El programa de protección de la tortuga marina propia del Caribe sur y playas del noreste de Venezuela, comenzó a innovar con la búsqueda de “padres y madres adoptivos”, de modo simbólico, para cada uno de los ejemplares avistados y protegidos por el Centro de Investigación y Conservación de Tortugas Marinas (Cictmar). “La adopción simbólica de un animal o de su nido permite contribuir con el financiamiento anual para el cuidado de 120 nidos”, dijo a Tieramérica la directora del Cictmar, Hedelvy Guada.
El costo de la adopción de quelonios de la especie cardón (Dermochelys conacea) es de 30 dólares y la renovación de 25, si se trata de una adopción individual, y de 140 dólares si es colectiva. “Estimulamos esta modalidad para grupos de amigos, empresas o colegios”, dijo Guada.
Quien adopte una tortuga o un nido recibe un certificado, material informativo y afiches. Cictmar, además de proteger los nidos, marcar y estudiar las hembras, promueve la educación de los habitantes de la península de Paria, extremo noreste venezolano, para evitar la depredación de la especie.