Cada vez más periodistas y caricaturistas de Europa condenan las ilustraciones del profeta Mahoma que, desde septiembre pasado, han profundizado el violento abismo cultural entre Occidente y el mundo islámico.
En Francia, donde varios periódicos reprodujeron los dibujos publicados originalmente por el periódico danés Jyllands-Posten como muestra de apoyo —según aseguraron— a la libertad de expresión, varios caricaturistas condenaron la descripción de Mahoma como terrorista.
"Una ilustración así asocia directamente una religión con el terrorismo, y eso es inaceptable", dijo a IPS Pétillon, caricaturista de la revista satírica parisina Le Canard Enchaîné. "No puedes decir todo lo que se te ocurra sobre la comunidad musulmana."
Jul, otro dibujante francés, declaró a IPS: "Creo que las caricaturas de Mahoma causaron tal histeria en el mundo islámico porque en Europa existe un profundo racismo antiárabe y antimusulmán."
Una de las 12 caricaturas representa al profeta portando una bomba encendida sobre su cabeza en lugar de turbante.
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Los dibujos, impresos en las últimas semanas en periódicos de Alemania, Austria, España, Francia, Italia, Suiza y otros países europeos, provocaron una ola de protestas violentas en el mundo musulmán, incluidos ataques contra representaciones diplomáticas y choques con fuerzas de seguridad que causaron muertes.
La cumbre de la Organización de la Conferencia Islámica, que reúne a 57 países musulmanes, condenó en diciembre pasado en La Meca la publicación de esas ilustraciones.
El escritor sueco Jan Guillou afirmó, en declaraciones a IPS desde Estocolmo, que los dibujos daneses son "vulgares y cobardes, pues tienen la intención de ofender a la ya angustiada minoría musulmana inmigrante".
La Asociación de Periodistas de Alemania (DJV) criticó la reproducción de las ilustraciones por parte de los medios de prensa que se solidarizaron con el diario Jyllands-Posten.
"Las publicaciones, sean en texto o en imágenes, que insultan las convicciones religiosas de una comunidad son incompatibles con la responsabilidad de la prensa", dijo el portavoz de la DJV, Hendrik Zoerner.
Muchos caricaturistas políticos alemanes condenaron los dibujos daneses. El renombrado Klaus Staeck dijo que hubiera rechazado una oferta para realizar un trabajo así. "Son momentos o situaciones en que uno debe considerar las implicaciones de hacer chistes sobre otros", dijo a IPS.
El caricaturista político Gerhard Haderer calificó la idea de Jyllands-Posten de "estupidez", y recordó la prohibición de cualquier representación de la imagen de Mahoma prescripta por el Islam.
"Como no soy musulmán, y no puedo comprender el fervor asociado con esa religión, debo aceptar sus tabús", dijo Haderer a IPS.
Jyllands-Posten afirmó en su momento que las caricaturas fueron publicadas para poner a prueba si el temor a las represalias de musulmanes había comenzado a limitar la libertad de expresión en Dinamarca.
El periódico solicitó el trabajo los dibujantes luego de que un escritor dinamarqués se quejó por la falta de ilustradores para un libro suyo sobre la vida de Mahoma. Todos, según el autor, habían rechazado el encargo por temor a represalias.
Jyllands-Posten aseguró que tomó esa decisión editorial como mecanismo de defensa de "la democracia secular y la libertad de expresión". Doce dibujantes accedieron al llamado.
Curiosamente, el periodista responsable por la publicación inicial de las ilustraciones, Carsten Juste, editor general del diario danés, dice ahora que lamenta la decisión.
En una declaración publicada el 31 de enero en el sitio web del periódico, Juste se disculpó por ofender a los musulmanes.
Pero las historietas ya se habían cobrado un alto precio diplomático en Dinamarca. Líderes religiosos y políticos de todo el mundo musulmán llamaron a boicotear los productos daneses y Arabia Saudita incluso retiró a su embajador de Copenhague como muestra de disgusto.
Ante el pedido de varios países musulmanes de que exigiera al diario una disculpa, el primer ministro danés Anders Fogh Rasmussen, había replicado: "La libertad de expresión es el cimiento fundamental de la democracia de Dinamarca, y el gobierno no tiene mecanismos para influir sobre la prensa."
Pero algunos comunicadores recordaron que la libertad de prensa no es un derecho absoluto en Europa, como pretenden ciertos propietarios de medios, y que los tribunales suelen emitir sentencias condenatorias contra periodistas y artistas que cuestionan convicciones religiosas.
Las asociaciones católicas francesas "bombardean a los periódicos con quejas cada vez que creen que periodistas y dibujantes ofenden los dogmas cristianos", dijo Jul.
El abogado Christian Scherz indicó desde Berlín que las leyes alemanas establecen una pena de hasta tres años de prisión a quienes emiten insultos contra creencias religiosas. "Y al referirse a creencias la ley no se restringe a las cristianas, sino a todas las religiones", sostuvo.
El diputado y abogado alemán Christian Stroebele dijo a IPS que defendió durante varios años a un grupo de comediantes demandados por montar una obra teatral que giraba en torno de la virginidad de María, madre de Jesucristo.
Tres tribunales diferentes condenaron al elenco a penas de cárcel, hasta que una corte de apelaciones en Colonia los absolvió.
Pero algunos musulmanes afirman que las leyes europeas se aplican dependiendo de a quién se acusa, y que, por lo tanto, es más probable que se castigue a un musulmán que agrede los dogmas cristianos que a la inversa.
"La semana pasada, un musulmán fue condenado a ocho meses de prisión en Roma porque retiró un crucifijo de la habitación del hospital en que estaba internado", dijo la escritora alemana de origen iraní Navid Kermani.
"Tales castigos son cuestionados rara vez en Europa", afirmó.
Al mismo tiempo, recordó Kermani, el libro "The Rage and the Pride" ("La furia y el orgullo"), de la periodista italiana radicada en Nueva York Oriana Fallaci, describe a los musulmanes como "ratas" y es vendido libremente en toda Europa.