El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fustigó a los países ricos y tecnológicamente avanzados por no asumir su responsabilidad en la lucha contra la pobreza y la degradación ambiental.
"Estamos preocupados por los recortes en el financiamiento al desarrollo", dijo Lula ante 4.000 funcionarios de todo el mundo, entre ellos un centenar de ministros de Ambiente, en la conferencia de las partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica, cuya última fase comenzó este lunes en Curitiba, Brasil.
A pesar de los reiterados compromisos, muchos países industrializados no cumplieron con las metas de asistencia oficial para el desarrollo.
En la conferencia de Curitiba, que ingresó este lunes en su tercera y última semana, Lula no fue el único representante del Sur en manifestar su preocupación al respecto.
En su discurso de apertura de al fase ministerial de la conferencial, el líder brasileño también cuestionó al Norte industrial por el "criterio insostenible" de su uso de los recursos naturales mundiales, lo cual origina, afirmó, un alarmante nivel de pobreza.
"Las naciones industrializadas gastan unos 900.000 millones de dólares en defender sus fronteras nacionales. Pero solo dedican 60.000 millones para el desarrollo en los países pobres donde el hambre se ha convertido en una silenciosa arma de destrucción masiva", advirtió Lula.
El presidente brasileño considera que el Norte ha dejado de lado voluntariamente la amplia y creciente brecha entre ricos y pobres, pues continúa apelando a un modelo de desarrollo que no deja espacio a la posibilidad de compartir colectivamente los recursos, lo que implica una falta de preocupación por la degradación y destrucción del ambiente.
"La biodiversidad es el mayor tesoro de nuestro planeta. Cualquier cosa que contradiga su conservación y a la posibilidad de compartir sus beneficios de manera justa debe ser rechazada. Es tiempo de actuar. Es tiempo de cambiar", afirmó.
El fin de semana, más de 100 ministros de ambiente llegaron a Curitiba con la finalidad de establecer mecanismos que reviertan los efectos adversos del desarrollo insostenible sobre la biodiversidad. El Convenio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) tiene objetivos concretos que deben alcanzarse en 2010.
Su implementación requiere la accesibilidad a los recursos genéticos, así como el reparto justo y equitativo a los beneficios en la transferencia de tecnología, con adecuado financiamiento.
Lula realizó sus críticas en momentos en que las delegaciones continúan negociando sobre varios asuntos conflictivos, entre ellos el financiamiento a la defensa de la biodiversidad. El presidente confía en que sus dichos no caerán en saco roto, pues las acciones emprendidas por su gobierno conviertan a Brasil en un modelo ambiental.
El mes pasado, por ejemplo, Lula firmó un decreto por la protección de seis millones de hectáreas de la Amazonia . Al mismo tiempo, su gobierno se asoció con la Alianza Brasileña por Extinción Cero.
La semana pasada, Brasil lideró la postura contraria la admisión de la prueba y comercialización de semillas transgénicas que dan vida a granos estériles. "Todo lo que amenace la vida es inaceptable", dijo Lula al respecto.
El gobierno de Lula también recibe aplausos por impulsar en la comunidad internacional el Protocolo de Cartagena, como es conocido el acuerdo sobre bioseguridad en el marco del Convenio sobre Diversidad Biológica.
"Por sus contribuciones con el cumplimiento de la promesa sobre biodiversidad para 2010, quiero decirle, en mi calidad de simple ciudadano del mundo y en mi nombre, el de mi esposa y mis dos hijos, 'obrigado' (gracias), señor presidente", dijo a Lula Ahmed Djoghlaf, secretario ejecutivo del Convenio.
Lula expresó su desaliento por la lentitud de los avances en la implementación del Convenio, a la que considera resultado de la falta de voluntad política en el mundo industrial. "Desde 1992, ¿cuánto se ha avanzado? Hemos firmado muchos protocolos, pero no hemos ofrecido más que protocolos", añadió.
Las negociaciones entre ministros de Ambiente insumirán los próximos dos días de la conferencia de las partes. (
