado en tierras paulistas, trabajando en una central azucarera y en el Servicio Pastoral del Migrante de la Iglesia Católica.

GOTA A GOTA

El Pintadas Solar adoptó el sistema de goteo como la forma más eficiente de riego con bajo consumo del agua, en un municipio que no dispone de río perenne. Pero en las últimas décadas hizo un esfuerzo de construcción de nuevas presas, que ya suman más de 60.

Inicialmente se optó por placas fotovoltaicas para generar la energía necesaria para bombear el agua a depósitos elevados, de donde salen los tubos de irrigación.

Así lo hizo Florisvaldo Guimaraes, un joven agricultor que acumuló conocimientos para hacerse asesor técnico del proyecto y cultiva maíz, mandioca, frijoles, lechugas y otras hortalizas en una parte de la hacienda de su madre.

Instaló el sistema que bombea agua de una pequeña presa a su huerto, para demostrarle a otros agricultores y experiencias con distintos cultivos. Además se constituyó en el mayor productor de mango y de jabuticaba (una fruta exclusivamente brasileña) del municipio y aprovecha residuos agrícolas como alimento para el ganado, por ejemplo.

Almacenar forraje es vital para sostener la producción lechera de sus seis vacas, que alcanzan a dar 60 litros diarios cuando se recuperan los pastizales durante los pocos meses de lluvias, pero cae a 15 o 16 litros en el estiaje, explicó.

"Estoy contenta porque Florisvaldo se quedó, así puedo seguir viviendo en la hacienda", celebra la madre, Laura Mercés Guimaraes, de 68 años, agradeciendo la vocación agrícola de su hijo y sus técnicas capaces de hacer más productiva la tierra. Los seis hijos se fueron a vivir en Pintadas y otras ciudades lejanas.

El conjunto de bomba, cisterna y tubos para regar huertos de hasta una hectárea se puede adquirir por el equivalente a casi 2.000 dólares o menos si se asocian algunas familias alrededor de una misma presa.

Otras cuatro familias se benefician del proyecto iniciado el año pasado y que debe producir sus primeras conclusiones en marzo próximo. También cultivan huertos alrededor de una presa mayor, cerca del poblado Raspador. La bomba en ese caso consume combustible diesel.

"Las placas fotovoltaicas pueden ser robadas, hace poco robaron las de una escuela cercana", justificó Antonio de Brito, uno de los horticultores y entusiasta del proyecto. "Antes llevaba horas con la regadera yendo y volviendo a la presa, ahora basta activar el sistema por 30 minutos", señaló.

Una idea del proyecto para el futuro es producir biodiesel y usarlo en las bombas, pero Valter Almeida, otro horticultor, espera una solución energética más rápida, como es la llegada de la red pública de electricidad a su casa el próximo año.

Su mujer, Elisângela, cree que el proyecto les asegura un futuro mejor, pero en el inicio no había mucho entusiasmo entre los vecinos. "Van a secar el azud por nada", criticaban, pero hoy se interesan en seguir el ejemplo de los pioneros, contó.

Para las familias de agricultores que no tienen acceso a los embalses, el proyecto prevé el desarrollo de la hidroponia, con la recolección y almacenamiento de agua de lluvias. Será una producción orgánica, la "organoponia", según Guimaraes.

COMUNIDAD Y SOLIDARIDAD

La metodología del Pintadas Solar es "construir el conocimiento junto con los agricultores familiares", no imponerles la asistencia técnica de afuera, explicó la gestora del proyecto. Los involucrados fueron llevados a conocer experiencias similares en otras tierras, una forma importante de aprendizaje campesino.

La intensificación del intercambio y visitas a otros proyectos, especialmente de agro-ecología y energías renovables en estados del nordeste como Paraíba y Pernambuco fue una de las necesidades apuntadas en el encuentro de activistas de la agricultura familiar sustentable en Pintadas, realizado los dos últimos días de agosto.

Es recomendable diversificar e integrar varias actividades, como la fruticultura y la pequeña ganadería a la horticultura en un sistema de rotación, para asegurar la sustentabilidad de la producción en cada unidad, sin agotar ni salinizar el suelo, destacaron algunos visitantes.

"Estamos en ese camino" al recuperar la pequeña agricultura, superando el dominio de la ganadería extensiva que determinó la devastación de la caatinga (bosque blanco en lengua indígena), la vegetación de esta zona semiárida, sostuvo Guimaraes.

Cualquier proyecto en Pintadas cuenta con un factor de éxito, el gran capital social expresado en fuertes movimientos que se articulan en una red de 11 entidades locales, como asociaciones de mujeres, de jóvenes y apicultores, cooperativas de crédito y de agroindustria. La iglesia Católica, con sus comunidades eclesiales de base, estuvo en el origen de ese proceso hace tres décadas.

La alcaldía es una parte de esa comunidad. "El pueblo organizado dirige este municipio", afirmó el secretario de Agricultura y Desarrollo Económico, Bernival Epifanio, con trayectoria en al dirigencia sindical. Por eso se tiene como seguro que la gestión basada en el movimiento social seguirá con cualquier gobernante.

Desde 1996, el municipio es gobernado por el Partido de los Trabajadores (PT, la agrupación izquierdista liderada por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva), producto de esa organización y movilización comunitaria, que acumula conquistas.

Prácticamente la totalidad de los más de 1.600 domicilios rurales, por ejemplo, cuentan con cisternas para almacenar agua de las lluvias, un elemento vital para la convivencia con el clima semiárido y los futuros cambios climáticos.

El municipio cuenta también con apoyo de organizaciones nacionales e internacionales en sus proyectos sociales. Las brasileñas Red de Desarrollo Humano y CEMINA (Comunicación, Educación e Información en Género) y las italianas AmbienteItalia y Fundación Cariplo apoyan el Pintadas Solar juntas con la red SurSurNorte.

La solidaridad construida en ese proceso, en el que los "beneficiarios de proyectos también son sus autores", es el motor del desarrollo local, concluyó Nereide Segala, una ex monja de 49 años, hoy con cuatro hijos y que vive en Pintadas hace 20 años, constituida en activista social y pequeña agricultora y ganadera.

Segala es una de las seis religiosas católicas que vinieron del meridional estado de Santa Catarina, en los años 70 y 80, y ayudaron a transformar Pintadas en una comunidad organizada que puede abrir camino a una mejor convivencia con las sequías presentes y futuras.

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