Un ritual aymara, un acto masivo y una ceremonia protocolar se sucederán el próximo fin de semana para investir al primer presidente indígena de Bolivia, Evo Morales, quien será acompañado por casi una decena de mandatarios latinoamericanos.
Fiel a sus tradiciones, el ganador de la primera vuelta de las elecciones del 18 de diciembre, con 53.4 por ciento de los votos, recibirá los símbolos y el reconocimiento de los pueblos originarios de la región, en un acto a realizarse al mediodía de este sábado en las ruinas de Tiwanaku, un sitio arqueológico con una antigüedad de 3.000 años ubicado a 72 kilómetros de La Paz.
Será la primera vez que las autoridades indígenas conocidas como "mallkus" (cóndores) entreguen bastón de mando y prendas de vestir ceremoniales a un presidente electo de Bolivia, en un ritual espiritual y religioso, un día antes de asumir el cargo con los requisitos protocolares del caso y al que asistirán invitados especiales.
Morales nació hace 46 años en la localidad andina de Isallavi, en el occidental departamento de Oruro, una zona rural con profundas raíces de la etnia aymara y, pese a haber emigrado a la región central y semitropical del Chapare donde estableció la organización sindical que lo llevó al escenario político, aún conserva costumbres, lengua y tradiciones de cuna.
Su campaña política comenzó con una ofrenda a la diosa Tierra (Pachamama) y otras deidades para obtener una victoria en las urnas, como finalmente ocurrió y con contundencia sin necesidad de una segunda ronda en el Congreso legislativo al lograr la mayoría absoluta. Ahora su retorno a Tiwanaku o Tiahuanacu también tiene el propósito de agradecer las bendiciones recibidas.
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Entre incienso, sahumerios y ofrendas consistentes en fetos de llamas, dulces y hierbas aromáticas, el presidente electo caminará descalzo este sábado entre las ruinas arqueológicas semicubiertas de tierra, vestido con un gorro y poncho tejido con lana de oveja, en señal de respeto a la ancestral cultura.
Se calcula que unas 10.000 personas y cerca de un millar de periodistas nacionales y extranjeros presenciarán este acto, en una zona rodeada de altiplanicie y montañas, caracterizada por las ruinas de piedra café, perfectamente recortadas, y figuras monolíticas con representaciones de dioses tiwanakotas.
Los rituales serán acompañados por grupos de música y baile autóctonos, con vestimenta, instrumentos de viento y percusión fabricados con cañahuecas, madera y cueros de oveja, y coreografía típica que se observan sólo en festividades tradicionales.
Las autoridades municipales de Tiwanaku ofrecerán a los visitantes una comida comunitaria al finalizar la ceremonia. El almuerzo colectivo es conocido como "aptapi" (recogimiento) y se instala sobre aguayos de lana y manteles blancos, donde las familias campesinas colocan comida consistente en carne seca y asada, papa cocida y chuño, acompañados de ajíes y queso.
En tanto, el domingo al mediodía se cumplirá en La Paz, sede del gobierno, el acto protocolar de transmisión del mando del actual presidente Eduardo Rodríguez a Morales, en instalaciones del Congreso Nacional legislativo.
En esa instancia Morales recibirá la banda presidencial y la Medalla del Libertador Simón Bolívar, mientras que su compañero de fórmula, Álvaro García Linera, ostentará la medalla que perteneció al Mariscal Antonio José de Sucre en calidad de vicepresidente.
Hasta el momento, han confirmado su asistencia los presidentes Néstor Kirchner, de Argentina, Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, Álvaro Uribe, de Colombia, Alfredo Palacio, de Ecuador, Janez Drnovshk, de Eslovenia, Nicanor Duarte, de Paraguay, Alejandro Toledo, de Perú, y Hugo Chávez, de Venezuela.
La nota destacada en cuanto a visitas será la de Ricardo Lagos, mandatario saliente de Chile, con el que Bolivia mantiene un centenario conflicto limítrofe y las relaciones interrumpidas desde 1978.
La histórica plaza San Francisco será el escenario del tercer reconocimiento al primer indígena en llegar a la presidencia en la vida independiente de Bolivia, pese a que 60 por ciento de sus 9,2 millones de habitantes se identifican con algún grupo étnico originario.
Este paseo paceño está dominado por una imponente iglesia de los tiempos de la colonia española, un monumento pétreo a los héroes de la independencia de América Simón Bolívar, Antonio José de Sucre y al presidente Mariscal Andrés de Santa Cruz, y altos edificios del casco viejo.
Es el mismo lugar donde Morales pronunció encendidos discursos para cerrar las caminatas de cientos de kilómetros desde el centro geográfico del país, Cochabamba, protagonizadas por los campesinos en defensa de la vida, los derechos humanos y de los cultivadores de la hoja de coca, que en estado natural es consumido como infusión y empleado en ancestrales ritos.
Pero la plaza San Francisco lucirá muy distinta este domingo, pues cobijará a los jubilosos sectores sociales que respaldaron a Morales, quien relegó a un segundo lugar en la puja electoral de diciembre al ex presidente Jorge Quiroga (2001-2002), del frente derechista "Podemos".
Una multitud se espera que llenará la plaza, donde se erigirá una tarima desde la cual Morales anunciará las políticas centrales de su gobierno.
El piso de fríos y resistentes adoquines de la plaza ha soportado a lo largo del siglo XX a miles de aguerridos mineros en defensa de la democracia, a tanques ametrallando la resistencia popular en tiempos de dictadura, a los cuerpos de decenas de activistas muertos por la represión uniformada y a triunfales concentraciones de obreros y campesinos en lucha contra el modelo económico implantado en los últimos 20 años.
En cambio, ahora se anuncia como el centro de la celebración popular para reconocer a Morales el mandato ganado en las urnas, con un respaldo inédito desde la recuperación de las libertades democráticas, en octubre de 1982.
El resto de la ciudad edificada en un gran cañadón, entre dos cadenas montañosas, se convertirá en escenario para la actuación de grupos musicales que van desde el folclore andino hasta el rock, mientras muchos sólo saldrán a las calles a ofrecer ofrendas a la diosa Tierra en fogatas, con el propósito de pedir bendiciones para la nueva administración de gobierno.
