AMBIENTE-CHINA: Yo produzco, tú compras, nosotros contaminamos

Para defenderse de las críticas ambientalistas, China advirtió que en los últimos 20 años exportó gran cantidad de bienes a todo el mundo mientras se guardaba los residuos y la degradación para sí.

Éste es el país "donde más recursos se consumen y donde más se contamina, así como la principal víctima del actual marco económico y comercial" mundial, según el gubernamental Consejo Chino de Cooperación Internacional sobre Ambiente y Desarrollo.

Todas las partes de la cadena, incluidos fabricantes, comerciantes y consumidores, deberían compartir la responsabilidad por la degradación económica, según un informe del Consejo titulado "Revisión y perspectivas del ambiente y el desarrollo de China".

Los autores del estudio consideraron injustas las acusaciones de organizaciones ambientalistas según las cuales el proceso de destrucción que sufren las selvas tropicales del sudeste asiático se debe a la demanda importadora china.

Según el informe del Consejo, 70 por ciento de la madera convertida en muebles en las fábricas de este país termina en escaparates y hogares de Estados Unidos y la Unión Europea.
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"Importamos la materia prima, producimos, enviamos los productos al extranjero y nos guardamos los residuos y la contaminación para nosotros", dijo al presentar el informe uno de sus autores, el experto Shen Guofang.

Shen advirtió que el ambiente chino empeorará porque muchas industrias contaminantes, como las del hierro, el acero, el cemento y la construcción, se trasladan de los países industriales a China.

"La mudanza de las industrias es, también, la mudanza de los contaminantes mundiales", afirmó el experto. Los países ricos "tienen cada vez menos presión ambiental, y China, cada vez más", aseguró.

Las importaciones de residuos utilizados como materia prima, entre ellos chatarra y papel para reciclamiento, se multiplicaron por siete en ocho años, de 4,58 millones de toneladas en 1996 a 33 millones en 2004.

Los problemas ambientales de China y su impacto mundial son hoy motivo de atención de la prensa internacional.

La dinámica locomotora económica del gigante asiático tiene un elevado costo contaminante: se ha convertido en el segundo emisor detrás de Estados Unidos de dióxido de carbono, al que se atribuye el recalentamiento del planeta, y el primero de dióxido de azufre, causante de lluvia ácida.

Pero los científicos chinos consideran que estas emisiones no son sorprendentes, dado el acelerado crecimiento económico nacional y su dependencia del consumo de carbón, que cubre 70 por ciento de su provisión de energía.

El último Informe sobre Desarrollo Humano de la ONU advierte que la situación del agua empeora en China, así como su deposición de residuos con metales pesados.

Más de 300 millones de personas, casi un cuarto de la población, carecen de acceso a agua potable y más de la mitad de las fuentes están afectadas por la contaminación.

"Mientras las necesidades de los consumidores y la producción agrícola e industrial entren en contradicción en una economía en auge, puede esperarse que estos problemas empeoren", dijo la semana pasada la representante en China del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Alessandra Tisot.

La contaminación del agua es considerada uno de los mayores desafíos ambientales de China. Las propias autoridades de este país creen que las empresas internacionales radicadas en su territorio figuran entre los peores violadores de las leyes ambientales nacionales.

Más de 30 corporaciones multinacionales con operaciones en China violaron las normas de control de la contaminación del agua, asegura una investigación basada sobre registros oficiales y realizada por el no gubernamental Instituto de Asuntos Públicos y Ambientales.

Según ese informe, organismos gubernamentales, tanto locales como de nivel local, denunciaron por contaminación del agua a 34 firmas transnacionales, entre ellas Pepsi Co. Inc, Panasonic Battery Co. y Foster's Group Ltd.

Los violadores extranjeros de las normas ambientales son una pequeña fracción de los 2.700 detectados, pero el fundador y director del Instituto, Ma Jung, recordó que casi todas esas corporaciones son conocidas por sus declaraciones públicas en favor de la protección ambiental.

"Una corporación internacional no puede promocionarse como si fuera una empresa responsable cuando no controla sus emisiones", sostuvo.

El informe del Instituto fue divulgado por la agencia estatal de noticias Xinhua y otros medios nacionales. La agencia acusó a los gobiernos locales de no controlar a las corporaciones.

Beijing trata de dominar el desenfrenado crecimiento económico para reducir el consumo de energía y la emisión de contaminantes, pero muchos gobiernos locales establecieron una meta de de aumento del producto de dos dígitos, mucho mayor del proyectado por las autoridades centrales, de 7,5 por ciento anual para el próximo lustro.

Pero la búsqueda lisa y llana del crecimiento económico tiene un costo interno. Buena parte de las protestas sociales de los últimos años en China se relacionan con las condiciones de salubridad del agua y con la contaminación.

"El paraíso que parece ser China para las compañías extranjeras no puede ser eterno", dijo Ma Jung. "Estamos tirando la contaminación en nuestro propio patio trasero y la población sufre."

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