DESARROLLO-HAITÍ: Una salida no militar

Una propuesta para producir energías alternativas en la frontera entre Haití y República Dominicana podría ser el primer paso para el desarrollo post electoral haitiano. La iniciativa fue difundida en Buenos Aires por una organización no gubernamental vinculada a la ONU.

"La solución para la crisis de Haití debe venir desde dentro de la isla" que ese país comparte con República Dominicana, dijo a IPS Johanna Mendelson Forman, directora del Programa de Paz, Seguridad y Derechos Humanos de la Fundación Naciones Unidas, invitada a Buenos Aires por el Woodrow Wilson International Center.

La Fundación Naciones Unidas fue creada en 1998 por el empresario estadounidense de las telecomunicaciones Ted Turner para trabajar en apoyo de programas del foro mundial.

Aunque Haití sigue siendo el país más pobre del hemisferio, hay salidas, sostuvo la experta y recomendó ver a esa nación como parte de la isla La Española, el nombre que le dieron los colonizadores españoles, que se completa con República Dominicana. La economía dominicana está avanzando, pero el gobierno teme que si Haití sucumbe fracasarán ambos, subrayó.

Del lado dominicano de la frontera existen plantaciones de piñón blanco del que se extrae aceite. Esa producción es la base para iniciar el desarrollo del biodiesel, un combustible que puede sustituir la fuerte dependencia caribeña del petróleo, remarcó.

Esta idea, que ya cuenta con apoyo de Alemania, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y de sectores privados de República Dominicana, "es una alternativa de desarrollo que además serviría para recuperar el suelo (haitiano), muy afectado por la intensa deforestación", dijo.

Brasil, que comanda una misión internacional militar en Haití y tiene amplia experiencia en la elaboración de etanol a partir de la caña de azúcar, puede asistir con conocimiento y técnicos en esta materia, sugirió Mendelson.

"El problema es que Haití no promete ganancias rápidas, por eso se necesita de equipos técnicos de desarrollo que puedan avanzar en estos proyectos", dijo.

"Los empresarios haitianos no invierten en su país, y es difícil que lleguen inversiones del exterior", añadió.

El enfoque conjunto de desarrollo puede contribuir a que fluya la cooperación hacia la isla, dijo. Eso sí, Santo Domingo no puede hacerlo solo. Necesita de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), de la Organización de los Estados Americanos y de organismos multilaterales de crédito, sostuvo.

"El Banco Interamericano de Desarrollo está muy preocupado por el alza de los precios internacionales del petróleo y ve con mucho interés los programas de desarrollo de fuentes alternativas y sostenibles" de energía, indicó Mendelson en su exposición el miércoles, en la sede de Buenos Aires de la italiana Universitá di Bologna.

Además, algunos funcionarios en Washington creen que apoyando este tipo de estrategias de energías alternativas "podría neutralizarse la influencia (petrolera) creciente del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en la región del Caribe", dijo la experta.

Chávez, que mantiene buenos lazos con el presidente dominicano Leonel Fernández, apoya la instalación de una refinería de petróleo en esa nación caribeña.

La presentación de Mendelson coincidió con el cierre de la gira del presidente electo de Haití, René Préval, por Brasil, Chile y Argentina, previa a su asunción, el 29 de marzo. El haitiano pidió cooperación a los tres países "para elaborar un plan de gobierno que apunte al desarrollo" de su nación, dijo a IPS una fuente de la cancillería argentina.

La fuente, que no quiso dar su nombre, señaló que Haití será viable si se mantiene el compromiso internacional de ayuda y si se fortalece el diálogo entre sectores internos de ese país. Lamentó que naciones como España retiren su presencia militar y que los donantes retrasen la ayuda financiera prometida.

Los tres países sudamericanos son importantes contribuyentes de tropas para la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah, por sus siglas en francés) desplegada a mediados de 2004 en la nación caribeña que permanece sin gobierno desde el 29 de febrero de ese año, cuando el presidente Jean-Bertrand Aristide fue derrocado por grupos armados, presuntamente apoyados por Washington.

Durante su gira, Préval planteó la necesidad de que la Minustah, con casi 9.000 efectivos, permanezca por más tiempo en su país, de 8,5 millones de habitantes.

En febrero, el Consejo de Seguridad de la ONU prolongó el mandato de la misión hasta junio. Y los países que contribuyen con personal uniformado o civil ratificaron el compromiso de permanencia (con excepción de España), a pesar de las críticas por la presunta ineficacia de la misión.

Préval recibió un fuerte apoyo del gobierno brasileño de Luiz Inácio Lula da Silva, de la flamante mandataria chilena Michelle Bachelet y del argentino Néstor Kirchner. Pero sus desafíos son múltiples y los apoyos parecen siempre insuficientes.

En su presentación, titulada "Los desafíos de Haití. El aporte multilateral", Mendelson advirtió sobre el riesgo de que esa nación se transforme en "un estado fracasado", un país donde no funcionan las instituciones de gobierno ni la sociedad civil.

La experta señaló que tras el proceso electoral y la proclamación de Préval, Haití seguirá siendo el país con los más altos índices de sida, la mayor tasa de analfabetismo y la más baja expectativa de vida del continente americano.

También remarcó que se ha convertido en un canal de tránsito de drogas desde Colombia hacia Estados Unidos. Las principales fuentes de ingreso son las remesas de familiares que viven en el extranjero y, en segundo lugar, el narcotráfico, el tráfico de armas y otros delitos como los secuestros, dijo.

La especialista indicó que un elevado porcentaje de trabajadores agrícolas y de la construcción en República Dominicana son haitianos que emigraron sin papeles ni un tratado que los ampare. El presidente dominicano Fernández se reunió este mes con Préval para relanzar una comisión bilateral que atienda estos problemas.

Estados Unidos, una potencia que supo tener gran influencia en la nación haitiana, no está mirando lo que ocurre en el hemisferio, preocupada por su guerra en Iraq. "No se pueden esperar soluciones que lleguen de Estados Unidos", advirtió la especialista.

En ese contexto, Mendelson alertó sobre el peligro de que el proceso electoral fuera la "estrategia de salida" para países que están cooperando con la estabilización de Haití y que, a partir de ahora, cuando más se necesita la ayuda internacional, lo abandonen a su suerte.

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