El vídeo del año en Venezuela es una borrosa grabación hecha de modo furtivo en la que el ministro de Energía y cabeza de Pdvsa, Rafael Ramírez, afirma que esa firma petrolera estatal «es roja, rojita, de arriba abajo» y advierte que no cabe en ella quien se oponga al presidente Hugo Chávez.
Las imágenes incluyen a Ramírez hablando en un auditorio ante gerentes y cuadros técnicos de Pdvsa (Petróleos de Venezuela SA), a los cuales les arenga "a hacer todo lo que tengamos que hacer para apoyar a nuestro presidente, y el que no se sienta cómodo es necesario que le ceda su puesto a un bolivariano", término con el que se identifican los partidarios de Chávez. También el ministro informa del despido de un gerente que permitió que el candidato presidencial opositor, Manuel Rosales, hiciese un aterrizaje y recorrido en una instalación de Pdvsa.
"No nos tiembla el pulso, sacamos de esta empresa a 19.500 enemigos de este país y estamos dispuestos a seguirlo haciendo", añade del alto funcionario del gobierno de Chávez.
El mandatario se mantiene como favorito para lograr la reelección presidencial el 3 de diciembre, según todas las encuestas de opinión de voto en esta nueva convocatoria de los ciudadanos venezolanos a las urnas, pero su principal competidor, Rosales, parece descontar la ventaja.
Los despidos señalados por Ramírez corresponden a los concretados entre diciembre de 2002 y enero de 2003, cuando una huelga general de los sindicatos paralizó la industria petrolera en busca, sin éxito, de una consulta sobre la permanencia de Chávez en el gobierno.
Cuando el referendo al respecto finalmente se realizó, en agosto de 2004, Chávez se impuso con 59 por ciento de los votos.
"Estamos puestos aquí por el presidente Chávez, y a quien se olvide de que estamos en medio de una revolución se lo vamos a recordar a carajazos (golpes)", sentenció Ramírez.
El vídeo fue presentado en rueda de prensa por el abogado Gerardo Blyde, dirigente del partido opositor Primero Justicia, quien afirmó que Ramírez violó la Constitución y varias leyes, incluidos el derecho al trabajo y normas electorales.
La organización no gubernamental humanitaria Provea afirmó que las declaraciones de Ramírez "constituyen graves violaciones a los derechos humanos consagrados en la Constitución y en pactos internacionales ratificados por Venezuela".
Entre otros, el principio de no discriminación, la igualdad de las personas ante la ley, el deber del Estado de garantizar la igualdad en el ejercicio del derecho al trabajo, y la prohibición de discriminación por razones políticas.
"También deploramos declaraciones de funcionarios públicos de alto nivel avalando las afirmaciones de Ramírez, como ha sido el caso de la felicitación por parte del presidente de la República", dijo a IPS Marino Alvarado, coordinador general de Provea.
Chávez dijo que la difusión del vídeo es "un show de conspiradores que andan buscando un golpe de Estado", felicitó a Ramírez por su discurso y, en un acto público le pidió: "vaya y repítale 100 veces más a Pdvsa, todos los días, lo que ha dicho", tras lo cual recordó sus palabras de que "Pdvsa es revolucionaria, roja, rojita", color distintivo del chavismo.
Respecto del compromiso de brazos del Estado con su causa, Chávez preguntó a sus interlocutores de oposición "¿Qué dirían si me oyeran hablándole a los militares, qué dirían si oyeran a los comandantes hablándole a sus soldados?"
"Los militares están con esta revolución, y se los he dicho: el que no esté, mejor que se vaya de aquí. Los trabajadores de Pdvsa están en esta revolución, y el que no, mejor que se vaya a otro sitio", sentenció el mandatario.
Mientras el tema del vídeo ganaba espacio en los medios de comunicación, centenares de gerentes y trabajadores petroleros organizaron un mitin de respaldo a Chávez en una refinería del oriente del país, vestidos todos de rojo y bajo grandes cartelones con la inscripción "Pdvsa es roja, rojita".
