El futuro no es promisorio para el presidente de Rumania, Traian Basescu, a pesar del apoyo que obtuvo en el referéndum por su destitución, que había sido resuelta por el parlamento.
El "no" obtuvo 78 por ciento de los votos en la consulta popular del sábado acerca de la decisión tomada por 322 de los 465 legisladores de suspender al jefe de Estado.
Basescu, elegido en 2004 por un periodo de cinco años, se vio envuelto en una grave disputa política con su ex aliado y hoy acérrimo enemigo, el primer ministro Calin Popescu-Tariceanu.
Diferencias ideológicas en la variopinta coalición integrada por el Partido Democrático, liderado por Basescu, el Partido Liberal que encabeza Tariceanu, el Partido Húngaro y una agrupación liberal más pequeña que se alzó con el poder en elecciones directas, quebró la amistad entre ambos políticos.
Mientras Basescu se considera el defensor de los intereses populares, Tariceanu se convirtió en un férreo partidario de la elite empresarial. Más temprano que tarde, el presidente terminó acusando al primer ministro de obstruir la lucha contra la corrupción enraizada.
El 1 de enero, Rumania se integró oficialmente a la Unión Europea (UE). Pero el bloque advirtió a este país que debía reformar su sistema de justicia y acabar con la corrupción.
En el periodo previo a la aceptación de la solicitud de ingreso de Rumania, el gobierno de Basescu se había esforzado por demostrar su determinación de implementar las reformas recomendadas por la UE.
Este año, las autoridades del bloque elogiaron especialmente a la ex ministra de Justicia, Monica Macovei, quien a pesar de no pertenecer al partido del presidente, tiene toda su confianza.
Pero en la reestructura que hizo el primer ministro el 1 de abril sacó a los ministros del Partido Democrático y a Macovei.
Pocos días después, la oposición en el parlamento, el Partido Social Demócrata, los liberales, los húngaros y los conservadores, se unieron para suspender al presidente.
Bucarest se vio inundada de manifestaciones de partidarios de Basescu de todo el país. Macovei participó en la manifestación más numerosa realizada el 22 de abril.
No hay duda de que el presidente es la figura política más popular del país. El apoyo de unos cinco millones de votantes le aseguró la victoria en la segunda ronda de los comicios presidenciales de 2004, su situación mejoró tras el referéndum del sábado, al sumársele otro millón de seguidores.
"Esta vez, el pueblo no sólo votó por Basescu sino también contra el parlamento, y apoyó la lucha contra la corrupción iniciada por Macovei", observó Maria, una profesora de 50 años que festejaba en la Plaza de la Universidad de Bucarest.
Los primeros resultados de las encuestas a boca de urna habían sido divulgados una hora antes.
La Constitución rumana prevé que la suspensión del presidente, decidida por el parlamento, debe ser convalidada por un referéndum nacional.
Era de prever que Basescu sobreviviera al intento de destitución del legislativo.
En su discurso de victoria en la sede del Partido Democrático, poco después del cierre de los centros de votación, el presidente asediado prometió seguir combatiendo la corrupción y llevar adelante otras reformas sugeridas por la UE.
Pero varios analistas especulan que, tras su contundente victoria, las cosas no marcharán sobre ruedas como le gustaría al mandatario.
La prensa internacional, incluidos el diario británico The Financial Times y el francés Le Monde, sostuvo que el resultado del sábado no terminará con la crisis política. Basescu tendrá que convivir en forma amigable con el primer ministro y los legisladores.
Además, la UE mantendrá a Rumania bajo la lupa. Por cierto, se suspendieron las elecciones del Parlamento Europeo, previstas para fines de este mes, por la crisis que afectó a Basescu.
No fue fácil para los partidarios de Basescu, que festejaron el sábado en la Plaza de la Universidad, la puja entre el presidente y el primer ministro por las elecciones europeas. (FIN/IPS/traen-vf-mj/cc/an-ld/eu ip/07)
