CULTURA-MÉXICO: Patrimonios reales y virtuales

El gobierno de México impulsó que las ruinas mayas de Chichén Itzá fueran incluidas entre las «maravillas del mundo». Cuando se alcanzó el objetivo, tras un proceso comercial animado por un empresario suizo pero sin aval de la Unesco, las autoridades lo celebraron.

En contraste, nada dijo la administración del conservador Felipe Calderón cuando el 28 de junio la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) declaró a los edificios de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Patrimonio Cultural de la Humanidad.

"Juntos lo logramos. Chichén Itzá, nueva maravilla moderna", se lee desde el 7 de este mes en la cabecera de la página de Internet de la Secretaría de Turismo de este país, que invirtió dinero y desarrolló una estrategia de promoción para la iniciativa del suizo Bernard Weber.

Es imposible encontrar en ese portal una mención al caso de la ciudadela de la UNAM, una de las principales y más antiguas casas de altos estudios de América Latina.

"El gobierno pintó su cuerpo con estas reacciones contrastantes: le importa mucho lo comercial, lo mediático y el dinero, pero minimiza o quizá desprecia lo estrictamente cultural", dijo a IPS el crítico de arte Larry Valencia.

Miguel Granados, columnista del diario local Reforma, opinó que el presidente Calderón "muestra los móviles vitales que lo animan por la forma en que reaccionó ante los dos hechos".

A su juicio, mostró "un entusiasmo casi infantil frente la inclusión de Chichén Itzá en una improbable lista de nuevas maravillas del mundo y un silencio que se diría rencoroso" frente al caso de la UNAM.

El silencio gubernamental puede explicarse por el simbolismo político de la universidad. Según el escritor Carlos Monsiváis, "sigue siendo en América Latina el gran bastión del pensamiento crítico, liberal y laico".

La importancia de la UNAM, además de su valor arquitectónico, radica en que desde su nacimiento en 1910 ha sido "un caldo de cultivo para los cambios políticos y sociales del país", agregó.

El 7 de este mes, cuando se dieron a conocer los resultados de la iniciativa de Weber para designar a las "siete maravillas del mundo moderno" mediante una votación en Internet, la Secretaría de Turismo celebró a través de un boletín oficial.

"Con esta designación, México tiene una oportunidad única para mostrar al mundo la grandeza y esplendor de la cultura maya y la oferta cultural como país", señaló.

La Secretaría también anunció que buscará "aprovechar en sentido positivo este importante reconocimiento, encaminando estrategias y acciones para el desarrollo de nuevos productos turísticos".

Calderón, por su parte, realizó apariciones en televisión en las que dio las gracias por el resultado de la votación y enfatizó que el logro "nos llena de orgullo a todos los mexicanos porque pone muy en alto el nombre de México".

En cuanto a la declaración de la Unesco sobre la UNAM, la universidad no emitió ningún comunicado y hasta la fecha nadie del gobierno ha cursado una felicitación a sus autoridades.

Valencia, quien dicta cursos privados sobre apreciación artística e historia del arte, opinó que el gobierno de Calderón se dejó "deslumbrar por el negocio de Weber. Y se entiende, pues lo anima su afán de generar turismo a costa de lo que sea".

México recibió 97 millones de visitantes en 2006, quienes gastaron en el país más de 12.000 millones de dólares. Chichén Itzá, en la sudoriental península de Yucatán, es uno de los sitios arqueológicos más visitados, con 1,2 millones de turistas al año en promedio.

Chichén Itzá fue elegida como una de las siete maravillas del mundo moderno junto a la Gran Muralla China, las ruinas de Petra en Jordania, el Coliseo de Roma, el Taj Mahal en India, la estatua del Cristo Redentor en Brasil y la ciudadela inca de Machu Pichu en Perú.

"Ahora recibirá más turismo con este negocio, así que a cuidarlo, pues de vestigio histórico pasó a maravilla mediatizada y de marca Weber", ironizó Valencia.

Chichén Itzá fue fundada por el pueblo maya, una cultura precolombina que se extendía por el sur de México y Guatemala, fundamentalmente. Su nombre significa "la ciudad al borde del pozo de los itzaes".

Los itzaes eran los brujos del agua. Es una zona de más de 15 kilómetros cuadrados cuyo edificio emblemático es la pirámide de Kukulkán.

La ciudad fue la capital más sobresaliente del área maya en la región del Caribe durante los siglos IX y X. Cuando los españoles llegaron a la ciudad, en el siglo XVII, aún funcionaba como centro de culto y peregrinación para los indígenas.

Se estima que el reconocimiento de la Unesco a la UNAM no alterará los recorridos turísticos que por allí se realizan ni las actividades académicas cotidianas.

Los edificios centrales de la UNAM, al sur de la ciudad de México, fueron construidos en la década del 50 sobre una zona de roca volcánica. Según la Unesco, se trata de uno de los más importantes íconos de la arquitectura y el urbanismo modernos de América Latina, que incluye grandes murales y esculturas.

"En varios sentidos, el reconocimiento de la UNAM como porción integrante del Patrimonio Cultural de la Humanidad tiene mucha mayor relevancia y solidez que la votación que hizo maravillosa a Chichén Itzá" escribió Granados. "Y sin embargo nadie en el gobierno, ni Calderón mismo, pareció enterarse", apuntó. *****

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