DROGAS: Lupa de la ONU sobre coca boliviana

– El nuevo presidente de Bolivia, Evo Morales, está en la mira de la agencia de control antinarcóticos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por su defensa del cultivo tradicional de coca que llevan a cabo las comunidades indígenas de su país.

Crédito: UN/DPI Photo
Crédito: UN/DPI Photo
Desde su histórica victoria en las elecciones presidenciales del 18 de diciembre, con 53,7 por ciento de los votos, el indígena y líder de los campesinos cultivadores de coca ha dicho reiteradamente que está orgulloso de ser "cocalero" y se ha opuesto a los programas financiados por Estados Unidos para erradicar esos cultivos.

Morales manifestó su apoyo al cultivo de coca no sólo porque tiene valor comercial para los agricultores pobres, sino porque es un producto ancestral en el mundo andino, ampliamente usado con fines medicinales y ceremoniales.

Pero funcionarios de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), de la ONU, sugieren que puede haber una colisión frontal con el gobierno de Morales.

"Estamos observando esto de cerca. No tenemos el registro de lo que él (Morales) va a hacer al respecto", dijo a los periodistas Melvyn Levitsky, miembro de la JIFE.
[related_articles]
"El tratado es muy claro (en lo que estipula) sobre la hoja de coca. Es un narcótico y su uso tradicional es ilegal", dijo antes de dar a conocer el informe anual de la Junta sobre producción, tráfico y uso mundial de narcóticos, divulgado el miércoles..

En 1961 la ONU estableció tres tratados sobre control de drogas, y todos ellos fueron suscritos por Bolivia.

Pese a su defensa de los derechos de los cultivadores de coca, Morales, líder del izquierdista Movimiento al Socialismo, que asumió el gobierno el 22 de enero, también se comprometió a terminar con el narcotráfico.

El nuevo gobierno tiene interés en modificar la política antidroga expresada en la Ley 1008, despenalizar el cultivo sin que ello signifique una liberalización, y excluirlo de la lista de productos que hacen daño a la salud, aprobada por la Convención de Viena, había dicho a IPS en enero el ahora ministro de gobierno, Juan Ramón Quintana.

El cultivo de coca sólo está autorizado en la zona semitropical de los Yungas, departamento de La Paz, pero con un límite de 8.000 hectáreas para el consumo tradicional de masticación en zonas rurales, infusión y en rituales indígenas.

Durante el gobierno de Carlos Mesa, entre octubre de 2003 y junio de 2005, los cultivadores de coca representados por el entonces diputado Morales lograron una concesión cuestionada por Estados Unidos: la libertad para cultivar una superficie de 40 metros cuadrados por familia.

El permiso de plantar en aquella superficie denominada "cato" alivió las tensiones sociales y es la base sobre la cual Morales quiere sentar una futura estrategia sobre la coca, a completar con un estudio sobre la demanda del vegetal que será financiado por la Unión Europea, según Quintana.

Pero la coca es materia prima de la cocaína. En 1980, las plantaciones en el Chapare, zona central de Bolivia que es el corazón de los cultivos ilegales, llegaron a una extensión histórica de 45.000 hectáreas.

Ahora, los cálculos sobre la superficie cultivada en esa zona difieren mucho. Mientras la ONU habla de 18.000 hectáreas, fuentes diplomáticas estadounidenses dijeron a IPS que existían 5.800 hectáreas, con una marcada tendencia al incremento.

Levitsky dijo que los esfuerzos del gobierno colombiano por aplicar la ley llevaron a una reducción del cultivo de coca, pero agregó con preocupación que el cultivo ilícito en Bolivia y Perú va en aumento.

Sin embargo, él y otros miembros de la Junta consideran que la mera aplicación de la ley no puede garantizar resultados sostenibles, ni lo pueden hacer medidas tales como la sustitución de cultivos.

"Los problemas de los controles internacionales de drogas están entre los más complejos que enfrenta el mundo, y no son susceptibles a medidas superficiales", dijo Hamid Ghodse, presidente de la Junta.

El año pasado, la Junta difundió un informe que analizaba la oferta y la demanda en el problema de abuso de drogas en el mundo. Pero este año decidió estudiar si la sustitución de cultivos demostraba ser efectiva en reducir la producción de drogas ilícitas.

Ghodse cree que los modelos alternativos de desarrollo son un modo efectivo de contrarrestar este problema, pero advierte que ese enfoque podría ser inútil si se emplea en términos estrechos.

Para él, implementar un desarrollo alternativo no sólo demanda una sustitución de cultivos, sino también transporte y desarrollo de infraestructura, educación, atención a la salud, estabilidad en materia de seguridad y buena gobernanza.

"Esos programas sólo pueden ser exitosos si las personas dedicadas a estos cultivos tienen una alternativa económicamente viable a los cultivos ilícitos, y esto debe combinarse con la aplicación de la ley y actividades de prevención contra las drogas", dijo Ghodse.

En su informe de 112 páginas, la Junta urgió a los países a dar forma a sus políticas comerciales internas e internacionales, para que los agricultores que se vuelcan a los cultivos alternativos tengan fácil acceso a los mercados para sus productos.

Expertos en narcóticos afirmaron estar convencidos de que el problema del narcotráfico no puede ser solucionado solamente por países individuales.

Levitsky citó como ejemplo a Afganistán, donde el gobierno del presidente Hamid Karzai parece no estar recibiendo absolutamente ninguna ayuda para reducir la producción de adormidera y clausurar los laboratorios de manufactura de heroína.

"El problema global del tráfico de drogas justifica una respuesta global", dijo. "Los países ya no pueden prestar atención solamente a quienes abusan de las drogas en su propio territorio. Si la demanda influye sobre la oferta, entonces la producción de drogas es afectada tanto en la arena nacional como en la internacional".

El informe anual de la Junta destaca que en toda América del Sur los traficantes que previamente se centraban sólo en la cocaína ahora también están en el negocio de la marihuana y la heroína. La disponibilidad y uso de éxtasis están aumentando en Colombia y Venezuela. Y también se está volviendo cada vez más disponible en Ecuador y Perú.

En América del Norte, el informe identifica el abuso de fármacos de prescripción como un problema importante, especialmente en Estados Unidos.

En Asia, la investigación muestra que el cultivo de adormidera en Laos, Tailandia y Vietnam decayó significativamente. Describe el abuso de heroína en Asia meridional como "serio y multifacético".

El informe revela que, actualmente, alrededor de 30 millones de personas en Europa abusa de la marihuana, y que se redujo el consumo de heroína contrabandeada desde Afganistán a Irán y Rusia.

Preocupada por el aumento del contrabando de drogas ilícitas por correo, la Junta urgió a los gobiernos a fortalecer las leyes nacionales y controlar todas las rutas de ingreso y salida del correo internacional.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe