La política, en especial la partidaria que alimenta la democracia representativa, está en crisis, pero tampoco los movimientos que se cobijan bajo paraguas como el Foro Social Mundial (FSM) hacen lo suficiente para responder a las exigencias de las sociedades en las que actúan.
Este debate que cruza transversalmente las discusiones sobre los demás temas para los que se convoca a miles de actividades fue planteado en varios foros dentro del Foro, en esta sexta cita de la sociedad civil y movimientos populares del martes hasta este domingo en Caracas, con ediciones la semana pasada en Bamako y en marzo en la meridional ciudad pakistaní de Karachi.
"Este es un foro político, las organizaciones participantes tienen una visión política del mundo y de su presencia en él", advirtió a IPS el docente de ciencias sociales Edgardo Lander, del comité organizador venezolano.
La política, según muestra América Latina, "está en crisis, y ello tiene que ver con la falta de representación del pueblo por parte de los designados. Los candidatos elegidos en cargos de gobierno en la región tienden más a representarse a sí mismos que a los intereses de la sociedad", aseveró Pedro Santana, de la organización colombiana Vía Ciudadana.
Ante esa crisis de representatividad "es que surgen los movimientos sociales, como el feminismo, el ecologismo, los movimientos étnicos, los grupos que luchan contra la discriminación, entre otros", según Santana.
En algunos casos, "estos movimientos demandan soluciones y reivindicaciones directamente al Estado, ya que la clase política los ignora", insistió.
Juan Carlos Monedero, del español Instituto Complutense de Estudios Internacionales, estimó que "el divorcio entre partidos políticos y movimientos sociales se parece al que hubo entre reforma y revolución y empantanó el pensamiento transformador durante todo el siglo XX".
Para el experto "los partidos políticos son un mal necesario, y los movimientos sociales una bondad contingente y corruptible".
"Hoy día los partidos se comportan como un cartel, aunque suene feo el nombre, porque hay unas reglas de juego y quien no las cumple se queda afuera", se explicó.
Monedero identifica entre estas reglas la pérdida de las funciones tradicionales de los partidos, ya que "no socializan ni informan a los ciudadanos", sino que utilizan a los medios de comunicación como elemento de articulación del cartel.
Como un ejemplo de la complejidad del ejercicio de la democracia, utilizó las elecciones parlamentarias de diciembre en Venezuela, en las que se abstuvo 75 por ciento de los ciudadanos habilitados, pero la encuesta regional Latinobarómetro refleja que es el país donde hay mayor confianza en el sistema democrático, con 70 por ciento de consultados respondiendo en ese sentido.
Para Roberto Savio, presidente emérito y fundador de la agencia IPS al igual que del comité internacional del FSM, "en América Latina hay una brecha total entre instituciones políticas y sociedad civil, y, para cerrarla, la sociedad civil debe concentrarse en agendas concretas".
Ello porque, a su parecer, "la región vive en un péndulo de derecha a izquierda durante aproximadamente 10 años y se generan políticas distintas en cada década. La sociedad civil debe aprovechar estos años", en que se registra la inclinación hacia lo social.
Para Lilian Celiberti, de la uruguaya Articulación Femenina Marco Sur, "es responsabilidad de los partidos incorporar las reivindicaciones y las luchas de los movimientos sociales, y es importante que los gobiernos creen mecanismos de participación para que logren transformar las demandas en políticas públicas".
Los participantes en el Foro de Caracas, unas 70.000 personas que pertenecen a unas 2.200 organizaciones, discuten junto con la dualidad sociedad civil-partidos políticos, la politización de este encuentro o su conversión en catapulta de acciones políticas.
El presidente anfitrión, Hugo Chávez, en un mitin con unos 15.000 participantes la noche del jueves, dijo que "sería nefasto que el FSM se folclorise, se convierta en otro encuentro turístico. No entiendo cómo es que se debate y no se llega a una conclusión. Ante los desafíos del imperio, no estamos para perder el tiempo".
Santana comentó que "un sector del FSM piensa que se trata de una instancia de la sociedad civil que no debería confundirse con la sociedad política y que debe reafirmarse su autonomía, pero sin negarse a un diálogo crítico para instrumentar los cambios que se discuten en este espacio".
Otros, en cambio, creen que el Foro "debería mantenerse incontaminado, porque perciben que la relación con la política es pecaminosa, y los movimientos sociales son el sujeto histórico destinado a impulsar los cambios".
En un punto intermedio "están quienes piensan que desde la autonomía del Foro se puede desarrollar una línea pública y clara de la relación del FSM y los movimientos con la sociedad política y con los gobiernos".
Pero ya han surgido "corrientes que apoyan la articulación del Foro como partido político, y creen que debe transformarse en un movimiento de ese tipo".
Savio recordó que el Foro "nació con la noción de espacio abierto para compartir, confrontar, aprender, y crear redes entre organizaciones". "Eso funciona, pero creo que debemos redefinirlo para que haya menos dispersión y más discusión sobre los ejes principales del debate", apuntó.
Reconoció que "cada día es más urgente actuar sobre un tema. Los últimos cinco años (desde los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos) no han sido positivos para las causas de la paz, la justicia y la cooperación internacional".
"Se ha hecho más dura la dominación de los sistemas imperantes, hay un debilitamiento de (la Organización) las Naciones Unidas. Culturalmente la globalización no tiene crédito, pero sigue teniendo elementos de poder y en la escena internacional imperan relaciones de fuerza", abundó Savio.
Entre las posiciones extremas, de "politización" o "incontaminación", Savio apuesta porque "las organizaciones que vienen al Foro, y las que no vienen, adopten proposiciones concretas de gobernabilidad sobre temas específicos, con una agenda concreta de acciones".