ESTADOS UNIDOS: Persistentes sospechas en el mundo islámico

Seis años y medio después de que el presidente George W. Bush lanzó su guerra mundial contra el terror, las sospechas sobre los motivos reales de Estados Unidos se mantienen constantes en el mundo islámico.

Un promedio de más de 75 por ciento de los entrevistados para una encuesta en cuatro países —Egipto, Marruecos y las dos naciones musulmanas más pobladas, Indonesia y Pakistán— consideraron que dividir y debilitar al mundo islámico era una meta clave de la política exterior estadounidense.

En el estudio, realizado por la Universidad de Maryland y WorldPublicOpinion.org y divulgado este martes, un promedio de dos de cada tres encuestados estableció que "ampliar las fronteras geográficas de Israel" era la tercera gran meta de Washington en Medio Oriente.

Y menos de uno de cada cuatro cree, como Bush declaró tras la invasión a Iraq en 2003, que Washington aspire a crear "un estado palestino independiente y económicamente viable".

Para 64 por ciento de los entrevistados en Indonesia, Pakistán y Marruecos, otra meta estadounidense era "promover el cristianismo" en Medio Oriente. Esa pregunta no se formuló en Egipto.

"Los políticos estadounidenses podrán enmarcar el conflicto como una guerra contra el terrorismo, pero en el mundo musulmán se percibe claramente como una guerra contra el Islam", dijo el editor de WorldPublicOpinion.org, Steven Kull, también director del Programa de Actitudes en Política Internacional (PIPA) de la Universidad de Maryland.

"Predomina la sensación de asedio", añadió Kull.

Las suspicacias son especialmente elevadas en Egipto, por lejos el mayor receptor de asistencia estadounidense en el mundo islámico desde la firma de los acuerdos de paz con Israel en Camp David en 1978.

Las sospechas sobre los motivos de Washington fueron, en general, menores, aunque 40 por ciento o más de los pakistaníes se rehusaron a contestar las más de 50 preguntas de la investigación, en parte porque los pobladores de áreas rurales decían tener pocos conocimientos para formarse una opinión.

El estudio, basado sobre al menos 1.000 entrevistas personales en cada uno de los cuatro países, detectó coincidencias con metas clave de la red terrorista Al Qaeda y otros grupos islamistas violentos.

Casi tres de cada cuatro encuestados dijeron coincidir con objetivos políticos —si no con los fines— de Al Qaeda como expulsar las bases militares y tropas de todos los países islámicos, dejar de favorecer a Israel en su conflicto con Palestina, "resistir a Estados Unidos y afirmar la dignidad del pueblo islámico" y "mantener los valores occidentales fuera de los países islámicos".

Pero el entusiasmo se reduce cuando se trata de las metas de carácter religioso de Al Qaeda, como la de aplicar la ley islámica (shariá) en el mundo islámico o la fundación de un estado único, o califato, que lo unifique.

De todos modos, estos objetivos tuvieron un fuerte apoyo, si bien no mayoritario, en particular en Marruecos.

Al mismo tiempo, entre 56 por ciento de los entrevistados en Pakistán y 82 por ciento en Egipto consideraron que la globalización económica y de las comunicaciones era positiva para sus respectivos países. Mayorías similares opinaban lo mismo sobre las formas democráticas de gobierno.

El estudio, realizado entre mediados de diciembre y mediados de febrero, es el último en una serie de encuestas según las cuales la imagen de Washington ha sufrido una caída sin precedentes en el mundo islámico, particularmente en los países árabes.

En un sondeo realizado a fines del año pasado en Arabia Saudita, Egipto, Jordania, Líbano y Marruecos y publicado en febrero por la empresa Zogby, 57 por ciento de los entrevistados se manfiestaron "muy desfavorables" a Estados Unidos y 21 por ciento, "algo desfavorables".

Esa misma encuesta indicaba que Bush era el más aborrecido de los líderes mundiales, incluso más que los jefes de gobierno de Israel que encabezaron cuatro encuestas consecutivas de Zogby desde 2002.

También fueron desfavorables, en la encuesta conocida este martes, la opinión acerca de Estados Unidos de entre 59 por ciento de los pakistaníes entrevistados y 93 por ciento de los egipcios.

Mayorías sustancialmente menores —de poco más de 50 por ciento— manifestaron posiciones desfavorables acerca del "pueblo estadounidense" en Egipto, Pakistán e Indonesia, proporción que se eleva a dos de cada tres entrevistados en el caso de Marruecos.

Los que consideraron que la principal meta de la política exterior estadounidenses era "alcanzar el dominio político y militar sobre los recursos de Medio Oriente" fueron 69 por ciento de los encuestados en Pakistán, 72 por ciento de los de Marruecos y 86 por ciento de los de Egipto.

Apenas un promedio de 13 por ciento de esos tres países consideraron que el objetivo era "protegerse a sí mismo de ataques terroristas".

Los resultados en Indonesia fueron menos negativos, pues 53 por ciento de los encuestados optaron por alguna de esas dos opciones.

Cuarenta por ciento de los entrevistados en Egipto y 27 por ciento de los de Pakistán y Marruecos dijeron tener una impresión "positiva" del líder de Al Qaeda, Osama bin Laden.

Pero en los cuatro países analizados, un promedio de 42 por ciento de los encuestados dijeron no tener elementos como para determinar la responsabilidad de los atentados que el 11 de septiembre de 2001 dejaron 3.000 muertos en Nueva York y Washington.

Apenas dos por ciento de los entrevistados pakistaníes consideraron que los atentados fueron cometidos por Al Qaeda, mientras 34 por ciento responsabilizaron a Estados Unidos o a Israel.

El estudio revela confusión sobre un grupo cuyos líderes "eran 'combatientes por la libertad' hace 20 años y ahora son terroristas", dijo Christine Fair, experta en asuntos de Asia meridional del estadounidense Instituto de Paz. "La gente no cree que Al Qaeda haya hecho eso."

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