El borrador de un acuerdo para una liberalización más profunda del comercio de productos industriales tropezó en la OMC con fuertes objeciones de muchos países miembro, a diferencia de la recepción favorable que había merecido esta misma semana un documento similar sobre agricultura.
El texto presentado por el canadiense Don Stephenson, presidente del comité de negociación sobre acceso a mercados de productos no agrícolas (NAMA, por sus siglas en inglés), "adolece de defectos fundamentales", sostuvo el delegado sudafricano Faizel Ismail.
Esas imperfecciones del borrador tienen que ser corregidas para asegurar un resultado justo, equilibrado y orientado hacia el desarrollo de la Ronda de Doha, insistió Ismail, quien coordina al grupo de países denominado Nama 11.
Observó, además, que sus preocupaciones son compartidas por el Grupo Africano, los Países Menos Avanzados y el grupo ACP, que reúne a ex colonias europeas en África, el Caribe y la región del Pacífico.
Argentina, otro integrante del NAMA 11, opinó que el documento de Stephenson deja de lado las posiciones de muchos participantes. Por ese motivo, la propuesta no servirá de vehículo para facilitar las negociaciones en la etapa que se abre en septiembre próximo, advirtió Alberto Dumont, jefe de la misión de este país sudamericano.
[related_articles]
El veterano experto comercial Chakravarthi Raghavan, hoy editor emérito de Suns, una publicación cotidiana de la Red del Tercer Mundo, afirmó que nunca había presenciado una respuesta semejante en sus 29 años de seguimiento del GATT y de la OMC. La referencia fue ante la reacción negativa de gran parte de los países en desarrollo.
"Jamás tuve ocasión de ver que el texto de un presidente recibiera tal condena y repudio de un número de países en desarrollo que suman más de la mitad de los miembros de la OMC", dijo Raghavan a IPS.
La OMC (Organización Mundial del Comercio) que sucedió en 1995 al GATT (Acuerdo General de Aranceles Aduaneros y Comercio) en la administración del sistema multilateral, está enfrascada en un ciclo de negociaciones para profundizar la apertura comercial lanzada en noviembre de 2001 en la capital de Qatar.
En este proceso, la agricultura constituye el eje de la negociación. Una propuesta preliminar de acuerdo de modalidades para ese tema, presentada por el neocelandés Crawford Falconer, presidente del comité de la especialidad, obtuvo una aprobación tácita para avanzar en la negociación a partir del 3 de septiembre.
En cambio, Stephenson estimó que entre los miembros de la OMC existe ánimo de seguir negociando sobre NAMA, o productos industriales como también se conoce a ese rubro. Sin embargo, el diplomático canadiense reprochó a los países porque repiten sus argumentos. "Si no se mueven, no habrá acuerdos", les previno.
"De todos modos, luego de escuchar críticas severas, pero también aprobaciones a su texto, dan instrucciones contradictorias. He llegado en el camino hasta dar con una luz de tránsito amarilla, lo que significa que debo proseguir con precaución", admitió.
El presidente del comité de NAMA aludía a las advertencias de algunos países, como la declaración de Dumont, quien adelantó que las modalidades propuestas en el documento dañarían seriamente las posibilidades de crecimiento industrial de muchos países en desarrollo, entre ellos Argentina.
Las posiciones de Argentina, como también de Brasil y Sudáfrica, reflejaron la oposición a la rebaja marcada de los aranceles que protegen a los productos industriales, como propone el documento de Stephenson.
Empero, la Unión Europea y Estados Unidos interpretan que esas reducciones son insuficientes. Peter Allgeier, jefe de la misión estadounidense ante la OMC, dijo que el texto no contiene suficiente ambición de liberalización del sector.
En particular, Allgeier se refirió al caso de unos 30 países en desarrollo más avanzados, entre los que figuran los miembros de Nama 11, para quienes reclamó niveles de aranceles inferiores a los fijados por el documento de Stephenson.
Otro grupo de naciones, entre las que se encuentran varias de América Latina, como Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Perú y México, se declaran satisfechas con el documento.
Esas naciones latinoamericanas presentaron una propuesta, de punto medio como la definieron, pues consideraban que las posiciones extremas, tanto ofensivas como defensivas, "no nos llevarían a un acuerdo", dijo la delegación costarricense.
Allgeier observó "interesante" que la mayoría de los integrantes del llamado grupo de "punto medio" tienen acuerdos de libre comercio con otros países, o con Estados Unidos y la Unión Europea, o están a punto de concertarlos.
Creo que hay en ello una lección. Los países que ya han liberalizado sus mercados respecto de los grandes actores más competitivos en el mundo aún creen que es beneficioso avanzar más en la liberalización, dedujo el negociador estadounidense.
Pero Ismail recordó a los demás miembros de la OMC que el sistema comercial ha ignorado durante más de 50 años las necesidades de los países en desarrollo. Por esa razón, el mandato de Doha establece que los intereses de esas naciones deben ser atendidos esta vez.
"No podemos olvidar fácilmente la promesa de hacer del ciclo de Doha una ronda de desarrollo", insistió.