AMÉRICA LATINA: Relaciones lesionadas

La decisión de Perú de presentar en la OEA una queja contra el gobierno venezolano de Hugo Chávez, por la alegada intromisión en la campaña para las elecciones presidenciales, visibilizó una de las fisuras que estremecen alianzas y vecindades en América Latina.

A las acusaciones contra Chávez, que también salen de México y de América Central, se suman otros desencuentros regionales por causas diversas y de parte de gobiernos que hasta ahora expresaron su fe integradora.

Entre los problemas más notorios en los últimos días se cuentan la molestia de Brasilia con la nacionalización del petróleo y el gas en Bolivia, que afecta al grupo estatal Petrobras, las críticas de Uruguay por el estancamiento del Mercado Común del Sur (Mercosur) y el conflicto que lo enfrenta con Argentina por la instalación de dos fábricas de celulosa en la costa de un río limítrofe.

El presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, de visita en Estados Unidos, ha repetido que "el Mercosur como está, no sirve", pues entiende que su país y Paraguay son dejados siempre de lado en las grandes decisiones por Argentina y Brasil, todos miembros plenos del bloque, estatus al que Venezuela también está en proceso de acceder.

La decisión de La Paz ya motivó la urgente convocatoria para este jueves de una reunión en la nororiental localidad argentina de Puerto Iguazú entre los presidentes Néstor Kirchner, de Argentina, Evo Morales, de Bolivia, Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, y el propio Chávez, en la que también se abordará la interconexión gasífera.

El conflicto entre Caracas y Lima, que pasó a la OEA (Organización de Estados Americanos), se desató tras las acusaciones de aspirantes a la presidencia peruana de que Chávez había respaldado con dinero la candidatura del nacionalista Ollanta Humala, el coronel retirado del ejército que fue el más favorecido en la primera vuelta del 9 de abril con 30,6 por ciento de los votos válidos.

Humala recibió el apoyo público de Chávez y también de Morales, en un acto en enero en el que el gobierno venezolano donó al de Bolivia 30 millones de dólares.

Chávez, por la forma en que sorprende a las audiencias con anuncios de donaciones, contribuciones y acuerdos de cooperación con otras comunidades o países, da muchas veces la impresión de que improvisa apoyos millonarios utilizando las arcas públicas.

Pero Humala negó siempre las acusaciones de este tipo de apoyo monetario lanzadas por sus competidores de la primera ronda, la socialcristiana Lourdes Flores y el socialdemócrata Alan García.

Finalmente será García quien disputará la segunda vuelta presidencial con Humala, tras conseguir al cierre del escrutinio 24,3 por ciento de votos.

También el presidente de Nicaragua, Roberto Bolaños, advirtió contra la posibilidad de que el gobierno de Venezuela financie campañas en su país para las elecciones de noviembre. La mira está puesta en Daniel Ortega, el candidato del izquierdista Frente Sandinista de Liberación Nacional que participó en abril en el programa de radio y TV de Chávez, Aló Presidente.

Venezuela, además, ha acordado la entrega de petróleo en condiciones de cooperación con asociaciones de alcaldes de El Salvador seguidores del opositor e izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, al igual que con los sandinistas en Nicaragua, a diferencia de lo pactado en el Caribe insular donde lo hizo directamente con los gobiernos nacionales.

En México, el mandatario venezolano se convirtió también en pieza de confrontación electoral. El candidato a la presidencia para las elecciones de julio por el gobernante Partido Acción Nacional, Felipe Calderón, conservador, acusa a su competidor de centroizquierda, Andrés Manuel López Obrador, de querer seguir los pasos de Chávez.

Calderón dice en su propaganda que López Obrador implantará un régimen que conculcará las libertades, igual que en Venezuela.

"Acusan a López Obrador —y él lo ha negado— de recibir dinero de Venezuela. Es porque corre la fama de que el coronel Chávez financia con mano generosa a todos los candidatos que en el continente se ponen la camiseta de la izquierda", señaló la semana pasada el escritor Sergio Ramírez, ex vicepresidente de Nicaragua.

Durante el proceso que culminó en la elección de Morales en Bolivia, los medios de comunicación del Estado venezolano no ocultaron su inclinación por esa candidatura de izquierda.

"Es absolutamente inédito en América Latina que un gobierno se involucre abiertamente en procesos electorales de otro país", comentó el politólogo venezolano Héctor Faúndez.

En ese marco, se produjo la fisura en la Comunidad Andina de Naciones (CAN), conformada por Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, luego de que a comienzos de año Bogotá y Lima firmaron tratados de libre comercio con Washington.

