SIDA-KENIA: Cómo sobrevivir a una violación sin contraer el VIH

Para las mujeres que han soportado una violación la recuperación es difícil y agotadora. Todo empeora si además no pueden acceder a un tratamiento para impedir la infección del virus causante del sida. En Kenia, a pesar de todas sus carencias, se está lidiando con el problema.

El tratamiento conocido como profilaxis postexposición (PPE) para evitar el contagio del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) causante del sida, sólo está disponible en siete de los 73 hospitales públicos distritales y en uno de los ocho hospitales provinciales de Kenia.

La PPE reduce la posibilidad de contraer el VIH cuando una mujer es violada por un portador, si la medicación se administra dentro de las 72 horas siguientes al ataque. El tratamiento dura 28 días e incluye dos antirretrovirales, zidovudina y lamivudina.

Las estadísticas oficiales divulgadas a principios de mayo indican que en 2005 hubo 2.867 violaciones reportadas mientras en 2004 fueron 2.908, y en 2003, 2.308. El gobierno informó que la prevalencia del VIH en este país de África oriental es de 6,7 por ciento. Es decir que unos dos millones, de los 30 millones de habitantes, están infectados con el virus del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).

"Es necesario incrementar el acceso y la disponibilidad de la PPE en todos los centros de salud públicos", dijo a IPS el subdirector del Departamento del Salud Reproductiva del Ministerio de Salud, Solomon Marsden.
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Las mujeres pobres de las áreas urbanas y las zonas rurales pueden tener dificultades para acceder a una PPE.

"Una víctima de una violación en el interior (del país debe) caminar o tomar un 'matatu' (minibús) hasta el centro de atención más cercano que puede estar a unos 50 kilómetros", indicó Hardley Muchela, del programa de atención a las violaciones de la no gubernamental Liverpool VCT & Care Kenya (LVCT), que ayuda al suministro de PPE.

LVCT está asociada con la británica Escuela de Medicina Tropical de Liverpool. La sigla VCT procede de "voluntary counseling and testing for HIV" (orientación y examen de VIH voluntarios).

"A menudo (la mujer violada) se encuentra ante la disyuntiva de gastar un poco menos de un dólar en el matatu o comprar comida, debido a la gran pobreza que vive el país", señaló Muchela.

De acuerdo a cifras oficiales, 56 por ciento de los keniatas vive con menos de un dólar por día.

Estas dificultades también han dado pie a reclamos de que los dispensarios ofrezcan la PPE, lo que facilita su adquisición para la población de las zonas alejadas.

Sin embargo, Muchela advirtió que ampliar la asistencia para las víctimas de violaciones, que también implica orientación, requiere más que el aumento de la disponibilidad de medicamentos.

"Nuestros hospitales (públicos) tienen poco personal. Si se suma la asistencia integral post violación le estaríamos agregando más trabajo. Es absolutamente necesario aumentar los recursos humanos hospitalarios", añadió.

Un estudio reciente del LVCT muestra que muchos hospitales públicos carecen de personal capacitado para dispensar los antirretrovirales y proveer de orientación a las víctimas de una violación y a los enfermos de VIH/sida. La contratación de más funcionarios anunciada por el gobierno podría contribuir a mejorar la situación.

A pesar que la PPE puede conseguirse en clínicas privadas, su costo lo hace inaccesible para la mayoría. En un modesto hospital privado asciende a unos 23 dólares, mientras que el del examen de VIH cuesta 24 dólares, según informó Muchela. Pero como el análisis debe repetirse a los 15 días, el costo total se eleva a unos 46 dólares, sin contar la consulta, que en promedio puede salir unos 14 dólares en Nairobi.

En los hospitales públicos no se cobra la PPE ni el examen de VIH.

El Hospital para la Mujer de Nairobi es una excepción pues a pesar de ser privado, ofrece la PPE gratis y brinda orientación a las víctimas de agresión sexual. Este centro de salud también ha elaborado pautas obre cómo dispensar este tratamiento en los centros de salud públicos.

Además de las preocupaciones por la falta de PPE, se teme que los casos de violación denunciados en Kenia constituyan sólo 30 por ciento del total, según LVCT.

En un intento por hacer frente a la enorme cantidad de problemas que dispara una agresión sexual, el gobierno elaboró pautas sobre cómo tratar a las víctimas de una violación.

En la "Guía Nacional: Gestión Médica de Violencia Sexual y Violación" publicada en 2004, también se señala la importancia de tomar anticonceptivos de emergencia para prevenir un embarazo en caso de sufrir una agresión de este tipo.

Los anticonceptivos, que se deben tomar dentro de las 72 horas posteriores a la violación, se pueden conseguir fácilmente en los hospitales públicos, según Marsden.

"La anticoncepción de emergencia es nuestra área y disponemos de este tipo de medicamentos en nuestros hospitales", señaló.

Un proyecto de ley sobre delitos sexuales que endurece las penas por violación y deshonra fue presentado en el parlamento el mes pasado. La iniciativa establece una pena mínima de 10 años de prisión y una máxima de cadena perpetua.

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