FINANZAS-AFGANISTÁN: Alivio de deuda por ser buen alumno

Alemania, Estados Unidos y Rusia acordaron cancelar deudas bilaterales de Afganistán por un total de 1.000 millones de dólares, esto es, 92 por ciento de los compromisos de ese país de Asia central con esas tres naciones.

La decisión fue tomada apenas una semana después de que el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) señalaron que Kabul había seguido fielmente sus consejos económicos y cumplía con los requisitos para ser beneficiado con cancelaciones de deuda.

Estados Unidos, que considera a Afganistán uno de sus principales frentes en la "guerra contra el terrorismo", reconoció haber jugado un papel fundamental en ese perdón.

Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington, el gobierno de George W. Bush adoptó una estrategia de seguridad nacional que conjugó la diplomacia, la defensa y el desarrollo, y en la que la asistencia internacional fue vinculada con su campaña mundial contra el terrorismo.

El acuerdo entre Alemania, Estados Unidos y Rusia sigue los términos de la Iniciativa para Países Pobres Muy Endeudados (HIPC, por sus siglas en inglés) del Banco Mundial y el FMI.
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Ese programa prevé el perdón de parte de la deuda de los países más pobres e incluye un paquete de precondiciones de liberalización económica que esas naciones deben aceptar para ser beneficiados.

Luego de anunciar el acuerdo, Washington instó a otros miembros del Club de París, grupo países del Norte industrializado acreedores del Sur en desarrollo, a que siguieran su ejemplo. El gobierno de Bush tuvo también un papel clave para una cancelación similar para Iraq en 2005.

La semana pasada, las respectivas juntas ejecutivas de los organismos multilaterales de crédito, a pedido de Estados Unidos, anunciaron que Afganistán había calificado para la HIPC

Para lograrlo, el gobierno del presidente Hamid Karzai, respaldado por Washington, tuvo que adherir a los términos del programa del FMI y cumplir con ciertos requisitos económicos.

Se espera que Afganistán reciba una cancelación de más de 11.000 millones de dólares, esto es, más de 99 por ciento del total de su deuda externa.

"Es un gran logro para el gobierno afgano calificar para el alivio de deuda de la HIPC", destacó el Departamento del Tesoro estadounidense en un comunicado.

"Este alivio de deuda es un paso crucial hacia la normalización de las relaciones de Afganistán con la comunidad financiera internacional, y va a ayudar a ese país a avanzar hacia su propia sostenibilidad económica", añadió.

Por su parte, el FMI destacó la adherencia de Kabul a las recetas de Washington y de los organismos multilaterales de crédito.

"A pesar de un ambiente de seguridad difícil y las persistentes presiones de los gastos, Afganistán siguió haciendo progresos, manteniendo la estabilidad macroeconómica y avanzando en su agenda de reformas estructurales", afirmó el subdirector gerente del FMI, Murilo Portugal.

El funcionario añadió que aún se necesita un continuo flujo de ayuda externa y más rigurosas políticas económicas para lograr un nivel de sostenibilidad.

El Banco Mundial señaló que el dinero perdonado puede ahora ser volcado a financiar la atención de salud básica, la educación y otros servicios esenciales. Por su parte, Estados Unidos sostuvo que los recursos deberían también ser usados para combatir el próspero comercio de drogas y mejorar la seguridad.

El Banco Asiático de Desarrollo señaló que acabar con la enorme e ilícita economía del opio es uno de los más intrincados desafíos que afronta esa nación pobre. La institución advirtió que, desde la invasión liderada por Estados Unidos en 2001, esa industria no ha dejado de crecer.

Ese banco señaló que los cultivos de adormidera (o amapola, materia prima de la heroína, la morfina y el opio) se propagaron por cada rincón del territorio afgano. En 2004, se incrementaron 64 por ciento, llevando unos 2.800 millones de dólares a los bolsillos de los señores de la guerra y traficantes locales. Sólo una pequeña fracción de estas ganancias va para los productores pobres.

El FMI y el Banco Mundial destacaron que Afganistán se había convertido en el país número 31 en calificar para un alivio de deuda. Hasta ahora sólo 22 naciones han recibido un perdón total de sus compromisos.

Afganistán, con 26 millones de habitantes, sufrió más de dos décadas de conflicto e inestabilidad política, convirtiéndolo en uno de los países más pobres del mundo. Gran parte de sus habitantes son refugiados, sobre todo de las naciones limítrofes, y su infraestructura está en ruinas.

A pesar del apoyo de Estados Unidos y de otras potencias occidentales tras el desalojo del movimiento islamista Talibán en 2001, el producto interno bruto fue de sólo 7.000 mllones de dólares en 2005, apenas un poco más de lo que Washington gasta en sus operaciones militares en Afganistán e Iraq en dos semanas.

El Banco Mundial informó que el ingreso por habitante anual afgano era de unos 271 dólares en 2005.

Ese país también se ubica bastante atrás de sus vecinos en los indicadores de desarrollo humano.

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