TELEVISIÓN-CUBA: Telenovela desata polémica social

Una telenovela cubana con aspiraciones de reflexión sobre comportamientos sexuales y el sida provoca una inusual controversia pública en Cuba, un país acostumbrado a que el gobierno regule el debate social.

Amanda, adolescente desinformada, sexualmente precoz y estrictamente controlada por sus padres, contrae el virus de inmunodeficiencia humana (VIH, causante del sida). Es la protagonista de una de varias historias que va desgranando el programa. Pero su situación provocó el rechazo de no pocos televidentes hacia la serie que se transmite en horario estelar.

Pero, más que el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) en sí, a Josefa Rodríguez le disgusta que la televisión muestre a personas que son "casi niños y niñas acostándose juntos". Parece "una invitación" a las relaciones sexuales en la adolescencia, afirmó a IPS esta habanera de 47 años que trabaja como técnica en una planta telefónica.

Rodríguez no se preocupa por las escenas de violencia que su hijo de 11 años ve a diario en las películas que la familia renta en un banco privado de vídeos, pero está alarmada porque la segunda parte de la telenovela anuncia la historia de una relación bisexual.

"La cara oculta de la luna", el título de la telenovela que apenas comienza y debe mantenerse en pantalla por varios meses, es evaluada por el público por su implicación social en detrimento de sus valores artísticos.

Para la actriz Lourdes Suárez, directora del Proyecto Espejos, que realiza espectáculos para promover la prevención del sida y la aceptación social de las personas que viven con VIH, "la telenovela funciona" y "los jóvenes se ven reflejados". La obra "no los incita a conductas inapropiadas, más bien es una alerta sobre el virus", dijo a IPS.

La serie apenas concluyó la primera de cinco historias sobre problemas que aquejan a la sociedad cubana, con el sida como telón de fondo. En respuesta a las inquietudes de la población, la dirección de la televisión cubana decidió aplazar en una hora la transmisión nocturna del espacio.

Los medios de comunicación nacionales, controlados por el Estado, reproducen las opiniones adversas de la población hacia el espacio televisivo y, al mismo tiempo, toman partido a favor de la función "social" que deben cumplir estos medios en este país isleño.

El diario Juventud Rebelde, segundo en importancia en el país, reconoció "interesante" que "el área de debate se expande y abarca todos los sectores de la sociedad" y abogó "por la pluralidad de criterios", reproduciendo opiniones críticas de funcionarios de un gobierno local del interior del país.

Los funcionarios consultados lamentaron "programas de estas características" que distan de los habituales que transmite la televisión nacional con "un mensaje político y educativo acorde con nuestros principios revolucionarios".

"La gente posee una capacidad de autocensura increíble", afirmó a IPS el historiador Abel Sierra, autor de la investigación "Del otro lado del espejo. La sexualidad en la construcción de la nación cubana", merecedora del premio Casa de las Américas de este año en la modalidad de ensayo histórico-social.

La población cubana "no quiere discutir abiertamente" asuntos como los que se abordan en la telenovela y, si además se exponen sin adornos, "les causa esa reacción" de rechazo. Sin embargo, "las historias son más descarnadas en la realidad" porque, según demuestran los estudios, "los jóvenes son cada vez más precoces sexualmente", afirmó Sierra.

En ese contexto resulta relevante la caja de resonancia creada por los medios de comunicación oficiales, en virtud de la insuficiente "cultura del debate" que atribuyen a la isla incluso algunos teóricos cubanos afines a la ideología socialista.

Para el historiador Pedro Pablo Rodríguez, esa percepción responde a que por lo general "se piensa en los medios de difusión masiva" del país y a la ausencia en el debate público de ciertos temas, pese a que resultan imprescindibles "para que una sociedad se reconozca" y pueda comprender "cuáles son sus problemas".

La opinión de Rodríguez fue publicada en 2005 en la revista "Temas", una publicación cubana de cultura, ideología y sociedad que promueve la realización de debates entre especialistas, académicos, intelectuales y el público asiduo a los encuentros que se convocan el último jueves de cada mes.

En la misma edición, la socióloga Mayra Espina planteó que "no hay suficiente espacio" para la discusión, "porque el diseño político" de la isla "es excesivamente autoritario", por lo que la controversia "se deja para asuntos menores".

Cuba exhibe la tasa más baja de incidencia del VIH en América Latina, con 0,07 por ciento en la población entre 15 y 24 años, pero la enfermedad no puede considerarse "un problema menor". Fuentes especializadas aseguran que el promedio de edad de las personas infectadas ronda los 24 años y que han aumentado los casos entre bisexuales y mujeres.

De acuerdo con Magda González, funcionaria de la televisión cubana, la decisión de producir "La cara oculta de la luna" tomó en cuenta el desarrollo de la epidemia en el país. "El sida sigue propagándose, y conductas negativas, como la promiscuidad y la asunción de la sexualidad de manera irresponsable, proliferan en nuestra población", afirmó.

Sierra valora la promoción del debate por los medios pues "de esos temas no se hablaba así en mucho tiempo". No obstante, estima necesario "evitar la tendencia a lo epidérmico e involucrar a especialistas y estudiosos que proyecten criterios más profundos y profesionales" para el bien de población joven y adulta.

Desde la perspectiva de la actriz Suárez "el tratamiento del tema sida-juventud es válido en la telenovela", aunque prefiere los mensajes artísticos implícitos. "He tenido puestas en barrios marginales de La Habana, donde el público me ha creído seropositiva, y entonces la interacción de inquietudes y preguntas ha sido mayor", relata.

Al parecer, la telenovela atrae al público joven, y en algunos institutos preuniversitarios internos su exhibición se incluyó entre las actividades obligatorias antes de dormir. Ahora, la decisión de las autoridades educativas de esos centros se verá limitada por el cambio de la transmisión a un horario más tardío.

En el resto de la población, la segunda historia que anuncia la relación entre un hombre casado y un gay empieza a causar nuevas controversias y expectativas, marcadas ahora por la cultura machista y la homofobia. "Todo el mundo la critica, pero todo el mundo la ve", comentó Josefa Rodríguez.

El escritor Reynaldo González explicó a IPS que esta constancia del público proviene sobre todo de "un hábito de consumo creado por la reiteración" mediática. "Ese hábito existe en Cuba", aseguró el autor del "Llorar es un placer", sobre el melodrama como género y los llamados "culebrones" desde su surgimiento en la radiofonía cubana. (

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe