FOTOGRAFÍA-CHILE: El alma de Afganistán

Una mujer afgana, envuelta en el tradicional atuendo islámico, aparece parada en la mitad de una escalera, con sus brazos cruzados y la cabeza levemente inclinada. Está sola, en el interior de una añosa y oscura construcción, iluminada sólo por el destello de un moderno flash.

Esta es una de las imágenes que integran "Kabul, saliendo de las sombras", la exposición montada por el chileno Tomás Munita, quien pasó 2005 retratando sus miserias y esperanzas en el convulsionado Afganistán, con fuerte presencia militar estadounidense y europea.

La muestra se exhibirá hasta el 15 de diciembre en el Museo Nacional de Bellas Artes, en el centro de Santiago, como parte de la segunda bienal "Foto América". Son 31 imágenes y 180 retratos tomados en formato digital.

Munita, de 31 años, trabajó el año pasado en Afganistán como corresponsal de la agencia de noticias estadounidense Associated Press (AP), luego de haber colaborado en varios periódicos chilenos y viajado por diversas partes del mundo, inmortalizando con su cámara a la "gente común", como señala.

En Afganistán fijó con su lente escenas cotidianas: niños felices, columpiándose en los juegos de una plaza de tierra, hombres relajados dentro de un baño público o una mezquita, las celebraciones del año nuevo persa, el tumulto de un mercado de aves.

Pero también se detuvo en la precaria situación de una familia que vive en medio de la chatarra, las ajadas manos de un hombre sujetando numerosas balas, un teatro en ruinas, un solitario niño vendiendo relojes.

"Durante la corresponsalía, además de hacer fotos de prensa, me dediqué a retratar la ciudad, en un periodo bastante crítico, donde aún quedaba algo de esperanza de salir de un ciclo de destrucción", contó Munita a IPS.

En 2004 fue elegido presidente de Afganistán Hamid Karzai, tres años después de que una fuerza militar occidental liderada por Estados Unidos derrocó al régimen del movimiento Talibán, acusado de proteger a Osama bin Laden, el líder de la red terrorista Al Qaeda y responsabilizado de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington.

Aunque su vida nunca corrió peligro, Munita recuerda varios momentos difíciles. "Participé en operaciones militares en todo el país, hubo muchas explosiones en la capital, viajes hacia zonas riesgosas, recibí golpes en protestas, donde había mucho tumulto, tensión, gritos, efervescencia de difícil control", relata.

No obstante, percibió "muchísima esperanza por parte de la gente de mejorar sus vidas, de reconstruir lo que habían perdido durante la guerra: los canales, las casas, los caminos, pero lamentablemente el país no está saliendo tan fácilmente de un pasado reciente de violencia", señala el artista chileno.

¿Qué impide la reconstrucción? Munita no quiere hablar de política, pero le es imposible abstraerse de la realidad. "Hay mucha corrupción, hay matanzas de civiles, hay mucho odio y armas en el país", repasa para luego cuestionar la fuerza desplegada por las tropas extranjeras y la poca claridad de rumbo político del gobierno de Karzai.

"Traté de retratar el espíritu de la gente, el ambiente de ese país que lucha por recuperarse, que está sumido en el pasado, en el olvido, donde se sufre mucho, hay mucha hambre y dolor, pero donde hay una energía vital difícil de encontrar en otros lados. Es gente maravilloso", sintetiza.

Una parte importante de "Kabul, saliendo de las sombras" son los 160 retratos de niños, niñas, jóvenes, adultos y ancianos afganos.

El fotógrafo chileno cuenta que lo curioso es que cada una de esas personas lo paró en la calle y le pidió ser retratado. Quizás por eso la mayoría ríe de buena gana: hombres con barba y turbante y niños despeinados y sucios.

"Es un juego. Los afganos son muy simpáticos y hospitalarios y la cámara es una excusa para interactuar con un extranjero, entablar un diálogo, reírse", recalca Munita, quien pretende volver a Asia en 2007.

La muestra, galardonada este año con el premio Leica "Oskar Barnack", ya ha sido exhibida en Polonia y Francia, y el año próximo será presentada en distintas galerías de Estados Unidos y volverá a Europa.

Munita también fue distinguido en dos categorías en la última edición del certamen internacional "World Press Photo", por un reportaje fotográfico sobre las consecuencias del terremoto de octubre de 2005 en la noroccidental provincia india de Cachemira.

Ese mismo año, el International Center of Photography of New York le entregó el reconocimiento "Fotógrafo Joven".

El ensayo de Munita es uno de los 210 trabajos que componen "Foto América", que se realiza en todas las regiones de Chile, incluyendo Isla de Pascua, desde el 8 de noviembre hasta el 17 de diciembre.

Se trata de una iniciativa privada, liderada por el fotógrafo chileno Roberto Edwards, e inspirada en otras bienales latinoamericanas como "Fotoseptiembre", de México, "Mira Foto", de Perú, y "Festival de la Luz", de Argentina.

Durante un mes, museos, galerías de arte y centros culturales públicos y privados de todo el país abren sus puertas a las imágenes.

Fiel a su nombre, el festival incluye trabajos de cinco países vecinos. Así, se destaca la muestra "Bolivia. Más allá del tiempo", donde participan 14 autores de la vecina nación, como Sandra Boulanger, Freddy Alborta y Cecilia Lampo, con fotografías desde principios del siglo XX hasta nuestros días.

Una de las actividades más populares de la bienal es "Foto Libre", una masiva exposición realizada en el concurrido Parque Forestal, en el centro de Santiago, y que este año se replicará en Valparaíso, quinta región, 120 kilómetros al sudoeste de la capital. La idea es que cada persona lleve las fotografías que archiva en su casa.

"Foto América es el evento de su tipo más grande Chile", precisó a IPS Verónica Besnier, una de sus coordinadoras, ya que este año esperan superar el millón de espectadores conseguido en 2004.

"De 160 muestras pasamos a 210 y aumentamos la presencia en regiones. Queremos que la mayor cantidad de público posible visite las exposiciones y ojala compren las obras" para que crezca el emergente mercado fotográfico chileno, explicó la gestora cultural.

Según Besnier, "Chile está lleno de fotógrafos y los trabajos han ido creciendo en calidad". No obstante, reclama mayor "audacia" e "innovación" por parte de los autores locales.

"La fotografía chilena sigue siendo muy clásica, mucho retrato, mucho paisaje, aunque cada vez se están atreviendo más a experimentar", concluyó.

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