TAILANDIA: No apto para el Consejo de DDHH

Tailandia quedó fuera del flamante órgano de las Naciones Unidas encargado de velar por el respeto de los derechos humanos en el mundo, a pesar de su papel histórico en la materia.

Los 191 Estados miembros de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) eligieron el martes a los 47 países que integrarán el Consejo de Derechos Humanos, y prefirieron a Filipinas, Indonesia y Malasia para representar a Asia sudoriental.

La designación fue por voto secreto, y los países en pugna por un lugar en el nuevo Consejo necesitaban al menos 96 votos.

Este resultado es el último golpe asestado a este país que durante años fue elogiado por velar los derechos humanos en la región.

Pero los activistas no se sorprendieron con la noticia.
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"No estoy sorprendido. Tenemos el récord de abusos en los últimos años", dijo a IPS Vasant Panich, miembro de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, el principal organismo en la materia en este país.

Las crecientes violaciones de derechos humanos en Tailandia tienen que ver con el aumento de la insurgencia en el sur, el restringido espacio para la prensa independiente, el sostenido apoyo de Bangkok al régimen militar represivo de la vecina Birmania y la abierta hostilidad demostrada por el gobierno a la ONU ante sus cuestionamientos.

Los activistas acusan de todo esto al gobierno del primer ministro Thaksin Shinawatra quien dirige el país desde enero de 2001.

El mensaje enviado por la ONU esta semana no será fácil de digerir para Bangkok, pero por otra razón. Tailandia designó a Surakiart Sathirathai, ex canciller y viceprimer ministro del actual gobierno interino, como candidato a suceder al actual secretario general de la ONU, Kofi Annan.

De hecho, Surakiart lleva adelante una abierta campaña para el cargo que quedará vacante este año y ha asegurado a los tailandeses que los 10 países miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean), de la cual forman parte Filipinas, Indonesia, Malasia y Tailandia, apoyan su candidatura. La prensa local informó que la candidatura contaba con el respaldo de más de 100 países, incluyendo a China.

"Es claro que la comunidad internacional no piensa igual que Tailandia. Este voto es un mensaje para que Surakiart no crea que las cosas son tan fáciles", dijo en una entrevista un ex diplomático tailandés asignado a una capital occidental que no quiso dar su nombre.

"Su comportamiento y el del gobierno no pueden disociarse. Él estuvo involucrado en el diseño de la actual política exterior de Tailandia", añadió.

Este fracaso es un "llamado de atención. Esto debe hacernos pensar en quiénes somos y en qué lugar ocupamos en el mundo", agregó.

Esta perspectiva debe tener eco en los responsables de la política exterior del país, pues Bangkok parecía optimista en los días previos a la votación de la Asamblea General.

El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Kitti Wasinondh, había declarado que la situación de los derechos humanos en Tailandia no debía ser un obstáculo y que sus buenas relaciones con los organismos de derechos humanos contribuirían a su designación, según el periódico en inglés The Bangkok Post el 3 de mayo.

El Consejo de Derechos Humanos de la ONU tendrá sede en Ginebra y reemplazará a la anterior Comisión de Derechos Humanos, constituida por 53 países y concebida desde los inicios del foro mundial pero cuya credibilidad había decaído debido al mayor peso que fueron obteniendo países con dudosa reputación en materia humanitaria.

La situación de los derechos humanos deberá mejorar en los países miembros, ya que serán objeto de investigaciones mientras formen parte del Consejo. La integración es rotativa y cada país estará durante un plazo limitado de entre uno y tres años, no pudiendo ser reelecto por dos periodos consecutivos.

De los 18 aspirantes de Asia, los 13 países que obtuvieron un lugar son Arabia Saudita, Bahrein, Bangladesh, China, Corea del Sur, India, Japón, Jordania, Pakistán y Sri Lanka, además de los tres de la Asean. Quedaron fuera Kirguizstán, Irán, Iraq, Líbano y Tailandia.

La lista de los integrantes no impresiona a los grupos defensores de derechos humanos de la región, debido a la opresiva trayectoria de países como Arabia Saudita y China. Y aunque los designados de Asia sudoriental no se puedan señalar como notorios infractores, la presencia de Malasia en ese grupo no es muy bien vista.

"No creo que la situación de los derechos humanos vaya a mejorar en la región" de Asia sudoriental, dijo a IPS Anselmo Lee, director ejecutivo del Foro de Asia, un grupo de presión regional con sede en Bangkok.

"Malasia cumplió un papel negativo en la anterior Comisión de Derechos Humanos. Siempre se dice que la norma en Asia está por debajo de la internacional", añadió..

"Integrar (este nuevo) Consejo significa que se deben cumplir las obligaciones internacionales y asegurar que se promoverán y protegerán los derechos humanos dentro y fuera del país. Indonesia está igual de mal", agregó.

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