Chávez anunció "la muerte" de la CAN, y el retiro de su país, con el argumento de que los tratados bilaterales con Estados Unidos vulneran el bloque.

Ante esta decisión, Alan García clavó entonces una nueva lanza: calificó a Chávez de "loco", "caradura" y "sinvergüenza", pues "pide a los peruanos y colombianos que no comercien con Estados Unidos, pero él le vende desde hace años 80 por ciento de su petróleo".

"Si Chávez nos quiere dar lecciones, que sea consecuente e interrumpa su venta de petróleo a Estados Unidos", clamó el candidato presidencial peruano, y reiteró que el venezolano "es una persona de escasos recursos políticos, que se sacó la lotería del petróleo".

El presidente venezolano, en consonancia con su advertencia de que hará frente a cada ataque, replicó llamando a García "corrupto", tahúr", "ladrón de cuatro esquinas", y afirmó que, "si por obra del diablo" éste es elegido, inmediatamente retirará al embajador de Caracas en Lima, pues no podría sostener relaciones con ese eventual gobierno.

García ocupó la presidencia de Perú entre 1985 y 1990 y su gestión fue duramente cuestionada por la hiperinflación, el desempleo y la extrema pobreza, además de múltiples denuncias de corrupción.

El gobierno de Perú protestó lo que consideró injerencia inaceptable, tras escuchar que, en medio de sus críticas, Chávez dijo que García y el actual presidente, Alejandro Toledo, "son caimanes del mismo pozo". Lima ordenó entonces el retiro de su embajador en Caracas.

Toledo advirtió que también puede expulsar al embajador venezolano en su país y además ordenó presentar el caso ante la OEA, después que el ministro venezolano de Información, Willian Lara, sostuvo que el mandatario peruano "no es más que el office-boy (mandadero) de George W. Bush (presidente de Estados Unidos)".

Según Lara, Toledo "es el presidente más impopular del mundo, y ahora pretende agredir al presidente venezolano, para tener algún tipo de eco en la Casa Blanca, quizá buscando un 'empleíto’ después que salga de la presidencia" el próximo julio.

"No hemos llegado a la ruptura porque aprecio al pueblo venezolano, pero Perú no puede tener un embajador democrático en Venezuela mientras usted, señor Chávez, insulta y se entromete en los asuntos internos de Perú", respondió Lima.

El embajador de Venezuela ante la OEA, Jorge Valero, aseguró que la hipótesis de una condena a Caracas en ese foro "está totalmente descartada, porque la mayoría de los países del hemisferio no se prestarían a esa postura".

El flamante candidato a la presidencia de Venezuela para las elecciones de diciembre, el centroizquierdista Teodoro Petkoff, criticó duramente a Chávez, quien también aspira a un nuevo sexenio.

"¿Qué varilla (asunto) es ésa, de irrespetar a todo un pueblo, chantajeándolo con cortar relaciones si ese pueblo no vota por el candidato que le gusta a Chávez, para el caso Humala? ¿Es que se cree el gran elector de América Latina, el hombre que decide cómo deben votar los pueblos?", interrogó el martes Petkoff.

En el caso de la CAN, "si los tratados de libre comercio firmados por Perú y Colombia con Estados Unidos introdujeron ruidos, para reparar un daño en uno de los cuartos de la casa no es necesario tumbarla, como hizo Chávez", comentó Petkoff.

El secretario general de la OEA, chileno José Miguel Insulza, expresó "seria preocupación" por el aumento de la tensión en las relaciones entre varios países miembros del foro continental, sin mencionar a los protagonistas.

Según el diario argentino La Nación, la semana pasada los presidentes de Argentina y Brasil reclamaron en la cumbre de Sao Paulo a Chávez por su apoyo a una suerte de "rebelión" de Paraguay y Uruguay en el Mercosur, con apoyo de Bolivia.

La referencia fue a la reunión de mediados de abril en Paraguay entre Vázquez, Morales, Chávez y el presidente anfitrión, Nicanor Duarte Frutos, en busca de un acuerdo energético.

Sobre ese marco se recostó el anuncio boliviano de nacionalizar su industria de hidrocarburos, justo después de una reunión en Cuba de Morales, Chávez y Fidel Castro.

También la reiteración de Vázquez de que su país no quiere un Mercosur que no considere adecuadamente las asimetrías entre sus integrantes o que sea "un club con unos socios de primera y otros de segunda clase", suma piedras que se acumulan en el desencuentro regional.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe