AMÉRICA LATINA: Petrocaribe corona ofensiva petrolera venezolana

Venezuela pactó esta sábado, con 15 vecinos del Caribe consumidores netos de crudo, un acuerdo de seguridad energética, al cabo de una semana en que el presidente Hugo Chávez sembró millonarios proyectos petroleros, de gas y petroquímicos en cuatro países de América del Sur.

Crédito: Sitio Oficial III Cumbre Petrocaribe
Crédito: Sitio Oficial III Cumbre Petrocaribe
Petrocaribe, alianza creada en 2005, permitirá a los países caribeños adquirir hasta 210.000 barriles diarios de petróleo de Venezuela, pagando de contado sólo 60 por ciento de la factura. A Cuba irán 98.000 barriles, y hasta ahora a los restantes beneficiarios se han entregado unos 37.000 barriles por día.

Esos envíos han supuesto un ahorro para los países destinatarios de 437 millones de dólares en el último año, informó el ministro de Energía venezolano Rafael Ramírez, poco antes de celebrarse este sábado una breve cumbre de mandatarios de Petrocaribe.

La cumbre transformó los acuerdos de suministro de crudo y derivados en un gran pacto de seguridad energética entre Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Cuba, Dominica, Granada, Guyana, Jamaica, República Dominicana, San Cristóbal y Névis, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Surinam y Venezuela, adhiriéndose Haití y Nicaragua.

"Así como la Unión Europea nació como una alianza por el carbón y el acero, creo que para nosotros la energía va a convertirse en el eje articulador de la unión que soñaron nuestros libertadores", dijo Chávez a sus pares caribeños.
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Acababa de concluir una semana de intensos recorridos por Argentina, Uruguay, Ecuador y Bolivia, con cuyas autoridades pactó proyectos de inversión por miles de millones de dólares.

En paralelo, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva cubrió en una gira a México, Honduras, Nicaragua, Jamaica y Panamá, centrada en la promoción del etanol, al que nuevamente atacó Chávez este sábado "porque se le llama biocombustible, cuando no es para la vida, sino para alimentar automóviles en vez de a nuestros niños".

La gira de Chávez no sólo contrastó con la de Lula, sino que resultó empañada por un escándalo de presunta corrupción que le robó titulares a sus desplazamientos y pactos de cooperación, después que un venezolano, Guido Antonini, trató de ingresar ilegalmente a Argentina una maleta con 790.550 dólares.

Antonini llegó a Buenos Aires poco antes que Chávez como compañero de viaje, en un jet privado, de ejecutivos de las petroleras estatales Pdvsa, de Venezuela, y Enarsa, de Argentina, y desató en los medios políticos y de información un vendaval de críticas al modo de relacionarse entre los equipos de gobierno de los dos países.

Sin embargo, Chávez y su par argentino Néstor Kirchner pactaron la construcción de una planta de regasificación, que convertirá el gas natural licuado (GNL) que en un futuro le despachará Venezuela desde yacimientos en su noreste todavía no explotados.

Un convenio para una planta similar firmó Chávez con su homólogo Tabaré Vázquez, de Uruguay, y días más tarde, en Bolivia, apuntaló junto a Kirchner proyectos para explotar más gas del sur boliviano, que alimentarán el argentino gasoducto del nordeste.

Tanto en Buenos Aires como en Montevideo, Chávez ofreció "toda la energía que necesiten", e insistió en que Venezuela tiene "el gas y el petróleo que América el Sur precisará para los próximos 100 años".

"El nuevo esquema que propone Chávez es el de estructuración de acuerdos energéticos de todo tipo, como pilar de la integración y la cooperación que aprecia como pilar de la unidad sudamericana y latinoamericana y caribeña", dijo a IPS Franklin Molina, docente de Estudios Internacionales en la Universidad central de Venezuela.

Sin embargo, las plantas de regasificación que se alimentarán con el fluido llevado en buques casi colocan una lápida al proyecto de Supergasoducto del Sur, tubería de 8.000 kilómetros desde el Caribe venezolano hasta el Río de la Plata, que cruzaría Brasil y el cual "se enfrió", según admitió el mandatario venezolano en vísperas de su periplo.

En Ecuador, Chávez pactó construir una refinería en la región de Manabí, con capacidad para procesar 300.000 barriles diarios y la mira puesta en los mercados del Océano Pacífico, según dijo el presidente ecuatoriano Rafael Correa.

Además, Pdvsa participará en la explotación del campo petrolero de Sacha, en la Amazonía ecuatoriana, y mantiene un acuerdo para procesar en refinerías venezolanas 100.000 barriles diarios de petróleos de Ecuador, que debe importar gasolina.

En Bolivia, los acuerdos se acompañaron de mítines antiimperialistas, y allí Chávez comprometió a Pdvsa en proyectos para prospección y explotación de petróleo en el occidente boliviano y gas en el sur, que montan a 600 millones de dólares, y en la construcción de una planta termoeléctrica, a un costo de 80 millones de dólares.

Esta última se situará en la céntrica región del Chapare, bastión político de su estrecho aliado, el presidente Evo Morales, y será capa de generar 100 megavatios por hora.

"No estamos regalando la riqueza petrolera, sino compartiéndola, como Cristo, para salir de la pobreza", dijo Chávez en Bolivia, donde explicó que su plan es "ir construyendo proyectos, de tamaño uno, cinco o cien, de diferente envergadura, para apuntalar el progreso y la independencia de nuestras patrias, que son una sola".

En el tratado que ofreció a sus pares del Caribe, Chávez propuso cuatro líneas de trabajo para acompañar los convenios de suministro con términos blandos de pago "ahora que el petróleo va camino de los 100 dólares por barril", y como acompañamiento de un fondo social alimentado con los pagos que hagan los países beneficiarios.

La primera sería establecer "una red de refinerías" en el Caribe para procesar el crudo pesado que Venezuela extraerá de su sudoriental Faja del Orinoco. Venezuela invierte en la ampliación de las de Cienfuegos (Cuba) y Jamaica, se propone construir una en Dominica, y Guyana solicitó estudiar la construcción de otra en su territorio.

La segunda, dijo Chávez, sería tejer un gran gasoducto transcaribeño y construir plantas de regasificación, la primera de las cuales se establecería en Haití.

La tercera consistiría en desarrollar la industria petroquímica, y la cuarta el desarrollo de energías alternativas, como la solar, eólica y el agrocombustible.

Pero esta última línea —Chávez se unió a Morales en su rechazo al término biocombustible— sería sólo para producir el etanol necesario para agregar a las gasolinas, un 20 por ciento, "para hacerlas menos contaminantes".

Entre sus socios de Petrocaribe al menos tres, Jamaica, Nicaragua y República Dominicana, al tiempo que acuerdan beneficios con Venezuela en el suministro de combustibles fósiles han pactado con capitales brasileños y estadounidenses desarrollar cultivos y plantas para la producción de etanol con destino a la exportación.

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