CULTURA-IBEROAMÉRICA: El otro congreso de la lengua

Académicos, artistas, entidades indígenas y sociales de América Latina y España se dan cita en la capital argentina para reivindicar las múltiples lenguas en uso en Iberoamérica, que enriquecen su acervo cultural y ayudan al desarrollo de las comunidades.

Para defender lo que consideran el "derecho a la autodeterminación lingüística de los pueblos de Iberoamérica", expertos y líderes sociales de una decena de países participan del "II Congreso de las Lenguas", que comenzó este miércoles y se prolongará hasta el sábado.

Representantes de la Universidad de Chile, de la estadual brasileña de Londinha (Paraná), de universidades argentinas, de la Academia de la Lengua Chinchaysuyu de Perú, de la Dirección de Educación Indígena de Puebla, México, se unirán a líderes indígenas de la región y académicos del País Vasco.

Bajo la presidencia honoraria del argentino Adolfo Pérez Esquivel, ganador del premio Nobel de la Paz en 1980, los participantes reunidos en una sede de la estatal Universidad de Buenos Aires debaten sobre identidad y memoria, políticas sobre el lenguaje; lengua y derechos humanos, lengua y género, lengua y movimientos migratorios.

El encuentro cuenta con el apoyo de escritores como el argentino Osvaldo Bayer y el uruguayo Eduardo Galeano, así como el cineasta Fernando "Pino" Solanas, la cantante Teresa Parodi y la asociación no gubernamental defensora de los derechos humanos Madres de Plaza de Mayo, también todos del país anfitrión.
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También habrá talleres de lenguas de pueblos indígenas, distintos niveles de enseñanza de euskera (lengua vasca), proyección de documentales sobre las diversas comunidades que viven en América Latina, presentación de libros sobre los temas en discusión, recitales musicales y exposición de artistas plásticos.

La idea de abrir este espacio de reflexión y debate acerca de la diversidad lingüística y cultural surgió como reacción frente al III Congreso Internacional de la Lengua Española, que se celebró en noviembre de 2004 en la central ciudad argentina de Rosario. En aquel momento se realizó en paralelo el primer "Congreso de Las Lenguas".

La reunión oficial, convocado por la Real Academia Española (RAE) y el Instituto Cervantes, dependiente del ministerio de Educación del país europeo, es una iniciativa de Madrid que apunta a fortalecer el idioma entre los castellanohablantes. El último congreso se realizó este año en Colombia.

Pero los críticos consideran que con estas reuniones la RAE busca mantener el control sobre el idioma español del que se siente dueño, en lugar de permitir que sean los hablantes los que decidan sobre los modos de decir, respetando las diferencias y las lenguas preexistentes.

En diálogo con IPS, el profesor Rodolfo Hachén, organizador del foro paralelo que va por su segunda edición, explicó que en el tiempo transcurrido entre las dos reuniones "se pudo empezar a discutir el derecho a una educación multicultural bilingüe". Pero alertó que los compromisos de los estados están aún sólo en el papel.

Hachén es licenciado en Letras, tiene una maestría en Teoría Lingüística, es profesor de etnolingüística de la estatal Universidad Nacional de Rosario y Coordinador de Relaciones Institucionales de la Cátedra Unesco para el Mejoramiento de la Calidad y la Equidad de la Ecuación en América latina con base en Lectura y Escritura.

Para reforzar los planteos, en esta reunión se incorporará a la cuestión del derecho a la autodeterminación lingüística el tema del "rescate de la memoria histórica". Según Hachén, hay "múltiples voces acalladas desde la conquista española de América y aún hoy se sigue marginando a los diferentes".

Recordó que en el último siglo hubo en territorio argentino dos masacres contra comunidades indígenas que hasta ahora no fueron reconocidas como tales.

En 1924, la gendarmería (policía de frontera) asesinó a cerca de 200 indígenas de la etnia toba en Napalpí, en la nororiental provincia de Chaco, que reclamaban un pago justo por la cosecha de algodón.

En 1947, fuerzas también de gendarmería masacraron a cerca de 600 integrantes de la comunidad pilagá, en la localidad de Rincón Bomba de la nororiental provincia de Formosa. En ambos casos, las comunidades reclaman sin éxito que esas matanzas sean consideradas como crímenes de lesa humanidad y por lo tanto imprescriptibles.

"Las torturas, las masacres, las fosas comunes, la apropiación de niños, todo lo que se conoce del genocidio de la última dictadura militar (1976-1983) ya había ocurrido antes contra las comunidades indígenas, pero las voces de éstas, que hablan otras lenguas, no son escuchadas", resaltó el profesor.

Hachén consideró que el Estado debería hacer cumplir las normas que reconocen el derecho a las comunidades indígenas a la tierra, a la educación y a la justicia, y a la cultura, y al mismo tiempo concientizar a la población de que "no basta con la tolerancia". "Hace falta inculcar el respeto hacia el que es diferente", remarcó.

"Todos respetamos el castellano, pero en muchas escuelas aún se prohíbe que los niños hablen lenguas indígenas porque se asocia esa práctica con algo negativo, lo cual genera una especie de vergüenza cultural que deriva en comunidades alienadas, marginadas", defendió. "Lo que se busca reivindicar con este tipo de encuentros no es la preservación de la lengua para un museo sino la superviviencia y desarrollo de las comunidades que hablan esas lenguas, sus modos de vida y de ver el mundo", añadió. *****

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