El gerente de una empresa colombiana con fuertes intereses en Venezuela apostó un almuerzo con algunos miembros de su junta directiva a que el presidente Hugo Chávez no resistiría el paro petrolero de fines de 2002. «Si Chávez no cae, usted nos invitará a un almuerzo por cada mes que permanezca en el poder», respondieron sus colegas.
Desde entonces, se reúnen mensualmente a almorzar y conversar sobre los grandes negocios que han logrado en el vecino país durante la "era Chávez".
Los dos países han consolidado su intercambio comercial pese a diferencias limítrofes de otras épocas, a la más reciente alteración social en las fronteras y a las pertenencias políticas disímiles de sus actuales gobiernos.
Su eje económico se mantiene en pie y en crecimiento desde 1969, cuando Colombia y Venezuela encabezaron la firma del Pacto Andino de Naciones, también suscripto por Chile, Ecuador y Perú en la norteña ciudad colombiana de Cartagena.
Ahora, los mandatarios Chávez, de Venezuela, y Álvaro Uribe, de Colombia, se encuentran no sólo para dialogar sobre el esperado canje humanitario de rehenes en manos de la guerrilla colombiana por insurgentes presos, conforme a la mediación ofrecida por el venezolano.
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Se trata también de afianzar el intercambio comercial entre los dos países, que se espera llegue a 3.000 millones de dólares al final de este año.
El ministro de Comercio, Industria y Turismo de Colombia, Luis Guillermo Plata, subrayó horas antes del encuentro de este viernes entre los dos mandatarios que Bogotá, "respetuoso de las decisiones políticas de Venezuela con relación a otras naciones andinas, planteará un acuerdo bilateral, si es el caso por fuera de la Comunidad Andina de Naciones", de la que Caracas se retiró en abril de 2006.
Al margen de las obras de construcción del Gasoducto Colombo Venezolano desde la península colombiana de la Guajira hasta la zona venezolana de Maracaibo, iniciadas en julio de 2006, Uribe entregará un portafolio instructivo a su homólogo Chávez sobre el proyecto de venta de cinco centrales hidroeléctricas regionales, tres de ellas en áreas cercanas a la frontera, Norte de Santander, Santander y Boyacá, en el norte del país, y dos más en Cundinamarca y Meta, en el centro.
Empresarios colombianos consideran fundamental revivir negocios planteados tiempo atrás para hacer sociedades productivas a lo largo de la frontera común, de 2.219 kilómetros. La Cámara de Comercio Colombo-Venezolano considera necesario que se convoque cuanto antes a la Comisión Binacional de Fronteras en asuntos económicos.
En los últimos seis años, empresarios de este país han constituido sociedades con sus pares venezolanos con recursos de capitalización otorgados por el Banco Colombiano de Comercio Exterior, que pasaron de 200 millones de dólares a 400 millones de dólares al año.
María Elena Ojeda, integrante del comité directivo de la Corporación Colombiana de Pequeña y Mediana Empresa, subrayó que así se han conformado empresas en confecciones, manufacturas, cuero, calzado, repuestos eléctricos y partes de automóviles con participación de mano de obra de los dos países.
Otro acuerdo pendiente corresponde a la promoción simultánea en oferta hotelera y turística con intensificación de vuelos de compañías aéreas de Colombia y Venezuela, para impulsar distintos destinos de interés de los dos países.
El enlace social de los residentes en la frontera, la más extensa de Colombia con sus vecinos, y el vínculo histórico de integración comercial y cultural superan los eventuales distanciamientos de estilos y políticas entre Chávez y Uribe, quienes ahora buscan revivir la mesa de negocios de los que esperan resultados tangibles no pocos productores y consumidores de dos países afines.
* Con aporte de Constanza Vieira (Bogotá).
