CUBA-EEUU: Castro critica a precandidatos demócratas

El presidente de Cuba, Fidel Castro, retirado por graves problemas de salud desde hace más de un año, terció en la campaña electoral de Estados Unidos, criticando las aspiraciones de algunos postulantes de promover la democracia en este país caribeño.

Según Castro, Hillary Clinton y Barack Obama, quienes aspiran a representar al opositor Partido Demócrata en los comicios presidenciales de noviembre de 2008, "se sienten en el deber sagrado de exigir un gobierno democrático en Cuba".

"No están haciendo política; están jugando a las barajas un domingo por la tarde", ironizó Castro, en el séptimo artículo editorial que escribe luego de cumplir 81 años el 13 de agosto. La discreción en que transcurrió su aniversario fue el principal sostén de los rumores sobre un agravamiento de su salud.

Pero Castro ignoró en esas columnas publicadas en la prensa estatal las versiones que inclusive lo dan por muerto y las dedicó a hechos como la intervención de Estados Unidos en los asuntos de Cuba desde el siglo XIX, y al centenario del nacimiento del líder del Partido Ortodoxo, Eduardo Chibás (1907-1951).

Los rumores que en los últimos dos fines de semana elevaron las comunicaciones telefónicas y los mensajes desde el exterior coincidieron con la visita de Obama a la estadounidense Miami, donde residen más de un millón de cubanos exiliados y sus descendientes.

En un artículo publicado el 21 de este mes en el diario Miami Herald, Obama definió como objetivo político el diseño de una "clara estrategia para lograr una apertura democrática en Cuba" y consideró que la futura ausencia de Castro no significaría necesariamente la "libertad para Cuba".

Al respecto, Obama añadió que "si un gobierno postcastrista comienza la apertura de Cuba a la democracia, Estados Unidos está listo para llevar a cabo pasos hacia la normalización de las relaciones y relajar el embargo que ha dominado las relaciones de nuestros países en las últimas cinco décadas".

El fin de semana, el senador y precandidato demócrata habló en Miami ante varios centenares de seguidores y defendió el cese de las restricciones de viajes y envíos de remesas de dinero a Cuba, establecidas en 2004 por el gobierno de George W. Bush.

A su juicio, eso ayudaría a las familias que residen en este país caribeño a ser "menos dependientes" del gobierno de Castro y a promover un "cambio verdadero" en Cuba. "Ya era hora que el presidente (Bush) se diera cuenta de ello", sentenció Obama, quien se manifestó contrario al cese del embargo sin un previo cambio de régimen en La Habana.

Castro hizo sus comentarios sobre los comicios estadounidenses en un artículo titulado "La sumisión a la política imperial" y afirmó que escribía "sencillamente para incrementar la conciencia del pueblo cubano", una aclaración que parecería reforzar su actual papel de "gran consejero", en lugar de tomador de decisiones.

Sólo el ex presidente estadounidense Jimmy Carter (1977-1981) "no fue cómplice del brutal terrorismo contra Cuba", dijo Castro. El mandatario cubano, que tomo el poder en 1959 y ha lidiado con 10 gobiernos estadounidenses desde entonces, recibió la visita de Carter en 2002.

El 26 de julio, el primer vicepresidente Raúl Castro, que sustituye provisionalmente a su hermano desde el 31 de julio de 2006, dejó abierta la posibilidad de diálogo con quien gane las elecciones estadounidenses de 2008, "si dejan por fin a un lado la prepotencia".

El académico Rafael Hernández, director de la revista cubana Temas, dijo a IPS que "cualquier presidente futuro será mejor que Bush", pero "no debe olvidarse que fue la administración demócrata de Bill Clinton (1993-2001) la que inventó el 'Plan para una transición democrática en Cuba'".

"Los asesores y los miembros de un Ejecutivo (del Partido) Demócrata le dirán al nuevo presidente que para qué se va a gastar el capital político necesario con el fin de cambiar una política de casi medio siglo, si en definitiva Cuba no es una prioridad global. Por eso no espero de un presidente demócrata la iniciativa de cambio", consideró Hernández.

A juicio del experto, es "el Congreso (legislativo) el que podría tomar iniciativas que faciliten el proceso de cambio", de las cuales la más importante sería el levantamiento de la prohibición de viajar, instaurada por Bush junto con otras restricciones.

"Y ahí sí la posición del presidente puede influir en el curso de los cambios, pues podría simplemente no vetar esta legislación, en caso de que la Cámara de Representantes y el Senado la aprueben por mayoría, lo que ya ocurrió en 2003, y se detuvo entonces porque Bush anunció su veto", afirmó el académico.

Bush aprobó el 6 de mayo de 2004 un paquete de prohibiciones que reforzaron el bloqueo económico y comercial vigente desde 1962 (que Washington llama embargo), incluidas en el informe de la Comisión para la Ayuda a una Cuba Libre.

El plan fue actualizado en 2006 para restringir aun más los viajes de estadounidenses a Cuba, con pena de cárcel o elevadas multas, y crear instituciones encargadas de perseguir las ventas cubanas de níquel y su utilización en la industria de terceros países.

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