En el mitin, el gobernante felicitó nuevamente a Ramírez y saludó que sus seguidores en la industria decidiesen crear un "frente de trabajadores petroleros con Chávez", al que pidió trabajar junto a los partidos que le apoyan y la Fuerza Armada "que es cada día más roja, rojita, bolivariana y revolucionaria".
De nuevo advirtió contra un posible "plan B" de la oposición, la cual conspiraría con Washington para desconocer el resultado de las próximas elecciones, y aseguró, que en tal caso, "ni una gota de petróleo" venezolano será despachada a Estados Unidos.
Venezuela es uno de los mayores proveedores a Estados Unidos de crudo, a su vez la principal fuente de ingresos del Estado venezolano, por la exportación de 1,5 millones de barriles diarios.
La insistencia del mandatario en el compromiso de la Fuerza Armada con su causa siguió a declaraciones suyas según las cuales hace poco un líder opositor regresó de Estados Unidos y se reunió subrepticiamente con un alto oficial en las llanuras del interior. "Espero que el oficial informe la novedad, aún no lo ha hecho", acotó.
En cambio, Rosales, quien ha encabezado nutridas marchas opositoras en grandes ciudades, como el caso del sábado cuando cruzó Caracas al frente de unos 200.000 seguidores, ha pedido formalmente reunirse con el alto mando militar "para preparar la transición".
"Tenemos que irnos preparando para la transición, el cambio de gobierno que viene en estos días", dijo Rosales en la víspera en un mitin en la centrooccidental ciudad de Barquisimeto, tras reiterar que si triunfa respetará la independencia y los criterios de los servidores públicos, tanto civiles como militares.
"Yo no voy a obligar a los empleados a vestirse de rojo, que se vistan del color que quieran", dijo Rosales, y en cuanto a la Fuerza Armada, "¡¿cómo va a decir el señor (no nombra a Chávez) que son rojitas, si son de toda Venezuela?!"
Todavía es temprano para calibrar el impacto del vídeo en la recta final de la campaña electoral venezolana, hasta ahora con menos entusiasmo que similares instancias anteriores cuando apenas restaba un mes para los comicios.
Sin embargo, ha servido para mostrar que la polarización política que mantuvo al país en vilo entre 2002 y 2004 goza de buena salud, como admitió Mario Silva, conductor de un programa de radicales seguidores de Chávez en la televisión estatal, para quien "no hay términos medios en esta elección, se está con el imperio o con la revolución. No existen los ni-ni".
Esa expresión, que alude a quienes no respaldan ni a Chávez ni a sus opositores, también fue usada por Ramírez en su polémico discurso cuando afirmó que "a mí me indigna cuando nos encontramos que haya gente ni-ni, gente light" en Pdvsa.
En la otra acera, Rosales y otros dirigentes y columnistas de oposición también insisten en que el 3 de diciembre no se elegirá sólo entre dos aspirantes a la presidencia, sino entre dos modelos de país, entre autoritarismo y democracia, según ellos.
Para Luis León, director de la encuestadora Datanálisis, los ni-ni, indecisos o "electores blandos" son la mitad del electorado aproximadamente, y con el endurecimiento del debate se corre un riesgo, pues "toda campaña en definitiva es de electores duros convenciendo a los indecisos, que más de una vez han dado sorpresas".
Un lógico "ni-ni" por llegar del exterior, el irreverente cantautor argentino Fito Páez, quien ofreció un concierto en Caracas, no pudo empero escapar a la polémica que arropaba a la opinión pública sobre el vídeo, previa advertencia de que no sería "portavoz de nadie". "Odio cuando vienen a mi barrio a opinar sobre lo que pasa", aclaró antes de responder.
"No se le puede decir a nadie cómo vivir, me parece que es retrógrado. No se puede expresar el mundo en bipolar, o sea, éste o el otro, la derecha o la izquierda. Se debe aceptar que hay quien piensa diferente a nosotros y hay que convivir con él", dijo Páez. (FIN/IPS/hm/dm/ip cr/ve sl la/06)